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Bush apuesta por el etanol, aunque con poco dinero

Fuentes: The Wall Street Journal

Con los precios del petróleo estacionados por encima de los US$60 por barril, el presidente de EE.UU., George W. Bush, está tratando de vender el «etanol celulósico» como la solución mágica para liberar a EE.UU. de su dependencia del petróleo de Medio Oriente. El combustible, producido con «astillas de madera, tallos o del pasto usado […]

Con los precios del petróleo estacionados por encima de los US$60 por barril, el presidente de EE.UU., George W. Bush, está tratando de vender el «etanol celulósico» como la solución mágica para liberar a EE.UU. de su dependencia del petróleo de Medio Oriente. El combustible, producido con «astillas de madera, tallos o del pasto usado como heno», como dijo Bush en su discurso sobre el Estado de la Nación el martes por la noche, podría llegar a las gasolineras en seis años, y en última instancia podría proveer cerca de un tercio del consumo en ese país.

Después de una larga serie de promesas fallidas de Washington -como los combustibles sintéticos derivados del carbón-, el anuncio ha sido recibido con escepticismo. Especialmente porque la Casa Blanca está ofreciendo muy poco dinero para respaldar su retórica: tan sólo US$150 millones el próximo año, una cifra que difícilmente revolucionará el multimillonario mercado petrolero.

Sin embargo, un creciente número de científicos, inversionistas y legisladores dicen que la biotecnología está haciendo que el combustible, también conocido como «biomasa», sea cada vez más viable. Derivado de los desechos agrícolas, es más barato que el etanol derivado del maíz. Brasil, después de un esfuerzo concertado en esta tecnología, ahora obtiene la mitad de su combustible para motores del etanol. Colombia comenzó a vender a partir de ayer gasolina mezclada con un 10% de etanol. E inversionistas privados desde el empresario británico Richard Branson a la canadiense Logen Corp. están bombeando dinero a la iniciativa a la espera de una implementación similar en EE.UU. A los ambientalistas les gusta la idea, porque causa menos polución que la gasolina convencional. Los defensores de las políticas de defensa lo promueven como una forma de incrementar la seguridad nacional de EE.UU. Y a las automotrices les gusta porque pueden competir con los vehículos japoneses «híbridos», que pueden cambiar entre gasolina y combustibles alternativos.

http://online.wsj.com/public/article/SB113883980467462666.html?mod=spanish_whats_news