Recomiendo:
1

ÑOMÜMGNENON RAGKO

Aguas de greda no domadas

Fuentes: Rutas Alternativas

Este texto forma parte de Rutas Alternativas, un proyecto que destaca la obra de ocho artistas jóvenes afro-latinoamericanos e indígenas y resalta la historicidad de las relaciones raciales y étnicas dentro de los mundos del arte en Latinoamérica. Este proyecto fue organizado y editado por Bruno Pinheiro, candidato a doctor en Historia en la Universidad Estatal de Campinas (UNICAMP), y Horacio Ramos, candidato a doctor en Historia del Arte en The Graduate Center, City University of New York.

Chile se fundó como una nación unitaria, negando la preexistencia del pueblo mapuche y otros pueblos en estas tierras, vulnerando los derechos indígenas y proponiendo una única manera para habitar lo “chileno”. Desde mediados del siglo XIX, los estados de Chile y Argentina comenzaron su expansión al territorio mapuche conocido históricamente como Wallmapu. [1] Este proceso de colonización generó el despojo y destierro del territorio, separando al Puelmapu (Tierra del Este) con el Ngulumapu (Tierra del Oeste) en lo que hoy conocemos como Argentina y Chile. El estado chileno avanzó con su mal llamado proceso de “pacificación de la Araucanía” hacia el Ngulumapu, desbaratando la articulación del pueblo mapuche y quebrando su autonomía territorial. Desde 1861, este proceso llevó al empobrecimiento del pueblo, generando una gran oleada de migración de las comunidades mapuche hacia las urbes, especialmente la ciudad de Santiago.

La educación escolar del estado de Chile me enseñó que mi pueblo era parte únicamente del pasado, sin agencia en el presente, sin una voz hacia un futuro. Los territorios despojados fueron entregados a migrantes llamados “colonos” por la historia, y luego a empresas neocoloniales que hoy destruyen toda la diversidad de vidas que existen en bosques, ríos y mares a lo largo de la extensa franja que es Chile. [2] Nuestras familias vivieron el racismo, la negación de sus identidades, la imposibilidad de hablar la lengua, de habitar la cosmovisión de la forma que hubiesen deseado, producto del impacto que generó el colonialismo sobre la misma sociedad chilena. Vivimos muchos años en esa negación constante del estado, que también permeó en la cultura del pueblo de Chile, quienes históricamente nos han considerado inferiores, además de todos los estereotipos heredados del racismo.

Hoy, muchas personas mapuche reivindicamos nuestra ancestralidad, revitalizando la lengua y ocupando los espacios que siempre se nos negaron. Somos presente, agencia y voz para pensar un futuro. No obstante, muchas generaciones que nos antecedieron padecieron el racismo estructural que afectó y afecta al pueblo mapuche. La misma historia del arte es la evidencia de esa herida colonial, que no nos hace parte de los relatos del arte, sino que nos relega al discurso de la multiculturalidad, donde somos fetichizados, despolitizados y anulados.

/
Fig.1: Eva Chávez, Santos Chávez en Berlin (1982). Fotografía. Fundación Santos Chávez

Santos Chávez Alister Carinao (7 de febrero, 1934–2 de enero, 2001), artista mapuche nacido en Canihual, provincia de Arauco, es un claro ejemplo de esta invisibilización de la identidad mapuche en la historia del arte en Chile (fig. 1). Fue criado en el campo, cuidando ovejas, pastoreando los campos y cultivando la tierra. [3] Quedó huérfano a temprana edad, por lo que debió trabajar y auto sustentarse desde muy pequeño en soledad. Su formación artística fue tardía. Ingresó a la Sociedad de Bellas Artes de la ciudad de Concepción en 1958, donde asistía solo en horario nocturno, ya que en las mañanas trabajaba dentro de la misma institución ejerciendo labores de limpieza. En un artículo, publicado en agosto de 1966, Santos confesó con franqueza: «Me echaron dos veces. Dijeron que no servía. Que me dedicara a otra cosa. Pero yo volvía una y otra vez. No tenían más remedio que dejarme. La gente que había estudiado en París o en Londres no podía aceptar la idea de que un hombre con cara de indio como yo, dibujara, grabara, pintara». [4] En esa misma entrevista, se le preguntó qué mensaje tenían sus dibujos y grabados, a lo que Santos contestó, «Trato de expresar la raza, lo poco que nos va quedando de americano. Soy un araucano que trata de universalizar el sentimiento de la gente sencilla. Por eso elegí la madera. La noble madera para expresarme. Tierra y hombre forman una entidad». [5]

