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Fragmento del capítulo 19 del libro «El Estado agresor. La guerra de Washington contra el mundo»

Caballo de Troya: La Fundación Nacional para la Democracia

Fuentes: Rebelión

Traducido para Rebelión y Tlaxcala por Chelo Ramos

¿Cuántos estadounidenses saben qué es la Fundación Nacional para la Democracia? Una organización que por lo general hace exactamente lo contrario de lo que implica su nombre. La NED fue establecida por el Presidente Reagan a principios de los años ochenta, a raíz de las revelaciones negativas sobre la CIA que se hicieron en la segunda mitad de los años setenta, un período extraordinario. Como consecuencia de Watergate, el Comité Church de la Cámara del Senado, el Comité Pike de la Cámara de Diputados y la Comisión Rockefeller, creada por el Presidente, se dedicaron a investigar a la CIA. Casi todos los días aparecía un nuevo titular sobre el descubrimiento de algo terrible, e incluso algún acto criminal, en el que la CIA había estado involucrada por años. La «Agencia» estaba adquiriendo muy mala reputación y poniendo en una situación difícil a los poderes existentes.

Había que hacer algo. Pero lo que se hizo no fue detener esas cosas terribles. Claro que no. Lo que se hizo fue transferir muchas de ellas a una nueva organización, con un nombre que sonaba bien: La Fundación Nacional para la Democracia. La idea era que la NED hiciese de manera abierta lo que la CIA había estado haciendo por décadas de manera encubierta, esperando así eliminar el estigma asociado con las actividades encubiertas de la CIA.

Se trataba de una obra maestra de la política, de las relaciones públicas y del cinismo.

Fue así como en 1983 se creó la Fundación Nacional para la Democracia para «apoyar las instituciones democráticas en todo el mundo a través de iniciativas privadas no gubernamentales». Tomen nota de la parte «no gubernamental» de la imagen, parte del mito. En realidad, cada céntimo de sus fondos proviene del gobierno federal, como se indica claramente en los estados financieros incluidos en cada emisión de su informe anual. A la NED le gusta referirse a sí misma como una ONG (organización no gubernamental), porque esto contribuye a mantener en el exterior un grado de credibilidad que probablemente no se otorgaría a un organismo del gobierno de Estados Unidos. Pero catalogarla como una ONG es incorrecto. La NED es una OG.

«No deberíamos tener que hacer este tipo de trabajo de manera encubierta», dijo Carl Gershman en 1986, cuando era presidente de la NED. «Sería terrible que se considere que los grupos democráticos del mundo están subsidiados por la CIA. Esto ocurrió en la década de 1960, pero dejó de hacerse. Por eso se creo la Fundación.»

Allen Weinstein, quien colaboró en la redacción de la ley que establece la NED, declaró en 1991: «Una gran parte de lo que hacemos actualmente lo hacía la CIA hace 25 años de manera encubierta».

En efecto, la CIA lava dinero a través de la NED. La Fundación tiene cuatro receptores principales de dinero: El Instituto Republicano Internacional, el Instituto Nacional Demócrata para Asuntos Internacionales, una filial de la AFL-CIO (como el Centro Americano para la Solidaridad Internacional del Trabajo), y una filial de la Cámara de Comercio (como el Centro Internacional para la Empresa Privada). Estas instituciones entregan fondos a otras instituciones en los Estados Unidos y en todo el mundo, las cuales, a su vez, entregan fondos a otras instituciones.

La NED se entromete de muchas maneras en los asuntos internos de numerosos países, mediante el aporte de fondos, conocimientos técnicos, capacitación, materiales educacionales, computadoras, faxes, copiadoras, automóviles, etc., a grupos políticos, organizaciones cívicas, sindicatos, movimientos disidentes, grupos estudiantiles, editores de libros, periódicos y otros grupos seleccionados. Usualmente, la NED se refiere a los medios que apoya como «independientes», a pesar de que estos medios están en la nómina de los Estados Unidos…
Fragmento del Capítulo 19 de Rogue State. A Guide to the World’s Only Superpower, de William Blum. Third edition, third printing. Common Courage Press, 2005.

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Algunos extractos de «El Estado agresor. La guerra de Washington contra el mundo»

24-04-2006

Chelo Ramos es miembro de Tlaxcala (www.tlaxcala.es), la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción es copyleft.