Disipada la interrogante por ambas partes contenciosas, no habrá de momento ruptura de relaciones diplomáticas entre el imperio y la isla. Era lo que nos faltaba para terminar el año, que volviéramos a cero, sin asomos de esperanza para una necesaria tranquilidad entre ambas orillas y mejor armonía familiar. La otra sorpresa fue, sin lugar […]
Disipada la interrogante por ambas partes contenciosas, no habrá de momento ruptura de relaciones diplomáticas entre el imperio y la isla. Era lo que nos faltaba para terminar el año, que volviéramos a cero, sin asomos de esperanza para una necesaria tranquilidad entre ambas orillas y mejor armonía familiar.
La otra sorpresa fue, sin lugar a dudas, la decisión del presidente Miguel Díaz-Canel de nombrar como Primer Ministro al arquitecto Manuel Marrero Cruz (57 años), titular del Ministerio del Turismo.
La decisión del presidente estaba muy lejos de lo que no pocos analistas profesionales y aficionados a las predicciones suponían que iba a ocurrir para designar, apoyo parlamentario unánime de por medio, a quien sería el nuevo jefe de Gobierno.
Marrero tendrá ante sí el gran reto de su vida política y no militar. Dejar a un lado un ministerio que gozó de privilegios financieros dada la importancia estratégica concedida al turismo, -facilidad que no tuvo ningún otro ministro-, a llevar las riendas del gobierno en una etapa considerada como de muy difícil por no decir crítica, lo obligará a desplegar fuerzas, capacidad y talento, además de cosechar la simpatía popular máxime cuando su antecesor en el cargo fue nada menos que Fidel Castro. Quizás por esto último haya sido su primera promesa en Twitter: «Vamos a ejercer un gobierno por el pueblo y para el pueblo.»
Aunque suene cansón y reiterativo, en este 2020 deberá perfilarse, de una vez y por todas, el rumbo que en la economía deberá tomará la nación. Y no en la letra impresa, sino en la práctica; no en discursos de ocasión, sino el diario bregar de quienes ostentan responsabilidades lo mismo en una cooperativa que en un sillón ministerial.
Y Marrero estará en la primera línea de combate porque como gobierno todavía hay mucho que hacer y porque, además, ha sido un hombre de suma confiabilidad política de cara al partido comunista y a su primer secretario, Raúl Castro.
De estar en su lugar quien suscribe, y al calor de los augurios propios de esta época del año, cuando alguien me diga «felicidades», sería capaz de preguntarle si es por el nuevo nombramiento o por el año que está por venir.
Con 20-20 de visión habrá que enfrentar el 2020 porque no hay espacios para cataratas y otros males anexos.
Fuente: http://progresosemanal.us/20191223/al-2020-con-vista-de-20-20/