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Califican al presidente del Consejo Real Consultivo del Sahara de “delincuente” y señalan su nombramiento como “ilegal” declarándolo “persona non grata” para Canarias

Asociaciones canarias de solidaridad con el pueblo saharaui rechazan la visita de Jalihena Uld Rachid

Fuentes: Rebelión

Comunicado de la Asociación Canaria de Amistad con el Pueblo Saharaui (ACAPS)

Aseguran que «sólo se representa a sí mismo, a la corrupción y a la represión» y le acusan de «amasar su fortuna sobre los sufrimientos, la sangre y los cadáveres de los civiles saharauis indefensos».

Jalihena viene a Canarias, probablemente llegará el jueves como parte del periplo que realiza por distintas comunidades autónomas españolas desde hace tiempo. Jalihena Uld Rachid no es un desconocido en Canarias, ha estafado a numerosas empresas de las Islas con la impunidad que le otorgan sus servicios al tirano Rey de Marruecos lo que lo convierte en un delincuente. Los sumarios de sus causas se amontonan en los juzgados de Las Palmas. Tampoco, mucho menos aún, es un desconocido para los saharauis ya que lleva más de 30 años amasando su inmensa fortuna sobre los sufrimientos, la sangre y los cadáveres de los civiles saharauis indefensos, su propia gente.

Jalihena Uld Rachid no representa a los saharauis, sólo se representa a sí mismo, a la corrupción y a la represión salvaje ejercida por Marruecos contra sus hermanos. Desde 1974, Jalihena a pretendido arrogarse la representación de un pueblo con cuyo intento de exterminio ha colaborado y sólo lo ha hecho para venderlo al mejor postor, vender su futuro, sus derechos fundamentales, sus vidas y para evitar que se exprese por sí mismo, que ejerza la democracia y que acceda a una vida en dignidad, tal y como exigen las sucesivas resoluciones de las Naciones Unidas que Maruecos desobedece, la comunidad internacional, que nunca ha reconocido la soberanía marroquí del Sahara, la legalidad y declaraciones de diversas instituciones, parlamentos organismos internacionales y ONGs. Todos ellos han señalado desde hace más de 30 años al Frente POLISARIO como único representante legal del pueblo saharaui.

Por lo tanto, su nombramiento es ilegal y su representatividad es sólo un intento de fallido usurpar unos derechos que no le corresponden y que sólo reconoce el tirano marroquí porque sirve a sus intereses. No es el primero. Jalihena se venió a otro tirano, Franco, liderando un falso partido nacionalista que la dictadura creó para evitar lo inevitable, el PUNS. Todavía se recuerdan las numerosas declaraciones alertando contra la invasión marroquí a Radio Nacional de España. Es como una vieja gramola que suena en función de la canción que elije su señor, que es el que introduce las monedas en el mecanismo. Después, cuando acordó el precio con Hasán II, se pasó a Marruecos y vendió de nuevo a su gente sin olvidar llevarse la caja de caudales de su ficticio partido.

Hoy la historia se repite. Mohamed VI, el dictador marroquí, le ha vuelto a llamar porque sabe que, como Franco, se tendrá que ir del Sahara más temprano que tarde. Ese es el papel de Jalihena, ser el clavo ardiendo al que se agarran los tiranos que sucesivamente han ocupado su tierra cuando ya saben que se tienen que ir. Es su último recurso y no se dan cuenta de que no se puede vender la misma cosa una y otra vez a diferentes compradores, que las estafas nunca producen beneficios.

Ahora, después de que le cerraran las puertas en Madrid hace unos días, de que no le recibiera ningún representante político español para no tener que avergonzarse el resto de su vida, llega a Canarias con la  representatividad en evidencia. A convencer a un pueblo hermano y vecino de que el Sahara no existe, ni los representantes legítimos del pueblo saharaui, ni el mismo pueblo saharaui. «Nuestra lucha no es una lucha entre saharauis, ni un conflicto argelino-marroquí», aseguraba a un medio de comunicación de las Islas hace unos días el activista saharaui de los derechos humanos Ali Salem Tamek. «Es una disputa entre el Frente Polisario y el Reino de Marruecos. No tenemos nada contra ningún saharaui. A lo mejor hay saharauis que tienen otra opinión y por eso ir a las urnas es lo que aclarará las opiniones, lo más democrático. El referéndum es una forma de ejercer la democracia jurídicamente superior a las demás. Será la única forma de arreglar la cuestión del Sahara de forma definitiva». Y esa es la diferencia entre ellos, Ali Salem Tamek, Aminetu Haidar… y Jalihena: que le dan la oportunidad de expresar su opinión en las urnas de la misma forma que Jalihena se la niega a ellos porque la democracia es un peligro para la gente como él.

Por todo ello, los personajes como Jalihena producen repugnancia, y las Asociaciones canarias de amistad y
solidaridad con el pueblo saharaui le declaran persona non grata para todos los canarios amantes de la libertad, la democracia y los derechos humanos y, como tales, se someten a la legalidad internacional. Todo lo contrario de lo que Jalihena representa.