La masacre deliberada de los más indefensos
Doha, Catar.- Me encuentro en el estudio del servicio árabe de Al Jazeera visionando una transmisión en directo desde la ciudad de Gaza. Debido al intenso bombardeo israelí, el reportero de Al Jazeera se vio obligado a trasladarse al sur de Gaza. Pero dejó atrás su cámara, enfocada hacia el hospital Al-Shifa, el mayor complejo médico de Gaza. Es de noche. Los tanques israelíes disparan directamente hacia el complejo hospitalario. Largos destellos rojos horizontales. Un ataque deliberado contra un hospital. Un crimen de guerra deliberado. Una masacre deliberada de los civiles más indefensos, incluidos los más enfermos y los bebés. En ese momento la señal se corta.
Seguimos sentados frente a los monitores, en silencio. Sabemos lo que eso significa. No hay electricidad. No hay agua. No hay Internet. No hay suministros médicos. Todos los bebés de la incubadora morirán. Todos los pacientes de diálisis morirán. Todos los de la unidad de cuidados intensivos morirán. Todos los que necesitan oxígeno morirán. Todos los que necesiten cirugía de emergencia morirán. ¿Y qué ocurrirá con las 50.000 personas que, expulsados de sus casas por los incesantes bombardeos, han buscado refugio en los terrenos del hospital? También sabemos la respuesta a eso. Muchos de ellos también morirán.
No hay palabras para expresar lo que estamos presenciando. En las cinco semanas de horror, esta es una de las cúspides del horror. La indiferencia de Europa ya es bastante mala. La complicidad activa de Estados Unidos es inconmensurable. Nada justifica esto. Nada. Y Joe Biden pasará a la historia como cómplice de genocidio. Que los fantasmas de los miles de niños en cuyo asesinato ha participado le persigan el resto de su vida.
Israel y Estados Unidos están enviando un mensaje escalofriante al resto del mundo. El derecho internacional y el derecho humanitario, incluidas las Convenciones de Ginebra, son mero papel mojado. No se aplicaron en Iraq. No se aplican en Gaza. Pulverizaremos vuestros barrios y ciudades con bombas y misiles. Asesinaremos sin motivo a vuestras mujeres, niños, ancianos y enfermos. Estableceremos bloqueos para provocar el hambre y la propagación de enfermedades infecciosas. Vosotros, las «razas inferiores» de la tierra, no importáis. Para nosotros sois alimañas a extinguir. Lo poseemos todo. Si intentáis arrebatárnoslo, os mataremos. Y nunca tendremos que rendir cuentas.
No somos odiados por nuestros valores. Somos odiados porque no tenemos valores. Somos odiados porque solo aplicamos las reglas a los demás, no a nosotros mismos. Somos odiados porque nos hemos arrogado el derecho a realizar matanzas indiscriminadas. Somos odiados porque somos despiadados y crueles. Somos odiados porque somos hipócritas, porque hablamos de la protección de los civiles, el imperio de la ley y el humanitarismo mientras acabamos con la vida de cientos de personas cada día en Gaza, incluyendo 160 niños.
Israel reaccionó escandalizado y con indignación cuando se le acusó de bombardear el hospital árabe cristiano Al Ahli de Gaza, que dejó cientos de muertos. El bombardeo, según Israel, procedía de un cohete errante disparado por la Yihad Islámica Palestina. No hay nada en el arsenal de Hamás o de la Yihad Islámica que pudiera haber replicado la enorme potencia explosiva del misil que impactó en el hospital. Quienes como reporteros hemos cubierto Gaza, hemos oído tantas veces este truco de Israel que resulta ridículo. Siempre culpan a Hamás y a los palestinos de sus crímenes de guerra, y ahora intentan argumentar que los hospitales son centros de mando de Hamás y, por tanto, objetivos legítimos. Nunca aportan pruebas. El ejército y el gobierno israelíes mienten tanto como respiran.
Médicos sin Fronteras (MSF), que tiene personal trabajando en Al-Shifa, ha emitido un comunicado en el que afirma que pacientes, médicos y enfermeras están “atrapados bajo el fuego dentro del hospital”. Solicitan al gobierno israelí que “detenga este ataque despiadado al sistema de salud de Gaza”.
«En las últimas 24 horas, los hospitales de Gaza han sufrido bombardeos incesantes. El complejo hospitalario de Al-Shifa, el mayor centro de salud en el que sigue trabajando el personal de MSF, ha sido alcanzado en varias ocasiones, incluidos los departamentos de maternidad y consultas externas, lo que ha provocado múltiples muertos y heridos», señala el comunicado. «Las hostilidades en torno al hospital no han cesado. Los equipos de MSF y cientos de pacientes siguen dentro del hospital de Al-Shifa. MSF reitera urgentemente sus llamamientos para que cesen los ataques contra hospitales, para un alto el fuego inmediato y para la protección de las instalaciones médicas, el personal médico y los pacientes.»
Otros tres hospitales del norte de Gaza y de la ciudad de Gaza están cercados por fuerzas y tanques israelíes; razón tenía un médico que declaró a Al Jazeera: “es un día de guerra contra los hospitales.» Al parecer, el Hospital Indonesio también se ha quedado sin electricidad. La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) informa de que 20 de los 36 hospitales de Gaza ya no funcionan.
El cinismo de Israel y Washington es impresionante. Nada les diferencia. Washington sólo quiere que se haga rápido. ¿Corredores humanitarios? ¿Pausas en los bombardeos? Son un modo de facilitar la despoblación total del norte de Gaza. ¿El puñado de camiones de ayuda autorizados a atravesar la frontera de Rafah con Egipto? Un truco de relaciones públicas. Sólo hay un objetivo: matar, matar, matar. Cuanto más rápido, mejor. De lo único que hablan los funcionarios de Biden es de lo que vendrá después, una vez que Israel haya terminado de diezmar Gaza. Saben que la matanza de Israel no terminará hasta que los gazatíes vivan a la intemperie sin refugio en la parte sur de la Franja y mueran por falta de alimentos, agua y atención médica.
Antes de la incursión terrestre de Israel, Gaza era uno de los lugares más densamente poblados del planeta. Imagínese lo que ocurrirá con 1,1 millones de gazatíes del norte amontonados sobre más de 1 millón del sur. Imagine lo que ocurrirá cuando enfermedades infecciosas como el cólera se conviertan en epidemia. Imagine los estragos del hambre. Todo ello aumentará la presión para hacer algo. Y ese algo, espera Israel, será empujar a los palestinos a través de la frontera hacia el Sinaí en Egipto. Una vez allí, nunca regresarán. La limpieza étnica de Gaza por parte de Israel será completa. Comenzará la limpieza étnica de Cisjordania.
Este es el demencial sueño de Israel. Para lograrlo, harán Gaza inhabitable.
Pregúntese: si usted fuera palestino en Gaza y tuviera acceso a un arma, ¿qué haría? Si Israel matara a su familia, ¿cómo reaccionaría? ¿Por qué iba a importarle el derecho internacional o humanitario cuando sabe que sólo se exige su aplicación a los oprimidos, no a los opresores? Si el terror es el único lenguaje que Israel utiliza para comunicarse, el único que aparentemente entiende, ¿no respondería con terror?
La orgía de terror de Israel no aplastará a Hamás. Hamás es una idea, una idea alimentada con la sangre de los mártires. Israel está proporcionando a Hamás un abundante suministro.
Chris Hedges es un periodista estadounidense ganador del Premio Pulitzer. Fue durante 15 años corresponsal en el extranjero para The New York Times, ejerciendo como jefe para la oficina de Oriente Próximo y la de los Balcanes
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