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Ciertas rondas no son buenas para Bush

Fuentes: Argenpress

En efecto, como dice el refrán, ciertas rondas no son buenas, y menos para el presidente norteamericano, George W., empeñado en que la impronta de sus guerras petroleras sobrepase su paso por la Casa Blanca. De esa forma, se le vio por estos días en Iraq y Afganistán, intentando dar ánimo a sus desgastadas tropas […]


En efecto, como dice el refrán, ciertas rondas no son buenas, y menos para el presidente norteamericano, George W., empeñado en que la impronta de sus guerras petroleras sobrepase su paso por la Casa Blanca.

De esa forma, se le vio por estos días en Iraq y Afganistán, intentando dar ánimo a sus desgastadas tropas y a los «aliados» locales, de manera que ni una sombra de cambio se produzca en ambos escenarios bélicos después del 20 de enero, en que partirá a su latifundio de Texas a masacrar alimañas, uno de sus entretenimientos preferidos.

Los analistas confirman que, en efecto, la controvertida y sorpresiva gira por Bagdad y Kabul ha tenido entre sus objetivos claves dejar amarras difíciles de cortar por un nuevo presidente, quien en su campaña electoral prometió desalojar a Iraq en un reducido plazo.

Por eso, ni corto ni perezoso, W. Bush suscribió con el gobierno iraquí el controvertido proyecto para la permanencia de los 140 mil militares de la potencia imperial en aquellos lares hasta finales del 2011. De esa suerte, Barack Obama ya tendría un presunto «valladar legal» al que hacer frente si se decidiese a cumplir sus ofrecimientos.

Solo que el saliente líder del imperio recibió en Bagdad una sorpresa que dejó incluso impávido a su aparatoso equipo de seguridad …y fueron los zapatazos que le lanzó el joven iraquí Muntazer Al Zaidi, un periodista de 29 años de la cadena de televisión Al Bagdadia, mientras le gritaba: «Es el beso del adiós, perro».

Cuentan los cercanos al reportero, que siempre prometió hacer algo semejante si se le presentaba la oportunidad de estar frente a W. Bush, al que califica como un asesino que ha enlutado a Iraq.

Del joven no se sabía aún su suerte luego se ser sacado a empellones del escenario de los hechos, pero su gesto se ha convertido en estímulo para muchos iraquíes, y se informó que una larga lista de reconocidos abogados locales y extranjeros ha ofrecido sus servicios gratuitos para defenderle si es finalmente procesado.

Lanzar los zapatos contra alguien es uno de los más profundos actos de desprecio que se pueda ejecutar en el mundo árabe, explican los entendidos, por lo que la acción de Muntazer Al Zaidi ha hecho época.

Para George W., que quiso tirar a broma el asunto, no deja de ser una advertencia de que, aun en su retiro, muchos en el mundo lo estiman y lo estimarán por mucho tiempo a la altura de un can rabioso, terco y traicionero.