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Comunidad valenciana, esperpento y cueva de Alí Babá

Fuentes: Rebelión

Servidor cree que España es por antonomasia el país del esperpento. A Valle-Inclán no se le queda atrás Forges con sus geniales viñetas como » Vótanos, vota trinque » o » Yo lo trincado no lo devuelvo, que lo sepas» , testimonios de primer orden de este tiempo. Esperpento, decimos, machihembrados lo grotesco y lo […]

Servidor cree que España es por antonomasia el país del esperpento. A Valle-Inclán no se le queda atrás Forges con sus geniales viñetas como » Vótanos, vota trinque » o » Yo lo trincado no lo devuelvo, que lo sepas» , testimonios de primer orden de este tiempo. Esperpento, decimos, machihembrados lo grotesco y lo trágico, entre Don Quijote y Don Friolera. Quizá por eso nadie dimite ni se suicida, salvo Larra, que reventó de hastío y náusea, cuernos o mal de amores aparte. Y la Comunidad Valenciana se lleva la palma estos años, culminando por ahora con el esperpento de Orihuela/Alicante, de Ripoll y cia.

Pareciera que lo del cacique Fabra en Castellón, casi eternalmente imputado-sin-juicio por delitos infames en tan alto representante de los contribuyentes, era el súmmum, mas no. O lo del Presidente Camps, llamando a un alcapone de guardarropía «amiguito del alma» y «queriéndole un huevo», más la esposa del presi protestando con la boca pequeña al mismo apache porque éste se pasaba muchos pueblos en sus regalos a la familia Camps, no devueltos por cierto. Mas ahora salta lo de la basura alicantina, en sentido real y alegórico. Todo lo cual semeja ya demasiado a aquello de Alí Babá etcétera.

El PP berlusconiano gobernante del río Sénia al Segura se supera, pues, a sí mismo, y, si Don Friolera aseguraba que en el cuerpo de carabineros no hay cabrones, aquí los populares postulan más o menos la absolución de la corrupción. Esto es, la conversión de la política en politicastrería. Como pantalla o tapadera construyen unas nuevas pirámides de Egipto (Oceanográfico, Ágora, nuevo puente de Calatrava, Museo de las Ciencias, Hemisfèric, Palacio de las Artes), que permiten suculentos contratos, muchos de ellos amañados para quien corresponde, pero miles de niños valencianos siguen estudiando en barracones porque no queda dinero para hacer sus escuelas (hay medio centenar «pendientes»).

Mas el presidente Camps –que en cualquier país europeo occidental habría dimitido hace año y medio– se envuelve en la bandera valenciana, autoidentificándose con ella y sus tierras, se ampara en su amigo el Presidente del Tribunal Superior de Justicia Valenciano, y proclama que él y la Comunidad Autónoma son mártires de persecución a cargo de fiscales, jueces como Garzón, policías expertos en delincuencia económica, interventores del Estado y funcionarios de Hacienda. Y quien más le consuela y defiende es la distinguida alcaldesa Rita, delincuente confesa del Artículo 426 del Código Penal (el mismo por el que va camino del banquillo el Sr. Camps), pues afirma que a ella también le regalan bolsos de tres mil euros. ¡Dios mío, la demagogia intentando desplazar al Derecho, o qué asesores jurídicos tendrá la alcaldesa! Lo que no dice Dª Rita es que Valencia acumula más deuda que Barcelona. Ni que el Vaticano anda cabreado por los enjuagues económicos que hubo a favor del Bigotes y Gürtel con la cobertura televisiva de la visita del Papa a cargo de TelePP, o sea, la TV pública autonómica sufragada con dinero de todos, fiel fámula de Camps y cia.

¡Querido y esperpéntico país!: cuando el pueblo echó a patadas a don Alfonso XIII, nació el partido monárquico Renovación Española. Y hoy el PP, con su estrategia sobre el Estatut catalán, deviene el mejor reventador de la España que pretenden. Gracias a ellos, puede que España acabe siendo no federal, sino confederal, el PP nos empuja a la senda de Bélgica y Canadá, ¡qué visión! ¡Ah!, y otro par de esperpentos supremos: el PP es el partido defensor de los trabajadores, lo ha dicho Dª Cospedal. Y el bragófilo don Vicente Sanz, hasta ayer nº 2 de la citada TV Valenciana, que coaccionaba a despojarse de sus más íntimas prendas a trabajadoras de la casa, pues gustaba de coleccionarlas, cuando al fin fue denunciado por varias de ellas e imputado judicialmente, no ha sido despedido, sino pasado a otro puesto de la casa y cobrando. (Este sujeto sonará a ustedes por su famoso «Estoy en la política para forrarme», a la vera de Zaplana en Benidorm. ¡Cuánto debe saber, y qué miedo deben tener a que tire de la manta!)

