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Las riadas de 1957 y 1982 ya causaron decenas de muertes y graves perjuicios económicos

La DANA en el País Valenciano, ¿una tragedia imprevisible?

Fuentes: Rebelión [Imagen: Universitat de València]

El cataclismo por las graves inundaciones –el pasado 29 de octubre- causó 221 muertes en el País Valenciano, según el Centro de Integración de Datos –CID- de la DANA (datos 20 noviembre); la cifra de víctimas aumentó  tras la recuperación del cuerpo sin vida de una mujer en la pedanía de La Torre, en Valencia; siete personas continuaban desaparecidas.

Uno de los ángulos sobre los que observar el impacto de la DANA es el medioambiental; así, a la laguna del Parc Natural de L’Albufera han llegado –en las últimas fechas- cañas, plásticos y otros residuos, pero también pesticidas agrícolas, aceites, electrodomésticos, bidones de productos químicos y neumáticos, según el Informe del Servicio Devesa-Albufera del Ayuntamiento de Valencia (Agencia Efe, 21 noviembre).

Y, en los ámbitos judicial/político, el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) ha registrado dos querellas y tres denuncias contra el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, del PP, informó el 21 de noviembre la Agencia Europa Press (entre ellas, la denuncia presentada por CGT ante la Fiscalía por vulneración de los derechos de los trabajadores).

¿Cuáles son los precedentes de la DANA actual? Hace más de cuatro décadas, en 1982, sucedió la Pantanà; se trataba, entonces, de “la mayor catástrofe por las lluvias torrenciales en la comarca de La Ribera (provincia de Valencia) durante el siglo XX”.

De hecho, multiplicó los daños normales en este tipo de precipitaciones; y lo hizo a causa de “las actividades humanas”, recordaba Ecologistes en Acció-País Valencià el pasado 22 de octubre (Hem aprés alguna cosa de la Pantanà?).

La organización ecologista destaca cuatro aspectos en torno a la pantanada -y las inundaciones- en octubre de 1982: las montañas estaban “recientemente quemadas”, y apenas contuvieron el agua de las precipitaciones; en ese contexto, fallaron las  compuertas del pantano de Tous, municipio de La Ribera Alta que actualmente cuenta con 1.350 habitantes.

Cuando el embalse sobre el río Xúquer estuvo lleno, se derrumbó en pocas horas (y “nos lanzó una cantidad  inmensa de agua); además la Autovía AP-7 “no tenía suficiente salida y retuvo y elevó todavía más el agua”; el último factor, remarca Ecologistes en Acció, fue “la mala información” proporcionada por la Delegación del Gobierno (“complicó aún más la situación”).

El artículo apunta que los episodios de lluvias torrenciales constituyen una de las características –meteorológicas- del País Valenciano, de modo que no pueden evitarse; sin embargo, la acción humana (cuatro factores apuntados) contribuyó a una elevación mucho mayor en el nivel del agua.

En octubre de 2022 –por el 40 aniversario del hundimiento de la presa de Tous-, la Universitat de València organizó la exposición titulada Història i paisatges de la “pantanà” de Tous; la muestra destacaba las numerosas víctimas mortales y daños materiales causados por la riada en La Ribera Alta y La Ribera Baixa.

Otras comarcas afectadas por las lluvias torrenciales fueron La Vall d’Albaida, La Costera, Canal de Navarrés y la zona de Requena.

En cuanto al desastre de 1982, la exposición señalaba dos etapas; en primer lugar, el desbordamiento de los ríos Xúquer, Sellent y Albaida; y -en una segunda fase- el desmoronamiento del embalse de Tous.

La muestra permite, asimismo, una aproximación a las inundaciones a partir de los titulares y las informaciones periodísticas; éstas tal vez recuerden, en algunos casos, la DANA de 2024; así, el periódico Levante (Diario Regional de Valencia) titulaba el 22 de octubre de 1982: “Desolación y ruina. La riada continúa” (también en la provincia de Alicante); Y a una fotografía de la presa de Tous, rota, añadía el siguiente balance:

Cuatro muertos en el municipio de Carcaixent y seis en Cofrentes, además de las desapariciones; 56 localidades quedaron sin comunicación telefónica; “importante colaboración” del ejército; las ayudas comenzaban a llegar desde otros territorios del estado español (camiones con ropas, medicinas y alimentos).

Con el tiempo llegarían los procedimientos judiciales y las indemnizaciones; pero -durante las primeras horas de la gran  inundación-, Levante detallaba que el monarca Juan Carlos I Borbón “podría visitar la zona afectada”; mientras, el presidente del Consell, Enrique Monsonís, de UCD, constituyó esta institución (de Gobierno) en sesión permanente.

“Familias de Benimuslem fueron rescatas por helicópteros”, detallaba el rotativo en las páginas interiores; a la noticia se adjuntaba una fotografía de las calles en otro municipio de La Ribera Alta, Alberic, donde se dio el caso de viviendas en las que el agua alcanzó dos metros de altura.

Otro antecedente de la DANA de 2024 podría localizarse en 1957; al cumplirse el 59 aniversario, en 2016, la Universitat Politècnica de València (UPV) presentó un estudio de la investigadora Cristina Puertes –publicado en la revista Ingeniería del Agua-, que señalaba cómo las lluvias en la provincia de Valencia, el 13 de octubre de 1957, “se intensificaron de manera estremecedora”.

El desborde del río Turia, en Valencia, anegó calles y plazas de la ciudad; el agua llegó a los 2,25 metros en la Plaza de Tetuán y la calle Sagunto; y a los 3,20 metros en los Jardines del Parterre; así, “el caudal del río taponó los ojos de los cinco puentes de la ciudad”; en dos aluviones enormes –de madrugada y al mediodía-, el desastre concluyó con 81 víctimas mortales.

Ante las dimensiones de la riada, y los cuantiosos daños materiales en Valencia y su comarca, la dictadura publicó en el BOE -el 23 de diciembre de 1961, con la firma de Franco- la Ley sobre el Plan Sur; se trataba de la desviación del río Turia al paso por Valencia; entre las obras hidráulicas previstas, y finalmente ejecutadas, figuraba la construcción del nuevo cauce: 12.700 metros de longitud; 200 metros de anchura y una capacidad de desagüe de 5.000 metros cúbicos por segundo.

Analizó en profundidad los desastres Iván Portugués Mollà, en su tesis doctoral La metamorfosis del río Turia en Valencia (1897-2016): de cauce torrencial urbano a corredor verde metropolitano (2017); el geógrafo evaluó en la investigación las consecuencias de la riada de 1957:

“(…) el número de desaparecidos y cruce de datos del sumario y los periódicos de la época sugieren que las víctimas superaron el centenar. Unas 4.000 viviendas fueron destrozadas y cerca de 7.300 personas quedaron sin hogar”; ¿una tragedia paralela a la del 29 de octubre de 2024?

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.