Santos Chávez Alister Carinao se involucró además con el gobierno socialista de Salvador Allende, apoyando su candidatura hasta llegar a la presidencia. [6] Su compromiso político no le llevó a alterar el contenido de sus obras, las cuales mantuvieron su impronta estética personal muy marcada. Durante este periodo, el grabado tuvo un rol protagónico dentro de las artes visuales, por lo que el trabajo de Santos alcanzó visibilidad nacional e internacional. Luego del golpe militar de Augusto Pinochet, Santos Chávez decidió partir al autoexilio. [7] Recorrió Europa por cuatro años hasta finalmente asentarse en la República Democrática Alemana, donde formó parte de la Asociación Nacional de Artistas. En esa época también conoce a Eva Chávez, su esposa, quien le acompañó por el resto de su vida. En ese periodo Santos recibió atención de colecciones de arte a nivel global. Pese a la distancia con su territorio, Santos mantuvo permanente interés en sus recuerdos del pueblo mapuche. [8] Su producción no se vio alterada por su contexto. En cambio, su distanciamiento con Chile, en plena Dictadura Militar, le permitió crear algunos de sus trabajos más interesantes.

La obra Arauco no domado (1978) nos presenta dos cuerpos mapuche montando sendos caballos, cada uno sobre un manto de la cordillera cubierto de plantas y flores. En la estampa podemos observar que las flores dispuestas corresponden a la flor del canelo, árbol sagrado para el pueblo mapuche y de gran poder curativo y espiritual. La figura del caballo, símbolo por excelencia de la introducción colonial a Abya Yala, representa el domar la misma imposición colonial sobre el territorio. El mismo pueblo mapuche narró variadas crónicas del periodo de la invasión de España a estos territorios, donde el caballo fue domesticado para usarse en contra de estos mismos.

/
Fig.2: Santos Chávez, Arauco no domado (1994). Papel hilado y tinta. 45 x 58 cm. Ejemplar 15/60. Fundación Santos Chávez

Arauco no domado es una interpelación al poema épico colonial Arauco domado, publicado por primera vez en Lima en 1569 por Pedro de Oña. [9] Santos utiliza el título de esta publicación, agregando la partícula “no”, aludiendo así a una historia no oficial que da cuenta de una resistencia histórica contra el colonialismo. El título se opone a una historia oficial ficticia, que no da cuenta de los sucesos reales en torno a la autonomía política y territorial que tenía el pueblo mapuche anterior a la avanzada del estado de Chile.

En 1994, Santos retorna a Chile. A su vuelta, dio clases de grabado dentro del Museo de la Solidaridad Salvador Allende. Fue nombrado entonces “hijo ilustre de Tirúa”, su territorio histórico en el Wallmapu. En el año 1999 su obra Arauco no domado fue portada de uno de los libros más importante de la poesía mapuche, Recado confidencial a los chilenos de Elicura Chihuailaf. [10] En el 2000, Santos recibe el premio Altazor, convirtiéndose en uno de los pocos grabadores en obtener un premio de esa envergadura en el contexto nacional. Un año más tarde fallece y es Eva Chávez, su esposa, quién se encarga de difundir su obra, creando la fundación Santos Chávez. [11] Su obra fue homenajeada en la primera Bienal de Arte Indígena en Chile, como un gesto de reconocimiento a su identidad mapuche.

El documental Ahora te vamos a llamar hermano de Raúl Ruiz, registrado durante el gobierno socialista de Salvador Allende, data de marzo de 1971 y corresponde a uno de los documentos más importantes que me he encontrado como artista. [12]La pieza audiovisual de 13 minutos nos presenta un archivo visual y sonoro donde escuchamos hablantes de mapudungun de casi 50 años atrás. La cinta fue producida durante la Reforma Agraria en Chile, proceso que permitió desestabilizar el control de haciendas e inquilinaje arraigados en ese periodo. El ferviente activismo realizado por comunidades mapuche ante la llegada de Allende al poder ayudó a acelerar la reforma debido a la gran cantidad de tomas de terrenos desde diciembre de 1970. [13] Todo este proceso se registra el día de inauguración del instituto de Capacitación Mapuche. Un año más tarde Allende promulgó en 1972 la ley 17.729, la conocida también como “ley indígena.” [14]

Ahora te vamos a llamar hermano nos muestra el despojo territorial sufrido en la historia reciente. Sus personajes son la voz encarnada de ese registro experiencial, donde por medio de la denuncia, se instala el deseo de interpelación al estado y al pueblo de Chile. Este es de los registros más importante donde se hace referencia a la restitución. Sus testigos, de diversos rangos etarios, podrían incluso haber presenciado el proceso de ocupación militar en el territorio mapuche o ser víctimas de la violencia ejercida por el estado de Chile. La cinta fue hallada en 2012 por la antropóloga chilena María Paz Peirano 40 años después de su realización. Esta se encontraba perdida, siendo encontrada en el Archivo Histórico del Arte Contemporáneo de la Bienal de Venecia (ASAC) y restaurada en el Laboratorio L’Immagine Cinema Ritrovata.