Mas, volviendo a Orihuela y sus basuras, por desgracia no me sorprende casi nada de lo ocurrido. He estado allí varias veces el último año, y además tiene uno memoria. ¿Se acuerdan del Sr. L.F. Cartagena, ex Conseller con Zaplana, ex Vicepresident del Gobierno autonómico, que, siendo Alcalde oriolano, latrocinó más de ocho millones de pesetas, de las de hace dos décadas, de unas monjitas que las habían recolectado para obras sociales e, ignorantes de la condición de alguna marranalla con altas dignidades, se las entregaron a Cartagena para tales obras, mas éste las guardó en su bolsillo, y encima se hizo con facturas falsas de que las había destinado a tales obras de solidaridad con los más necesitados? (Aparte otras andanzas de dicho «juliánmuñoz» oriolano por las que le imputó el mismo Juzgado nº 3 del actual esperpento: ¿les suenan las cesiones de crédito, primas únicas, etc?).

Aunque lo peor es quizá el laberinto mental al que se lleva al ciudadano de a pie, no docto en lo jurídico (al poder no le interesa que el súbdito entienda de Derecho; si no, introduciría asignaturas de iniciación al Derecho en ESO y Bachillerato), la confusión a que se conduce a Juan/a Español/a. En lo que hay auténticos maestros, como tiburón G. Pons hablando mentidamente de «detenciones ilegales» y afirmando que la policía suplantó al juez. O don Pío García el senatorial asegurando que Ripoll fue secuestrado. O el TSJ valenciano diciendo y desdiciéndose, tratando de desviar la atención del fondo del asunto. Por no hablar de los «comunicados» de la Diputación comandada por Ripoll.

A la ciudadanía hay que informarle de que la policía puede –y tiene obligación de– detener y hacer preguntas al detenido sin necesidad de orden judicial, cuando haya barruntos de delito. Y de que el juez de Orihuela, ¡atención! había dicho a la policía especializada en la materia que «tomaran las medidas necesarias» (y es una policía muy cualificada que no suele cometer chapuzas), lo que incluye posibles detenciones. Y también les había ordenado que «acompañaran», trasladaran a Comisaría a quienes tuviesen que declarar en ella (posteriormente, leídas por el juez estas declaraciones, les interrogaría de nuevo si era pertinente, ya en sede judicial). Además, el juez había informado a la policía de qué horarios tenía disponibles para dichas as declaraciones en juzgado, con arreglo a lo cual la policía trasladó las citaciones correspondientes. Me queda la duda, entre lógica y esperpéntica, de si el juez dejó la toma de declaraciones para el jueves porque el miércoles 7 jugaba España con Alemania.

En cuanto a los registros, ordenados por el Juez a la policía, se hicieron en presencia del Secretario judicial (lo cual calló, me parece, el TSJ). Todo, pues, fue legal y bajo control de Juez y Fiscalía Anticorrupción; y la Policía informó debidamente a Su Señoría de lo que iba haciendo. Pero, habiendo llegado a tal clímax la podredumbre del PP valenciano (recalificaciones urbanísticas fraudulentas, pelotazos, troceo de contratos para eludir controles legales, contratos sospechosos de la Generalitat con familiares del Vicepresident Cotino, del Conseller Castellano, etc, etc, más lo de Fabra, Camps, Ripoll…), en vez de sanear y purgarse de tanto miasma y gusanaje, para ser un partido de derechas «desente», como decía Alfonsín, ¡a marear la perdiz!, a escabullirse del terrible fondo de la cosa, a decir que hay un Estado policial que acosa al PP (aunque Rajoy, Cospedal, etc tienen buen cuidado de no salir en fotos junto a Camps), a pedir que Rubalcaba comparezca, a no apartar a los imputados como hace el propio PP en otras Comunidades. Mas lo cierto es que Ripoll está imputado por cinco delitos graves, tiene que presentarse en el Juzgado periódicamente, y, tras tanto pedir separar del partido a las «manzanas podridas» (sic), ahora dice que él no dimite, y que no sabe nada del sumario. ¡Toma, porque es secreto!

En fin, en un país con tantas herencias aún de dictaduras y dictablandas (o, si quieren, en un cesto democrático construido y mantenido con tanto porcentaje de mimbres franquistas), y en particular en una Comunidad Valenciana donde nadie dimite ni se disuelven les Corts y se convocan Elecciones autonómicas, puede pasar casi de todo. Como que la C.V. sea la última de 17 en porcentaje de estudiantes de ESO que alcanzan el título correspondiente, o que el Presidente Camps siga sin recibir, cuatro años después, a las familias de los 43 muertos en el accidente de Metro por no haber balizas adecuadas.

José Luis Pitarch. Presidente federal de Unidad Cívica por la República.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.