George Zimmerman, el vigilante voluntario que disparó y mató al menor de raza negra Trayvon Martin en Sanford, en Florida, ha sido declarado no culpable de todos los cargos que se le imputaban. La muerte de Martin, en febrero del año pasado, abrió un intenso debate sobre el racismo en EEUU, hasta el punto de […]
George Zimmerman, el vigilante voluntario que disparó y mató al menor de raza negra Trayvon Martin en Sanford, en Florida, ha sido declarado no culpable de todos los cargos que se le imputaban.
La muerte de Martin, en febrero del año pasado, abrió un intenso debate sobre el racismo en EEUU, hasta el punto de que el presidente, Barack Obama, dijo: «Si hubiera tenido un hijo, él se hubiera parecido a Trayvon».
Zimmerman, de origen peruano, podría haber sido condenado a cadena perpetua por homicidio de segundo grado y hasta 30 años de prisión por homicidio involuntario. Según el vigilante, disparó a Martin, de 17 años, que iba desarmado, en defensa propia.
El jurado, compuesto por seis mujeres, deliberó durante 16 horas durante los últimos dos días antes de anunciar su veredicto, que pone fin al proceso judicial contra Zimmerman, que comenzó el pasado 10 de junio en el condado de Seminole.
«INJUSTO» Y «DESCORAZONADOR»
El abogado de Zimmerman, Don West, ha cargado contra los medios de comunicación por no respetar la presunción de inocencia y ha denunciado que la «persecución a George Zimmerman fue vergonzosa».
En cambio, a la salida del tribunal, decenas de personas, que se han concentrado en apoyo a la familia Martin, han clamado contra el veredicto y han tachado el fallo de «injusto» y «descorazonador», en palabras de varios asistentes.
La Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color ha subrayado en un comunicado que la Justicia «ha fallado» a Trayvon Martin y a su familia, y que este caso ha «revigorizado» el movimiento contra el racismo en Estados Unidos.
Alrededor de 40 personas se han concentrado en el centro de Chicago tras el veredicto, según la Policía local, mientras que en San Francisco, varios centenares de personas han marchado por una de las principales arterias de la ciudad con pancartas y alzando sus puños, según medios locales.
El hecho que acabara con la vida de Martin y pasaran seis semanas hasta que fuera detenido por la Policía fue el acicate que espoleó la indignación entre la población de raza negra de Florida y que, más tarde, se extendió al resto de Estados Unidos. La Policía arguyó entonces que había actuado en defensa propia.