El documental es el punto central e inicial de mi obra Welu kumplipe (2018) [15] (fig. 3). En el documental, el diálogo enunciado por el más joven de los hablantes, un personaje anónimo que viste un chaleco rojo y un sombrero, nos propone un reclamo de empoderamiento:“Más de 150 años, kuyfi mew may,
weñeymün mapu, weñeymün kom fillem…
kulliñ […]
Kuyfi may nos han explotado,
feymew tüfa wüla, […] ¡no!”“Más de 150 años, antiguamente, pues,
ustedes robaron las tierras, robaron de
todo… animales […]
Desde hace mucho tiempo nos han explotado
Pero solo ahora […] ¡no!” [16]

/
Fig. 3: Sebastián Calfuqueo Aliste, Welu kumplipe (2018). Instalación: Video performance, 1920 x 1080,  HD, 3 minutos y texto de tierra con resina . Foto por Diego Argote
/
Fig. 4: Fotograma del cortometraje documental de 1971 de Raúl Ruiz, Ahora te vamos a llamar hermano
/
Fig. 5: Fotograma del video performance Welu kumplipe (2018) por Sebastián Calfuqueo Aliste

La visualidad presente en esta escena es la misma que se replica para la obra Welu kumplipe. Utilizando vestimenta y accesorios similares, dispongo mi cuerpo frente a la cámara mirando fijamente. Mi mirada interpela: no me muevo, solo observo detenidamente al espectador, quién se supone está mirando. No replico la gestualidad realizada por el lamngen [hermano] de chaleco rojo. El discurso aparece esta vez con mi propia voz, imitando aquel discurso tan encarnado que fue realizado en los setentas, pero que sigue siendo tan contemporáneo, tan actual. El video está acompañado de la frase “Welu kumplipe”, producida en acrílico cortado a láser y cubierto de tierra y resina. La tierra utilizada corresponde al territorio de la región de la Araucanía. Esta frase también corresponde al título de la obra, que es la deuda histórica del estado de Chile con el pueblo mapuche. Estas palabras se traducen como “Pero que cumpla” y fue rescatada de una de las voces no traducidas dentro del documental de Raúl Ruiz y corresponde a una machi, quien asevera apoyar a Allende, siempre y cuando “nos cumpla” esa promesa histórica que fue destruida por la dictadura.

Esa promesa no fue cumplida. El golpe de estado de Pinochet truncó todo el proyecto de restitución llevado a cabo. Se inició entonces un nuevo proceso denominado “contrarreforma”, donde particulares chilenos y los llamados “colonos” fueron quienes despojaron nuevamente las tierras devueltas. Finalmente, estas tierras fueron entregadas a forestales que invadieron el Wallmapu de monocultivos madereros de pino y eucaliptus. Pese a la importancia de este documental, ninguna de las personas mapuche que habla son nombradas, muchas de ellas están incorrectamente traducidas y otras simplemente se evitó traducir. Como documento histórico este video es de suma importancia, debido a que desmantela las temporalidades en torno a la reivindicación territorial mapuche, generalmente enfocadas en el movimiento político realizado en los años 90, muy posterior al registro hecho por Ruiz en el año 1971. [17]

En el marco de esta historia de violencia colonial permanente, Arauco no domado es una forma política de pensar al Wallmapu libre. Esto es, una forma de pensar el territorio sin la militarización que ocupa el estado de Chile, el cual violenta a miles de personas bajo un sistema que extrae hasta destruir todo. Hasta la fecha, tras la “vuelta a la democracia”, van 17 personas mapuche asesinadas por agentes policiales, víctimas de la represión y militarización de la zona. Hoy, ante un proceso de cambio constitucional presidido por la mujer mapuche Elisa Loncon, pensamos que es urgente cambiar y reconocer los errores cometidos en la historia contra el pueblo mapuche. [18] Para ello, es necesario empezar con el reconocimiento de las políticas genocidas aplicadas hacia los pueblos. Esto con el fin de lograr una reparación histórica que devuelva el Wallmapu al pueblo, no a los privados que siguen arrasando con todo, destruyendo el presente e impidiendo el futuro.

