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Consideraciones sobre la lucha en la minería y en Asturies

Fuentes: Rebelión

Desde que hace casi ya un mes, cuando los mineros iniciaron una huelga, parece como si los colectivos sociales más «a la izquierda» de las organizaciones tradicionales, se hayan reactivado con la intención de iniciar campañas a las que llevaban tiempo dándoles vueltas y que ahora, a la luz del protagonismo mediático que los mineros […]

Desde que hace casi ya un mes, cuando los mineros iniciaron una huelga, parece como si los colectivos sociales más «a la izquierda» de las organizaciones tradicionales, se hayan reactivado con la intención de iniciar campañas a las que llevaban tiempo dándoles vueltas y que ahora, a la luz del protagonismo mediático que los mineros han logrado, (aunque solo en la prensa extranjera), parecen prometer alcanzar mucha más difusión y conseguir llegar a mas oídos.

Marchas del colectivo de parados a Madrid, manifestación de los trabajadores de APTA, manifestación de apoyo de ADEPAVAN, concentraciones de protesta por la nueva ronda de despidos en la RTPA, toma policial de Ciudad Naranco, (Oviedo), para ejecutar un desalojo que se salda con más de 20 detenidos.

La idea general, parece ser la de que todas estas luchas puedan llegar a formar un frente unido de protesta y adquirir mucha más fuerza que les permita llevar adelante todas sus reivindicaciones.

Ello podría ser una buena idea, pero las personas más entusiastas, harían bien en recordar que es peligroso precipitar los tiempos que cada fase del proceso necesita para que un frente de estas características pudiera algún día salir adelante. En otras palabras, es necesario saber quedarse a parte y permitir que este gobierno del PP, que ni sabe ni quiere negociar nada, permita que la situación llegue a degradarse lo suficiente como para que la vía de las protestas en la calle se evidencie como el único camino posible a seguir para toda la ciudadanía que cada vez se ve más ahogada por las decisiones tomadas ya no en Madrid, sino en Berlín.

Conviene recordar que ahora mismo, en el conflicto de la minería la unidad de acción entre las cúpulas de CCOO y UGT está virtualmente rota, (algo fácilmente observable para quienes hayan estado en la marcha de los mineros hacia Madrid), y si bien tal división no existe entre los trabajadores de los pozos, sí que les crea dudas a la hora de saber cuándo será necesario cesar en las acciones o bien llevarlas un paso más adelante.

Parece obvio, que el «compañeru» Villa, (por llamarle de alguna manera), con sus 60 años de experiencia como feriante, (mas que negociante), cometió el error de permitir que su amplia experiencia jugase en su contra en esta ocasión y le hiciera precipitar a los mineros del SOMA-UGT a una huelga para la que no estaban bien preparados, en la que CCOO va de polizón, y donde la gente que resiste en los encierros, va camino de batir records de permanencia bajo tierra en unas condiciones muy miserables implementadas por el gobierno como una medida de presión adicional.

No se ahorró dinero para gastos, no se hizo acopio de material para las protestas, no se preparó una campaña publicitaria para dar cobertura a las movilizaciones, no se preparó a las familias para la posibilidad de que la nómina tardara varios meses en volver a entrar en casa……se fiaron de la dirección de los grandes sindicatos y el resultado es este que vivimos.

Lo que Villa creyó que sería cosa de 15 días como mucho, se ha convertido en una situación muy seria que ya alcanza el mes, donde el gobierno se niega a ceder incluso en las más lógicas y elementales de las reclamaciones de los mineros, (solo piden 200 millones frente a los 70.000 que le van a dar a la banca por haber sido unos ladrones), donde ya hay varios detenidos que se enfrentan a serias acusaciones, un conflicto del que se sabe más fuera de España que dentro, gracias al eficaz aparato de censura del actual régimen económico bajo el que vivimos, que solo ha empezado a dar noticias sobre el conflicto de un modo parcial y con la clara intención de criminalizar a los que se atreven a protestar, un conflicto donde las cúpulas sindicales presentes en Madrid, no solo han negado el apoyo más básico a los mineros de los pozos, (el dinero de los sindicatos solo se emplea en financiar la marcha hacia Madrid y en chupar cámara cuando la prensa aparece), mientras que los mineros ya no tienen dinero para hacerse con voladores, no pueden pagar gasolina para sus coches y acudir a las asambleas que tienen lugar en su centro de trabajo, por lo que han tenido que crear sus propias cajas de resistencia al margen de las del sindicato. Un conflicto donde algunas familias de la gente en lucha han empezado a pasar hambre, donde se han creado zonas militarizadas en el interior de Asturias por los continuos controles policiales existentes, donde la policía secreta ya se ha empleado a gusto recurriendo a las tácticas más sucias a que algunos están acostumbrados, hoy día hay detenciones arbitrarias, multas y falsas acusaciones a simpatizantes y familiares de quienes protestan y en algún caso, por la zona de la cuenca minera se han vuelto a dar palizas y a dañar bienes y propiedades de la gente que lucha por su futuro. Los obreros en lucha que a lo largo de este mes han sido heridos de alguna manera, (quemaduras, pelotazos, etc), no pueden acudir a ningún hospital de la región para no ser identificados y han de ser atendidos en sus casas por personal médico «de confianza». En fin…..el panorama propio de lo que todo el mundo entiende por un país en orden y civilizado donde no pasa nada, vaya.

A pesar de la virulencia de la situación, vuelvo aquí al principio, es importante el medir los tiempos y esperar, pues ahora mismo, aparte de esperar gobierno y sindicatos, (que no los trabajadores), a que en este conflicto haya uno o dos muertos sobre la mesa con los que negociar, la policía se ha fijado ya como objetivo prioritario el echar el guante a gente a quien puedan atrapar haciendo una barricada o lanzando un volador y que no sea minero, para de ese modo poder echarles encima toda la ira del aparato represor del estado al tiempo que también todo el aparato mediático que les señalará como una especie de pro-etarras, con la clara intención de intimidar a otra gente que esté dispuesta a salir a la calle a luchar por sus derechos.

En esta espera, el día 11 de Julio es clave, la marcha de los mineros llega a Madrid, donde se espera que, entre quienes marchan, quienes van a ir desde fuera a apoyarles, la recepción que les hagan los simpatizantes madrileños y la nula voluntad de los gobernantes de la Comunidad de Madrid, (con Esperanza Aguirre a la cabeza), para gestionar de un modo pacífico y civilizado la manifestación preparada para ese día, los hechos que se puedan vivir ese día sean graves si alguien no toma medidas para evitarlo.

Una cuestión de fondo que resta para la gente que no sabe qué postura tomar en la situación que vivimos es que, con todos los reparos que hoy día se les puedan poner a los sindicatos mayoritarios, ¿alguien se ha preguntado que va a pasar mañana si en este conflicto, la poca gente que queda en este país con capacidad y valor para salir a la calle a luchar, es derrotada hoy?

www.asturbulla.org

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.