De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: Ganémosla a pensamiento»José Martí Antes de salir de Montreal rumbo a La Habana en marzo de 2016 con el propósito de cubrir el viaje de Obama escribí un artículo sobre las relaciones Cuba-Estados Unidos. Respecto de la guerra cultural, que en el sentido amplio del […]
José Martí
Antes de salir de Montreal rumbo a La Habana en marzo de 2016 con el propósito de cubrir el viaje de Obama escribí un artículo sobre las relaciones Cuba-Estados Unidos. Respecto de la guerra cultural, que en el sentido amplio del término incluye agresión ideológica y política, expuse:
«Entonces, la pregunta es: ¿la visita de Obama a Cuba brindará a los cubanos la oportunidad de ganar terreno contra la guerra cultural, o permitirá a los EE.UU. penetrar en la sociedad cubana? ¿O ambas situaciones forman parte del panorama que se vislumbra en el horizonte?».
Mi intención en esos momentos era tratar la cuestión tras mi regreso de Cuba. Sin embargo, durante mi estancia en La Habana e inmediatamente después, una particularidad me quedó muy clara. Tanto dentro como fuera de Cuba la incidencia de la visita no solo subsiste sino que continúa amplificándose. De hecho, al momento de redactar estas líneas, un mes después del viaje, el debate ideológico y político persiste.
Para mayor abundamiento, esta situación se ve favorecida por el Informe Central al VII Congreso del Partido Comunista de Cuba presentado por Raúl Castro el 16 de abril de 2016, en el cual dedica importantes secciones al tema de las relaciones Cuba-EE.UU.
La desinformación que surge dentro de Cuba
La visita de Obama y su séquito de medios de comunicación internacionales apuntaron hacia los EE.UU., Canadá, y, en su versión castellana, en dirección a América Latina y España. La mayor parte de los medios se dedicó a señalar explícita o implícitamente lo que el Presidente estadounidense alude como falta de democracia en Cuba. Con lo cual, se desprendió el argumento de la falta de respeto por los derechos humanos, y por ende se destacó los derechos civiles y políticos. En sí esto no es nada nuevo, si no es por un rasgo innovador. Por vez primera desde la Revolución Cubana de 1959, el gobierno de los Estados Unidos tuvo la oportunidad de llevar a cabo una campaña de desinformación no desde fuera de la isla sino desde dentro.
El clima político altamente tenso en torno al viaje de Obama también ha provocado un incremento y un más amplio espectro en la percepción política de las poblaciones de habla inglesa. Muchas personas progresistas y de izquierda están agudizando su raciocinio antiimperialista. Están llevando a cabo una disección creativa de la incursión de Obama en Cuba con cuchillos políticos bien afilados, al tiempo que aportan su apoyo total a la visita y a la Revolución Cubana. Esto es extremadamente alentador.
Los cubanos en la contraofensiva
Lo más motivante es el número de cubanos que han estado contrarrestando la ofensiva ideológica y política de los Estados Unidos durante y tras la visita de Obama. Esto era de esperarse, ya que la valerosa resistencia cubana surgió con las declaraciones realizadas por Obama y Raúl Castro el 17 de diciembre de 2014 sobre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la apertura de las embajadas.
En esa ocasión, Obama volvió a confirmar que los Estados Unidos ha estado abandonando tácticas antagonistas, que no han funcionado, en favor de tácticas diplomáticas que espera que marchen bien en lo sucesivo -para finalmente conseguir la meta de más de diez lustros de hacer naufragar la Revolución Cubana y socavar la soberanía de la isla. Como subproducto de este acercamiento, la Casa Blanca espera a través de esta incursión, elevar su posición para actuar de manera eficaz en el ámbito de América Latina -léase «cambio de régimen»- mediante guerras convencionales o virtudes del «poder blando».
Los «combatientes cubanos» contra la guerra ideológica y política
En Cuba, la contraofensiva a esta guerra está plasmada en la lucha ideológica y política coherente y durable que radica sobre todo en los blogs y sitios web. De los varios ejemplos, cabe mencionar los blogs de muchos y destacados escritores revolucionarios cubanos, tales como Iroel Sánchez, Elier Ramírez y Esteban Morales, los cuales constituyen un compendio de artículos críticos sobre las relaciones Cuba-EE.UU. que se han venido reuniendo desde el 17 de diciembre de 2014.