Tanto en la obra de Santo Chéavez como en la mía, observo una referencia hacia esa denuncia y el compromiso por la restitución territorial, de servicio a esa lucha por la reparación histórica a la violencia cometida. Esa historia construida por la matriz grabada de Santos, hoy la conecto con todo el movimiento social y político que ha sido históricamente invisibilizado. Santos Chávez en una de sus últimas entrevistas nos dice:

Yo estoy encantado de trabajar para apoyar este movimiento de los mapuche, están en su legítimo derecho de re­cuperar sus tierras que les fueron usurpadas [ … ] Estoy convencido de que van a lograr mejoras. Ahora hay más movimiento cultural, están estudiando su lengua y respetando su cultura. Los chilenos también porque casi todos tienen sangre mapuche. [19]

Sebastián Calfuqueo Aliste, Welu kumplipe (2018). Video performance.


Santos Segundo Chávez Alíster (Canihual, Arauco, 1934—Viña del Mar, 2001). Huérfano a temprana edad, desde niño debió dedicarse a labores del campo, al pastoreo de animales y la labranza de la tierra, para ayudar a su familia de siete hermanos. Su dedicación al arte se inició en la ciudad de Concepción en 1958, donde asistió por las noches a cursos de pintura de la Sociedad de Bellas Artes. En 1961 continuó sus estudios en Santiago, en el Taller 99 de Grabado invitado por Nemesio Antúnez, quien había descubierto su natural talento artístico. El premio Andrés Bello obtenido en el Salón Oficial de 1966, le permitió viajar al extranjero para realizar diversos cursos de arte. Viajó a Estados Unidos donde realizó estudios en el Pratt Graphic Center de Nueva York y en el Art Institute of Chicago. Más tarde siguió trabajando en la Escuela de Artes Aplicadas de la Universidad de Chile. Marchó voluntariamente al exilio en 1977 y recorrió Europa por cuatro años durante los cuales destaca su trabajo en el Graphic Workshop de Estocolmo, Suecia. Finalmente se estableció en la República Democrática Alemana donde trabajó en un taller privado y fue incluido como miembro de la Asociación Nacional de Artistas. Regresó a Chile en 1994.


[1] Territorio mapuche que comprende desde Rivera del pacífico hasta el Atlántico.

[2] El racismo opera tan fuertemente que algunos migrantes son especialmente llamados “colonos”, mientras otros son vulnerados constantemente.

[3] Luis Alberto Mansilla, “Santos Chávez: De pastor de cabras a eximio grabador”, Revista Punto Final, 19 de enero de 2001, http://www.puntofinal.cl/010119/artes.html

[4] Entrevista para Cable United Press International, Nueva York, 20 de agosto de 1966. Citado en Carola Laura Arriagada Araya, “La expresión simbólica en las xilografías de Santos Chávez”, tesis de maestría (Universidad de Chile, Facultad de Artes, 2015): 29.

[5] El término “araucano” fue propuesto desde el mundo español para referir al pueblo mapuche, que habitaba en Arauco, esta palabra también fue una forma de anular la identidad mapuche durante mucho tiempo.

[6] A comienzos de los sesenta, Santos se trasladó hasta la capital, Santiago, para enfocarse en su trabajo artístico. Invitado por el artista Nemesio Antúnez ingresó al Taller 99 y se entrenó en el oficio del grabado, utilizando ese medio como espacio de comunicación y creación . Su trabajo se caracterizó por plasmar en imágenes sus recuerdos de infancia, la vinculación con la mapu y la añoranza por el retorno. Pese a no pertenecer a una clase acomodada que le asegura la entrada al circuito del arte local, tuvo gran circulación por otras tierras: Alemania, México, Estado Unidos Suiza, entre otros.

[7] En el año 1977 Santos es invitado por la Dictadura de Pinochet a presentar su obra en la exhibición “Patriótica” en Argentina. Decide no aceptar, partiendo al exilio. 

[8] “Es lo que me sale natural, cuando salí al extranjero ya tenía una formación del mundo que quería representar». Citado en Museo Nacional de Bellas Artes, “Artistas visuales chilenos: Santos Chávez”, https://www.artistasvisualeschilenos.cl/658/w3-printer-40324.html

[9] Encargado por el gobernador de Chile entre 1557 y 1561, García Hurtado de Mendoza. Para un estudio crítico de este texto, ver Andrea Lorena Fernández, “Ansiedades épico-criollas y el mecenazgo de Indias en el Arauco domado de Pedro de Oña”, tesis doctoral (Nueva York: City University of New York, 2018) [N. del E.].

