Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos
El diario israelí Haaretz del pasado viernes contenía un interesante editorial firmado por Danny Rubinstein quien, entre otras cosas, escribía:
«El asentamiento deliberado de judíos en el corazón de los barrios árabes de Jerusalén este es un inaceptable acto de instigación. Hace treinta años Mohammed Said Burkan quiso comprar una casa en el barrio judío de la ciudad vieja y se le denegó su petición. Acudió al Tribunal Supremo y el juez Haim Cohen, que rechazó su petición, determinó que no había discriminación en el hecho de que los judíos pudieran tener un barrio propio, como en el pasado. «Cada barrio y su grupo étnico», escribió el juez.
Los colonos judíos de Elad a las afueras del pueblo Silwan adquirieron fundamentalmente casas y tierra comprada en su momento por el barón Rothschild. Lo mismo están haciendo en Jerusalén este asociaciones similares, las cuales localizan tierras y bienes comprados antes de 1948 por judíos y reclaman su propiedad. Los árabes, por su parte, no pueden reclamar los bienes que poseían en el barrio Katamon de Jerusalén, en Jaffa, en Haifa y por todo Israel, porque en los cincuenta el Knesset [Parlamento israelí] aprobó una ley retroactiva que está lejos de ser un orgullo para nuestros libros de leyes y que impide a los árabes recuperar sus propiedades «.
¡Y los israelíes se preguntan por qué se nos considera un Estado racista! Ninguna otra democracia tiene este tipo de leyes.
A diferencia de otras leyes que fueron creadas para establecer el control ‘legal’ de Israel sobre la tierra, el grupo de leyes al que se refiere Rubinstein se centra en formular una definición ‘legal’ para las personas (la mayoría árabes) que abandonaron estas tierras o se vieron obligadas a huir de ellas. Las leyes específicas en esta categoría incluyen:
* La ley de propiedad de personas ausentes,
* la Ley de adquisición de la tierra (Validación de actas y compensación),
* La ley de Propiedad (desahucio) de personas ausentes ,
* La ley de propiedad de personas ausentes (Enmienda 3) (Cesión y uso de propiedad legada),
* La ley de propiedad de personas ausentes (Enmienda 4) (Cesión y uso de propiedad de la Iglesia evangélica episcopal),
* La ley de propiedad de personas ausentes (Compensación),
A consecuencia de estas leyes, dos millones de dunams fueron confiscados y dados a una agencia gubernamental israelí especialmente creada, la Custodia de la Propiedad de las Personas Ausentes, que después transfirió la tierra a las autoridades de la vivienda. Además de desposeer a los árabes palestinos que huyeron por la guerra y no se les permitió volver, esta ley creó la nueva categoría de ciudadanos «ausentes presentes» (nifkadim nohahim), esto es, árabes israelíes que disfrutan de todos los derechos civiles (incluido el derecho a votar en las elecciones al Knesset) excepto uno: «el derecho a usar y disponer de su propiedad». Entre 30.000 y 35.000 palestinos se han convertido en «ausentes presentes» – personas presentes en ese momento pero consideradas ausentes. El número de estas personas y de sus descendientes asciende hoy a 150.000 personas, todas ellas ciudadanos de Israel, para las que siguen siendo imposible ejercer sus derechos de propiedad.
ICAHD*, Israeli Committee Against House Demolition [Comité israelí contra la demolición de casas]
Enlace con el original: http://blog.icahd.org/2007/10/ongoing-palestinian-disposession.html