Otro de estos «combatientes cubanos» contra la guerra ideológica y política es Luis Toledo Sande. Si bien su blog no está dedicado totalmente a las relaciones Cuba-EE.UU. desde el 17 de diciembre de 2014, tiene el mérito de abordar temas controvertidos en el ámbito de la cultura. Ejemplo de ello es la aparición de las banderas estadounidenses que se vienen colocando en lugares públicos de La Habana desde hace algunos años y como vestimenta de tipo carnavalesco. Su análisis de esta manifestación de incursión cultural, me permitió exponer en uno de mis artículos las complejidades de la situación actual en la isla ante la nueva política estadounidense. Jesús Arboleya, Fernando Martínez Heredia, Enrique Ubieta Gómez y otros se suman a estos escritores y académicos. Sus artículos sobre el tema de las relaciones Cuba-EE.UU. han sido reproducidos en los blogs antedichos así como en el sitio web de CubaDebate.
CubaDebate, por su parte, ha estado difundiendo artículos sobre el nuevo capítulo en las relaciones Cuba-EE.UU., y, haciendo honor a su nombre, ha provocado debates entre sus lectores. Con frecuencia publica cientos de comentarios redactados por el público en reacción a un solo artículo. Por ejemplo, el artículo de Mario Masvidal Saavedra, «Obama en mi televisor» que ha atraído 209 comentarios, desencadenó lo mejor que Cuba puede ofrecer en materia de defensa de la cultura socialista cubana y oposición a la agresión cultural estadounidense. Desde el 17 de diciembre de 2014, CubaDebate ha presentado una sección dedicada enteramente a la nuevas relaciones Cuba-EE.UU., misma que ha venido actualizándose prácticamente todos los días, sin desatender sus columnas destinadas a tratar otros temas nacionales e internacionales. Lo mismo ocurre con el blog La pupila insomne de Iroel Sánchez, polo de predilección para artículos polémicos.
Oposición al pensamiento único estadounidense
Además de escasas excepciones, lo que todos estos medios tienen en común es que publican artículos que reflejan una marcada oposición al pensamiento único de los Estados Unidos sobre la democracia y los derechos humanos, aun cuando no todos traten del tema directamente. A mi manera de ver, lo importante es la ideología, manantial donde confluyen opiniones sobre cuestiones políticas distintas. Me atrevería a decir que la manera de pensar, actuar y opinar de los referidos intelectuales y muchas otras personas es invulnerable a cualquier influencia de los Estados Unidos. Estos escritores y revolucionarios en la base están inmunizados contra este cáncer listo a carcomer por dentro la cultura política cubana si se le deja irremediablemente arraigarse.
E stos intelectuales y muchos otros constituyen la base de esta resistencia y están a años luz de encontrarse solos. Tal como muchos de estos blogs y sitios suelen divulgar, en los comentarios procedentes del público que se publican en respuesta a las entradas o artículos varios dicen que reflejan lo que se anda diciendo por ahí, en la calle.
Fidel y Raúl
Por otra parte, el artículo de Fidel Castro, «El Hermano Obama«, publicado el 29 de marzo de 2016, provee sustento y aliento a todos aquéllos que luchan desde la misma trinchera contra el pensamiento único de los Estados Unidos en materia de democracia, derechos humanos y su manera selectiva y oportunista de ver la historia. Motivo de aliento es también es el Informe Central al VII Congreso del Partido Comunista de Cuba presentado por Raúl Castro el 16 de abril de 2016.
Para rematar, la mañana del 19 de abril, Fidel Castro asistió a la sesión de clausura del Congreso en la cual pronunció un discurso. Su presencia inyectó máximo dinamismo en los militantes del Partido y personas que lo vieron más tarde en la televisión.
¿El Caballo de Troya de Obama es un sueño hecho realidad?