[10] Ahí, el poeta reproduce sus palabras: “De dicho mundo aprendí a que no hay que ser pretencioso con lo que uno hace. Eso lo sabe toda persona que trabaja la tierra y aprecia y vive la morenidad de ella revelándonos su, nuestra, morenidad. Así cada cual se va formando un concepto de lo que he vivido (o de lo poco que ha vivido), porque la gente nunca termina de ser, pues nadie jamás podrá decir: ‘yo lo sé todo’. Uno va aprendiendo de vivir. Yo cuando niño tuve un universo abierto, lleno de estrellas, de árboles, de pajaritos, de cabritas, y el sol”. Citado en Elicura Chihuailaf Nahuelpán, Recado confidencial a los chilenos (Santiago: LOM Ediciones, 1999): 60.

[11] Agradezco profundamente la ayuda entregada por la Fundación Santos Chávez, particularmente a su director Juan Pablo Scarella.También a la curadora del Museo de Bellas Artes en Santiago, Gloria Cortés y también al apoyo de artistas mapuche en este proceso: Eduardo Rapiman y Francisco Huichaqueo, quienes han colaborado en la difusión de la obra de Santos Chávez.

[12] Sobre los archivos de Raúl Ruiz y Valeria Sarmiento, ver http://www.arte.ucv.cl/index.php/archivo-ruiz-sarmiento/. Este documental ha sido analizado por Andrea Salazar y Cristián Vargas Paillahueque, quienes comentan: “Fue producido durante el gobierno de Salvador Allende en su gira por Wallmapu en marzo de 1971, por el entonces joven Raúl Ruiz como director, en su calidad de militante de la Unidad Popular, y su equipo conformado por José de la Vega a cargo del sonido y el uruguayo Mario Handler en cámara. El rodaje habría durado únicamente un día: el 28 de marzo de 1971, día en que Allende inaugura el Instituto de Capacitación Mapuche en Temuco y en Temuco y promulga la Ley nº 14.511, todo lo anterior enmarcado en el álgido proceso de Reforma Agraria que se estaba llevando a cabo en Chile”. Ver Andea Salazar Vega y Cristian Vargas Paillahueque, “Resonancia de voces indígenas en el cine chileno: Ahora te Vamos a Llamar Hermano (1971), de Raúl Ruiz”, en Eduardo Fonseca y Fabio Mendes (eds), Trânsitos e subjetividades latino-americanas no cinema (Paraná: EDUNILA – Editora Universitária, 2019): 151-157.

[13] El Movimiento Campesino Revolucionario (MCR) y la organización Netuain Mapu cobraron mayor protagonismo entonces, aportando al proceso.

[14] En su discurso el presidente comenta: “quiero resumir la obra realizada por el Gobierno y que me parece fecunda. Restitución de tierras; entre enero del 71 y enero del 72 se han restituido a los mapuches 72 mil hectáreas de terrenos. En cambio, entre enero del 61 y enero del 71, diez años, sólo se restituyeron por los Juzgados de Indios, 1.432 hectáreas”. Ver Salvador Allende, “Palabras en la firma de la promulgación de la Ley Indígena”, discurso pronunciado el 15 de septiembre de 1972, disponible en https://www.marxists.org/espanol/allende/1972/septiembre15bis.htm

[15] La pieza fue producida en el año 2018, apoyado por el trabajo del curador y teórico del arte Cristián Vargas Paillahueque.

[16] Este extracto fue re traducido por el trabajo de Andrea Salazar y Cristián Vargas Paillahueque.

[17] Sobre el film Ruiz declara: “Es una película muy poco preparada, hecha con el máximo de honestidad […] todo con una espontaneidad que considero importante […]. La película está completamente hablada en mapuche y subtitulada en castellano, está hecha para ellos”. B. Cuneo (ed.), Ruiz: entrevistas escogidas – filmografía comentada (Santiago: Ediciones UDP, 2013): 300-301.

[18] Elisa Loncón Antileo, presidenta de la Convención constitucional encargada de crear la nueva constitución para Chile en reemplazo de la creada en la Dictadura de Pinochet (1980), electa popularmente por el pueblo mapuche por el sistema de escaños reservados. Es además una importante académica universitaria, lingüista y actividad mapuche.

[19]  Entrevista a Santos Chávez realizada por María Antonia Carrasco reproducida en Santos Chávez: xilografías y linóleos. Exposición retrospectiva (Santiago: Museo Chileno de Arte Precolombino, 2004).

Fuente: https://coleccioncisneros.org/es/editorial/featured/ñomümgnenon-ragko