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A la conquista del acuífero Guaraní

Fuentes: Rebelión

Está situado entre los paralelos 16º y 32º latitud sur y los meridianos 47º y 56º longitud oeste. Se extiende por las cuencas de los ríos Paraná, Paraguay y Uruguay, afluentes todos ellos del Río de la Plata. El sistema del acuífero Guaraní ocupa una extensión de 1.195.700 km2, el 70% bajo suelo brasileño, el […]

Está situado entre los paralelos 16º y 32º latitud sur y los meridianos 47º y 56º longitud oeste. Se extiende por las cuencas de los ríos Paraná, Paraguay y Uruguay, afluentes todos ellos del Río de la Plata.

El sistema del acuífero Guaraní ocupa una extensión de 1.195.700 km2, el 70% bajo suelo brasileño, el 19% en Argentina, el 6% en Paraguay y un 5% en Uruguay. Su capacidad de abastecimiento es suficiente para los 360 millones de habitantes de la zona, dado que su recarga oscila entre los 160 y 250 km3 al año.

La zona brasileña contacta con el pantanal en la parte norte que a su vez conecta con la cuenca de la Amazonía. Se desconoce el límite oeste del acuífero en Paraguay. En territorio argentino se prolonga hasta la cuenca del río Bermejo donde tampoco se sabe hasta dónde llega por el límite sur. Se calcula que puede llegar a conectarse con la zona de los grandes lagos de la precordillera andina.

El acuífero Guaraní constituye la principal fuente de suministro de agua potable para el consumo urbano, agrícola e industrial. Abastece a más de trescientas ciudades de entre 3.000/500.000 habitantes en Brasil. Sólo en la megaurbe de Sao Paulo más del 60% de la población dependen del agua del acuífero.

Se registran actualmente unos doscientos grandes pozos que abastecen a poblaciones de la región oriental de Paraguay. Uruguay cuenta con unos 135 pozos para el abastecimiento público y baños termales. Argentina utiliza solamente seis pozos termales de agua dulce en el sector oriental, en la provincia de Entrerríos.

El área más importante y fundamental de recarga es el corredor transfronterizo entre Paraguay, Brasil y Argentina. Este corredor está ubicado significativamente en la denominada Triple Frontera.

Se intentan unificar actualmente las legislaciones nacionales de estos países para que se faciliten programas de inversión privada sobre un recurso que cada día es más estratégico.

Davis Foster_Hale1 dice en 1999:

«Nosotros consideramos el agua no solamente como elemento de importancia decisiva del desarrollo sostenible, sino que en muchos casos es el factor limitador más importante. Por lo tanto, al examinar cuestiones como el crecimiento económico, siempre volvemos por último a la pregunta ¿Cuánta agua existe?

Nosotros utilizamos ahora, de una manera u otra (agricultura, industria) más de la mitad de toda el agua dulce anualmente disponible en el mundo. De modo que con la población del mundo que aumenta a razón de 90 millones de personas/año, el problema que se nos viene encima es inmenso. El agua va a ser una limitación grave. Por cierto

que para mediados del siglo actual, solamente tres o cuatro países no habrán experimentado una crisis mayor debido a la escasez de agua. Estados Unidos será de los afectados, uno de los países que tendrán que enfrentar un problema mayor causado por la escasez de agua».

Si hacemos caso a la opinión de este autor, nos permite comprender que la intervención norteamericana en el acuífero Guaraní se planifica a largo plazo, desde una concepción estratégica y no por la percepción intuitiva y de corto plazo por el que se suele regir nuestros análisis.

El acuífero Guaraní tiene una importante capacidad de generación energética. Argentina tiene establecidas dos de sus principales centrales hidroeléctricas en este sistema. El complejo argentino/paraguayo de Yacerte-Apipe, en las aguas del Paraná ya produce electricidad para el 30% de la energía consumida por Argentina, en el año 2005. El otro complejo es el argentino-uruguayo de Salto Grande, ubicado sobre el río Uruguay.

El acuífero Guaraní reúne dos de los componentes fundamentales para el desarrollo económico: agua y electricidad. Por eso, este lugar está marcado como uno de los puntos conflictivos y de preocupación de los Estados Unidos. Si seguimos la visión de la UNESCO, podemos comprobar el acierto de esta afirmación, cuando se afirma:

«Más población supone mayor necesidad de energía y ello a su vez hidroelectricidad. La industrialización, sobre todo en el mundo occidental, ha tenido…».

Paraguay, que dispone del acuífero Guaraní, es presionado al igual que otros países vecinos por el Banco Mundial, las multinacionales del agua y los grandes grupos industriales para que privatice sus compañías de agua. El foro social del agua, celebrado en la ciudad de Araraquera (Brasil) planteó la defensa de la soberanía de los pueblos sobre sus recursos naturales. Las multinacionales ven en ellos un gran negocio, no buscando su utilidad humana ni un uso racional de los mismos, sino su propio beneficio.

