Traducido para Rebelión por Anahí Seri
En su respuesta a las cartas en las que expresamos nuestra preocupación y protesta por su visita prevista a Israel, para participar en un festival de escritores apoyado en gran medida por el gobierno israelí, usted rechaza nuestras críticas, aludiendo al papel de la literatura a la hora de «abrir la mente humana» y sosteniendo que «por más violentos, terribles, amargos y urgentes que sean los abismos de conflicto que separan a los pueblos, la única solución para que haya paz y justicia es que ambas partes comiencen un diálogo.» Así pues, en su opinión, ¿la conversación ha sustituido a la resistencia como punto de partida para poner fin a la injusticia y para combatir el apartheid y el colonialismo? ¿Es eso lo que usted y sus compañeros anti apartheid hicieron cuando luchaban en Sudáfrica: dialogar con «la otra parte»?
También merece la pena recordarle que los escritores palestinos en el territorio palestino ocupado (TPO), como todos los palestinos que se encuentran bajo ocupación israelí, se ven privados de sus derechos fundamentales, incluido el «privilegio» de la libertad de expresión que usted, y todos nosotros, tanto valoramos. A menudo se les niega el derecho a viajar, a veces incluso dentro del TPO; a muchos se les niega el acceso a conferencias y festivales en los que pueden participar en un intercambio libre de ideas con sus pares a nivel internacional; y a algunos, las fuerzas de ocupación los encarcelan, hieren o matan. Asistiendo a esta conferencia, usted está contribuyendo a que se perpetúe esta forma especial de apartheid que nos niega nuestros derechos humanos.
Comienza usted su carta afirmando que «no es el gobierno de Israel quien la invita a Israel». ¿Eso es realmente así? Y aún en el caso de serlo, ¿es relevante? Técnicamente, es ese Festival de Escritores quien la invita; pero el festival cuenta primordialmente con la financiación, la promoción y el patrocinio de fuentes del gobierno israelí. Dejando de lado las sutilezas, usted es, de hecho, una invitada del gobierno israelí. Aún si el festival no recibiera ningún apoyo del gobierno, ¿se pronuncia de alguna manera contra la ocupación, el racismo y el apartheid que definen esencialmente la realidad de Israel, de modo que usted pueda considerar aceptable su participación?
No olvidemos tampoco que los escritores israelíes que la han invitado a usted tampoco se oponen exactamente, por parte de ellos, a las formas clave de opresión racista y colonial que su estado adopta hacia la población indígena de Palestina. Virtualmente, son todos sionistas que aprueban plenamente, y a veces defienden abiertamente, en distintos grados, los principales pilares del sistema de discriminación racial contra los ciudadanos palestinos dentro de Israel, la negación del derecho al retorno de los refugiados palestinos, de conformidad con la ley internacional, e incluso algunos aspectos de la ocupación militar y la colonización de Cisjordania, especialmente en Jerusalén Oriental. Imagine cuál habría sido su reacción si un escritor liberal internacional de la talla de la de usted hubiera aceptado una invitación por parte de un grupo de escritores afrikaner (la mayoría de los cuales no se oponen en sí al apartheid, sino tan sólo apoyan un subconjunto de derechos para los negros bajo el apartheid) a un festival en el Sudáfrica del apartheid que no se posicionara contra el sistema de discriminación racial que rige allí.
¿Es necesario que le recordemos cómo usted, y el fallecido intelectual palestino Edward Said, presionaron a Susan Sontag para que rechazara el Premio Jerusalén? Por lo que sabemos, su lógica era que la intervención del estado, representado por Simon Peres como parte del tribunal del premio «literario» del momento, significaba que Sontag y los demás escritores no debían participar.
Además, estamos profundamente decepcionados y entristecidos por el insultante intento que hace usted de «equilibrar» su acto de complicidad prometiendo que visitará una universidad palestina o algún lugar de Ramala. ¿Acaso la visita a un Bantustán* fue alguna vez una excusa moral o racional para participar en una reunión básicamente pro apartheid en Sudáfrica? Su participación simplemente atenta contra la Llamada Palestina al Boicot Académico y Cultural a Israel (1), hecho en 2004 y muy respetado por escritores, académicos y personas progresistas del ámbito de la cultura en todo el mundo.
¿Y qué decir de la fecha? Usted sabe muy bien que este festival, como todos los demás actos culturales programados en Israel durante este periodo, están pensados para que promueven las celebraciones «Israel at 60». Con independencia de las intenciones que usted pueda tener, el participar en una ocasión como ésta supone ignorar la verdad fundamental de que Israel nació hace 60 años como resultado de una campaña sistemática y brutal de limpieza étnica, lo que los palestinos llaman Nakba, que dio lugar al desposeimiento y la expulsión de más de 750.000 palestinos, y es en sí un acto de connivencia con el encubrimiento de este crimen fundamental de Israel. Hacerlo en este momento en particular, cuando Israel está cometiendo crímenes de guerra y «actos de genocidio», como los califica el experto en derecho internacional Richard Falk, en el Gaza ocupado, indica un lamentable cambio de bando hacia el lado del opresor, traicionando así los principios que usted enarbola en defensa de los oprimidos.
* Bantustán es el término que designa cada uno de los veinte territorios que operaron como reservas tribales de habitantes no blancos en Sudáfrica y África del Sudoeste (actual Namibia), en el marco de las políticas segregacionistas impuestas durante la época del apartheid. Tanto en la República Sudafricana como en el territorio aledaño de África del Sudoeste (por entonces, bajo su ocupación y administración), se establecieron diez reservas de esta clase, destinadas a alojar y concentrar en su interior poblaciones étnicamente homogéneas (http://es.wikipedia.org/wiki/Bantust%C3%A1n).
(1) La llamada al boicot de PACBI la apoyan decenas de importantes organizaciones académicas, culturales, profesionales y otras asociaciones de la vida civil de Palestina:
Omar Barghouti y Haidar Eid son miembros de la Campaña Palestina por el Boicot Académico y Cultural a Israel