Esta resistencia a hacerse pasar por crédulos no solo es tangible entre los líderes. El 18 de abril era alentador ver las deliberaciones televisadas del Congreso del Partido Comunista de Cuba. Una de las particularidades que caracterizaba las diversas intervenciones por parte de los delegados e invitados era el rechazo de la política subversiva de la Administración Obama. De hecho, a esta oposición se unieron los trabajadores por cuenta propia que fueron electos como delegados. Si Obama hubiera visto esas deliberaciones, su perene sonrisa se hubiera tornado en tremendo gesto de desaprobación, pues era ese justamente el «sector privado» al que hubiese deseado ganarse para infiltrarse en Cuba cual Caballo de Troya.
De toda evidencia, el PCC, desde la cima hasta la base y en forma ascendente, es un baluarte contra la ofensiva ideológica y política de los Estados Unidos. Sin embargo, la actitud de desafío ante el asalto a nivel ideológico no ha concluido. Por ejemplo, no todos los trabajadores por cuenta propia comparten las mismas perspectivas tal como fue expresado por los delegados en los trabajos del Congreso del Partido. Otro reto es la situación entre sectores de la juventud. Además, prácticamente ninguna de las entradas o artículos pasa por la imprenta para publicarse. Y como se menciona en muchas de las entradas en los blogs y artículos, solo una minoría del pueblo cubano cuenta con acceso a internet, y por consiguiente a esos autores.
La oposición cubana está ganando terreno respecto de la guerra contra la cultura socialista cubana por parte de los Estados Unidos
Tras lo expuesto, ¿cómo validar la cuestión que aborda mi artículo escrito previo a la visita?
«Entonces, la pregunta es: ¿la visita de Obama a Cuba brindará a los cubanos la oportunidad de ganar terreno contra la guerra cultural, o permitirá a los EE.UU. penetrar en la sociedad cubana? ¿O ambas situaciones forman parte del panorama que se vislumbra en el horizonte?»
Mi conclusión provisonal es que si bien las consecuencias son palpables en ambos marcos conceptuales, el pensamiento autóctono cubano es el que más ha avanzado respecto del marco conceptual invasor estadounidense.
Sería ilusorio negar que la Obama-manía haya hecho avanzar su frente. Esto es bien tangible en algunos de los comentarios que quedan en varias entradas y artículos, así como las reacciones constatadas en la calle. Por otra parte, a Obama le salió el tiro por la culata. El resultado imprevisto fue un acalorado debate político a nivel de la base y entre muchos intelectuales contra las nociones preconcebidas de los Estados Unidos que quiso imponer sobre la cultura política socialista cubana.
El valor y el alcance de este movimiento lleva más fuerza que cualquier otra cosa que haya yo presenciado desde que empecé mi investigación sobre el sistema político cubano en la década de los 90. De manera que en Cuba las situaciones son palpables en ambos marcos conceptuales. Uno de ellos es la perspectiva apenas velada y crédula respecto de Obama. El segundo, es el rechazo enérgico a la guerra ideológica y política que los Estados Unidos está librando contra Cuba. Tengo la firme convicción de que la balanza se inclina en favor de la perspectiva que está luchando contra la infiltración de los prejuicios estadounidenses dentro de la sociedad cubana. Sin embargo, no hay que perder de vista que ambos están en evolución dentro de la Revolución, y esto requiere de una unión nutrida por el intercambio dinámico de diferentes opiniones.
Protesta de Baraguá
La inquebrantable resistencia a la guerra de los Estados Unidos contra el pensamiento cubano ya está ganando e incluso, ha salido victoriosa. A mi manera de ver, en condiciones extrapoladas, no deja de ser otra Protesta de Baraguá.
Recordemos:
«Protagonizada por Antonio Maceo y sus compañeros de lucha el 15 de marzo de 1878, la Protesta de Baraguá fue un hecho político trascendental, por lo valiente, oportuno y firme, pues consolidó el pensamiento revolucionario cubano y reafirmó los objetivos básicos de la rebeldía nacional.» (El énfasis es mío.)
El movimiento de resistencia de hoy representa la más reciente de otras protestas semejantes a la Protesta de Baraguá desde1878.
Este artículo constituye una versión abreviada y adaptada del artículo originalmente redactado en inglés y publicado en CounterPunch:
Traducción de Alicia Loría.