Un nuevo documental de PBS saca a la luz la muerte de un inmigrante mexicano producida por las descargas de pistola Taser y la golpiza que le dieron los agentes de la patrulla fronteriza estadounidense en California, hecho que originó un nuevo análisis riguroso de lo que los analistas llaman la cultura de la impunidad. […]
Un nuevo documental de PBS saca a la luz la muerte de un inmigrante mexicano producida por las descargas de pistola Taser y la golpiza que le dieron los agentes de la patrulla fronteriza estadounidense en California, hecho que originó un nuevo análisis riguroso de lo que los analistas llaman la cultura de la impunidad. En mayo de 2010, Anastasio Hernández Rojas de 32 años de edad fue capturado cuando trataba de ingresar a Estados Unidos por un lugar cerca de San Diego, desde México. Hernández Rojas había vivido en Estados Unidos durante 25 años y era padre de cinco niños nacidos en EE.UU. Pero en lugar de deportarlo en el momento de la detención, lo mataron. Se vio a un grupo de agentes de la patrulla fronteriza golpearlo hasta que uno de ellos le dio descargas con una pistola Taser por lo menos cinco veces. Hernández Rojas murió poco después eso. Los agentes dicen que enfrentaron a Hernández Rojas porque era hostil y se había resistido al arresto.
Pero los videos grabados por testigos con teléfonos celulares y que hasta ahora no se habían divulgado muestran algo diferente. «Todos los testigos con los que hablamos básicamente cuentan lo mismo: había un hombre con las manos esposadas en la espalda y los pies atados, sin ofrecer resistencia, al que golpeaban una y otra vez con bastones, patadas, golpes de puño y daban descagas con pistola Taser, durante unos 30 miutos hasta que murió», afirma el periodista John Carlos Frey, cuyo revelador informe salió al aire en un programa especial de la televisión pública el viernes pasado a la noche, como parte de una investigación conjunta realizada entre el programa de PBS Need to Know (Necesito saber) y el Fondo de Investigación del Instituto de la Nación. También hablamos con la viuda de Hernández Rojas, María Puga. «A mi esposo lo toruraron; le dieron una feroz golpiza y destrozaron toda una familia», dice Puga a través de un traductor. «Lo único que queremos es justicia y necesitamos su ayuda para logarlo».
Fuente: http://www.democracynow.org/es/2012/4/24/death_on_the_border_shocking_video