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Arribistas – Partido de los Súbditos

Fuentes: Rebelión

Van de izquierdistas, pero incluso el Partido Popular queda a su izquierda; dicen odiar la crispación y no paran de crear polémica artificial; se supone que detestan los nacionalismos y la idea de las dos Españas, pero su discurso es claramente del lado Nacional… y ahora se presentan a las Elecciones Generales. ¡Estamos de enhorabuena! […]

Van de izquierdistas, pero incluso el Partido Popular queda a su izquierda; dicen odiar la crispación y no paran de crear polémica artificial; se supone que detestan los nacionalismos y la idea de las dos Españas, pero su discurso es claramente del lado Nacional… y ahora se presentan a las Elecciones Generales. ¡Estamos de enhorabuena! ¡La derecha se fracciona!

Se hacen llamar «Ciudadanos – Partido por la Ciudadanía», y entre otras cosas, abogan por la recuperación del consenso del año 1978, en referencia a la Carta Otorgada que, paradójicamente, niega el status de ciudadanía a los Seres Humanos que habitamos estas tierras e incurre en flagrantes contradicciones, inherentes al hecho de pretender instaurar un Estado de Derecho, partiendo de un sistema medieval y arbitrario.

El partido de Boadella y compañía, se ha caracterizado desde un primer momento por el más rancio y vulgar oportunismo frentista, al crear conflictos artificiales en materias donde no los hay en absoluto -recordemos su obstinación por atacar el idioma natural de Catalunya-.

Tampoco destacan los de C’s por hacer gala de una gran actividad en el Parlament de Catalunya, lugar éste que les viene grande -pero mucho-, tanto por la inconsistencia de sus escasas propuestas, como por las esperpénticas intervenciones de sus tres diputados -machos los tres naturalmente, recordemos que dicen ser los «Ciudadanos»… nadie ha hablado de las «Ciudadanas»-.

Mas hete aquí que los que dicen ser ciudadanos, añoran una pseudo-constitución que les relega al papel de súbditos, y lo que es peor: pretenden jugar el papel de anti-nacionalistas… pero no en su acepción de buena fe, que tomaría un cariz anarquista, internacionalista o antisistema… no, estos no son anti-nacionalistas al uso, lo que son es anti-nacionalistas «periféricos», es decir, son ultra-nacionalistas españoles, pero se avergüenzan de reconocerlo, entre otras cosas, porque como partido, nacieron en Catalunya, uno de los lugares históricamente más castigados por el españolismo autócrata.

Lo mejor de todo: si se les pregunta, se autodefinen de izquierdas, como los falangistas. Irrespetuosos con la cultura de los pueblos sometidos por la fuerza; populistas como nadie; deseosos de asomar el hocico en cualquier medio -aunque solo sea para trollearlo-. Su discurso es mitad utópico, mitad fantasioso, sabedores de que no tendrán que ponerlo en práctica… los del «Arribistas – Partido de los Súbditos», aprovechan cualquier oportunidad para dar la nota, crispar, mostrarse como las grandes víctimas y, como ya dije hace algún tiempo: entremezclar ‘Le Contrat Social’ con el ‘Mein Kampf’, para elaborar una especie de ‘Aguas de Arbeloa’, a la que llaman programa electoral.

Bien, pues la noticia es que van a por más: tras quedarse a un par de escaños de tener la llave de la gobernabilidad en Catalunya, ahora intentarán repetir su hazaña en el resto del Estado, presentando listas en un buen número de circunscripciones, con la intención de acceder al Congreso de los Diputados.

Francamente, les deseo lo mejor. Ya era hora de que la derecha se fraccionara en este dichoso país. Espero que se lleven muchos votos, aumentando así las oportunidades de las fuerzas de izquierda -vía Ley d’Hondt-.

Estamos de enhorabuena: esta escisión lerrouxista supone el pistoletazo de salida para el fraccionamiento de la derecha. Quien lo iba a decir: ni Pimentel, ni Bono ni el de las ‘gallardas’… ha tenido que ser una marioneta desvestida, en manos de su homónimo maestro del rencor, obstinado en odiar en bilingüe, legislar sin tener ni idea de lo que es una concejalía, e interpretar el papel de su vida, para llevarse alguna parte del queso.

¡Salud y República!