Se calcula que el acuífero Guaraní dispone de 132 millones de hm3. Su origen se remonta a cuando África y América aún se encontraban unidas. Se supone que a enormes profundidades, el acuífero conecta con los lagos de la Patagonía. El volumen total del agua almacenada es inmenso. El volumen explotable en la actualidad es de unos 80 km3, una cifra equivalente a cuatro veces la demanda anual de Argentina.

Estados Unidos, país muy interesado en este acuífero, estructura un sistema para detectar la magnitud del Guaraní, para asegurarse su uso de manera sostenible y evitar todo tipo de contaminación. Para ello, pone al frente de la investigación al Banco Mundial, la Organización de Estados Americanos, organismos alemanes y holandeses de investigación que controlan y algunas facultades universitarias de los países involucrados. Destinan un presupuesto de 27 millones de dólares anuales.

Se produce la cíclica presencia del Comando Sur del ejército norteamericano en la zona llamada Triple Frontera, que unido con las declaraciones del departamento de Estado han levantado protestas porque da la sensación de que el objetivo es el control del sistema del acuífero Guaraní. Brasil critica la posición de Estados Unidos por su intento de controlar este acuífero.

El nuevo mapa de la expansión militar en la región militar (el denominado Plan Colombia) determina los puntos neurálgicos del control de las fuentes de recursos estratégicos en gran parte de América del Sur. A través de éste, se extiende su control no sólo a las zonas de petróleo de estos países, sino también el gran objetivo norteamericano que es el control del Amazonas, con el establecimiento de bases fronterizas, que significa el control de la poderosa red de ríos y reservas subterráneas en todo el continente.

Estudiando el plan Colombia se ve como apunta al control de todos los grandes ríos desde el norte de Méjico al extremo sur de Argentina. El acuífero Guaraní es pues uno de los principales puntos a controlar, para ello se ha producido el establecimiento de una base militar de inteligencia en la zona llamada de la Triple frontera (Puerto de Iguazú en Argentina, Ciudad del Este en Paraguay y Foz de Iguazú en Brasil).

La posibilidad de que se establezcan en esta zona puntos de aglomeración industrial se ve reforzada por la proximidad a recursos petrolíferos y gasíferos argentinos y bolivianos. Oleoductos y gaseoductos ya en funcionamiento desde Bolivia hasta Santa Fe en Argentina siendo una zona alejada de conflictos militares.

Además, tiene una buena red de comunicación por carretera, vías férreas, ríos navegables y puertos oceánicos tanto en el Pacífico como en el Atlántico. Proximidad de grandes mercados de consumo como son Brasil (175 millones de habitantes) y Argentina (36 millones de habitantes) Un bajo coste de la mano de obra con 4,8 millones de parados argentinos y con un salario de 184 dólares mensuales, unido a los 9,7 millones de desempleados brasileños y con salarios parecidos a los argentinos.

La Organización Internacional de la Energía Atómica2 pide al Banco Mundial la realización de estudios isotópicos de las aguas del acuífero. Se ha determinado que el acuífero es rico en distintos elementos químicos como el deuterio, que se utiliza en aeronáutica y cohetes militares como combustible formando parte de la mezcla de gases propulsores de tritio. Usado éste en los ensayos termonucleares a partir de 1952, a través de las lluvias penetra en la tierra y en los acuíferos, uranio, torio, silito, que se encuentran también en la tierra y cuyas propiedades similares a la del titanio lo hacen apto para la industria espacial y aeronáutica.

Coca Cola y Nestlé ya tienen plantas separadoras de estos elementos en la zona. Como podemos ver, se preparan para un futuro dándole pleno sentido a las carencias de agua.

Europa tiene puestos los ojos desde el punto de vista económico en esta acuífero, puesto que las grandes empresas vinculadas a la industria del agua son europeas. Estados Unidos ve como sus reservas hídricas se terminan y se otea un horizonte estéril y seco de ahí la importancia de esta reserva hídrica para ellos.

En un documento denominado de Santa Fe IV, preparado por miembros del partido republicano y demócrata plantean una serie de principios geoestratégicos para garantizar la seguridad nacional. Uno de esos puntos es procurar que los países del hemisferio sur no sean hostiles a nuestras preocupaciones de seguridad nacional.

Es prioritario que los países que albergan el acuífero Guaraní promulguen legislaciones que lo protejan como patrimonio de esas naciones. Debe asegurarse que los recursos naturales del hemisferio estén disponibles para responder a nuestras prioridades nacionales.

El diario británico The Guardian publica,en febrero de 2004, un informe secreto del consejero del Pentágono, Andrew Marshall, que advertía al presidente Bush de los oscuros efectos del calentamiento global en el planeta a corto plazo, entre ellos, la falta de agua potable. Allí se sugiere que Estados Unidos se prepare para estar en condiciones de apropiarse de este recurso estratégico, allí donde éste y cuando sea necesario.

Está clara la política Norteamérica, es necesario reclamar que no se privatice el agua del acuífero Guaraní y que sirva a los pueblos de la región y no a potencias y multinacionales extranjeras.

Notas:

1 Funcionario de la USAID (Centro Mundial para el Medio Ambiente de la Agencia de Estados Unidos para el desarrollo Internacional).

2 La Organización Internacional de la Energía Atómica.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.