El mapa de países agredidos que ha dejado hasta ahora el régimen estadounidense va de un extremo a otro del mundo. La crueldad del gran capital, en esta hora en fase imperialista global, alcanza dimensiones en extensión y profundidad que ponen en peligro la vida de todos los seres vivos. Podemos aprender de Che Guevara. […]
El mapa de países agredidos que ha dejado hasta ahora el régimen estadounidense va de un extremo a otro del mundo. La crueldad del gran capital, en esta hora en fase imperialista global, alcanza dimensiones en extensión y profundidad que ponen en peligro la vida de todos los seres vivos. Podemos aprender de Che Guevara. El imperio promete ir destruyendo país a país para seguir acumulando riquezas, y con el fin de amedrentar y declararse único renueva cada día su amenaza atómica. Podemos, sostengo a pie firme, aprender de Che Guevara.
Entre otras muchas, traigo aquí una lección que dió el guerrillero antiimperialista, que se ha hecho también global, en la Conferencia de la OEA celebrada en Punta del Este en 1962, allí declaró: «Una nueva fase comienza en las relaciones de los pueblos de América, dicen (los «técnicos») y es cierto, nada más que esa nueva etapa comienza bajo el signo de Cuba, territorio libre de América, y esta Conferencia y el trato especial que han tenido las delegaciones y los créditos que se aprueban tienen todos el membrete de Cuba, les guste o no les guste a los beneficiarios, porque ha habido un cambio cualitativo en Amnérica que es el que un país se pueda alzar en armas, luchar contra el ejército que parecía invencible, destuirlo aniquilarlo reducirlo a cenizas, implantar un nuevo ejército popular, plantarse frente al monstruo invencible, esperar el ataque del monstruo, y derrotarlo también, y eso es algo nuevo en América, señores». Es bien conocida su consigna «Crear dos, tres, muchos Vietnam», con la que aludía a la derrota del imperio en Vietnam, en aquel «Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental» (Órgano del Secretariado Ejecutivo de la Organización de la Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina – OSPAAAL) que escribió a los 21 años de terminada la Segunda Guerra Mundial. En ese mensaje se preguntaba si la guerra contra los pueblos, en forma de miseria, degradación, explotación, continúaba. Hoy, a 50 años de su asesinato, … la miseria, la degradación y la explotación es tanta y de tal calibre que ha pasado a formar parte de una misma guerra general, de una guerra global que se acerca también a la destrucción global. Matar, robar y dividir en pequeñas naciones enfrentadas, lo que vemos en Oriente Medio, es lo que promueve el imperio global.
El propósito de Che era el opuesto, había que hacer todo lo posible para unir a la clase trabajadora y a los pueblos, hacerlos fuertes con el entrelazamiento, el hermanamiento, y de este modo defenderse del enemigo común. Los imperialistas no han tenido la menor duda al declarar su propósito; uno de los mayores criminales del siglo XX, Henry Kissinger, sionista de origen alemán, Consejero de la Seguridad Nacional y Secretario de Estado de EEUU, declaró: «El imperio no esta interesado en participar en un sistema internacional, aspira a ser el sistema internacional».
Callarse es una forma de darse por vencido y es una forma de mentir, los imperialistas hablan para no darse por vencidos ante el mundo, o se callan ante las acusaciones que se les hace, porque el silencio de sus medios oculta sus intereses globales. Los revolucionarios llaman a las conciencias y muestran con claridad lo que ocurre, llaman a la organización política antiimperialista y dan la esperanza, la alternativa al imperio. Che Guevara hizo eso: el revolucionario no espera a ser liberado, el esclavo sí y por eso se deja llevar por la corriente. Por eso también, se nego siempre a toda colaboración con la burguesía, y de ello se deduce una pregunta, ¿es libre el que consiente que el gobierno burgues robe, apalee al pueblo o lo mate, o es su cómplice? Luego actuar en defensa de los pueblos frente al que les niega sus derechos es propio de los revolucionarios.
He aquí dos principios que Che Guevara sostenía:
El primero: No a los dogmas. El capitalismo nos inyecta sus dogmas, sus creencias, y busca una izquierda que los asuma, o que haga de su ideario otro dogma, otra creencia. Uno y otro nos hacen acríticos, enemigos de las búsquedas, con lo que en una sociedad donde se alimenta con el determinismo capitalista (el capitalismo dice que no puede existir otra sociedad, que no es posible ningún cambio) se esta alimentando el absentismo social y el individualismo.
El segundo: El Estado es el Estado de los indivíduos, no el Estado sin indivíduos o sin individualidad. Leyendo esta idea y su desarrollo en Che Guevara me hace recordar lo que decía el gran escritor Oscar Wilde en «El alma del hombre bajo el socialismo»: «Bajo las nuevas condiciones, el individualismo será mucho más libre, más bello y más intenso que ahora. No estoy hablando del gran individualismo imaginativamente realizado por poetas tales como los que he mencionado, sino del gran individualismo real, latente y potencial del género humano en general. Pues el reconocimiento de la propiedad privada ha dañado realmente al individualismo, y lo ha oscurecido confundiendo al hombre con lo que él posee. Ha desviado totalmente al individualismo. Ha hecho su finalidad de las ganancias, y no del desarrollo. De manera que el hombre creyó que lo importante es tener, y no supo que lo importante es ser. La verdadera perfección del hombre reside, no en lo que el hombre tiene sino en lo que el hombre es». Luego, la individualidad juega un papel fundamental en la nueva sociedad, y Che Guevara lo tenía presente. Como podemos ver los que hoy son más representativos en la izquierda, quienes hablan de una sociedad diferente, horizontal, no se lo han inventado. Hay en el discurso heterodoxo de Che sobre el socialismo una reflexión profunda acerca del nuevo ser humano, muy alejada y hasta opuesta, a la que se ha conocido como la ortodoxia de una izquierda que ha resultado nada consecuente. Lo vemos hoy en quienes no se resignan, quienes no se resignan buscan la unidad en un frente común.
Un apunte más sobre los que no se resignan, como aleccionó el Che con su experiencia: él se cuestionó la lucha en la legalidad burguesa como la única, declaraba que debía actuarse con parámetros desde los que se cuestione la violencia estatal, porque de ella esta hecho el Estado capitalista. La negación de ese Estado conlleva hacer frente al poder en todos los terrenos. No hablo aquí del cómo y el cuando. Habrá que vencer. Che Guevara tenía claro aquello que decía Marx: «El ejecutivo del Estado moderno no es otra cosa que un comité de administración de los negocios de la burguesía».
Habíamos comenzado hablando de la situación internacional en la era del imperio global y la respuesta de Che Guevara en los organismos internacionales, y quisiera transmitirles su ejemplar actitud de solidaridad antiimperialista con una llamada de atención que hoy es más urgente, si se me permite, que en su tiempo:
Al poco del triunfo revolucionario en Cuba, en 1959, Che Guevara fue a Gaza (Palestina) a conocer los campos de refugiados, sólo entonces la limpieza étnica que llevaban a cabo los sionistas desde la Nakba, en 1948, alcanzó resonancia internacional y Palestina pasó a primer plano. La Resistencia Palestina le recibió con los brazos abiertos, un famoso guerrillero triunfante se solidarizaba con la causa del pueblo palestino. El internacionalismo antiimperialista llamaba a los pueblos del mundo a la unidad con Palestina. Palestina alcanzó el valor del símbolo antiimperialista. Les dejo aquí un artículo que hace referencia a esa visita de Che Guevara. Aprendan de él.
http://www.fdlpalestina.org/articulos/el-che-guevara-en-gaza-jul-2015.html