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¿Les importa bastante a los estadounidenses como para detenerlo?

Crece la evidencia de que Bush quiere nuevas guerras

Fuentes: CounterPunch

Traducido para Rebelión por Germán Leyens

En estos días en que confronta tantos problemas, Bush parece moverse deliberada y rápidamente hacia nuevas guerras de agresión en un juego imperdonable para superarlos. Su discurso del Día de los Veteranos, el 11 de noviembre de 2005, en el Depósito Tobyhann del Ejército en Pensilvania lleva a esta conclusión de un modo más claro que cualquiera de sus anteriores discursos y actividades. Las nuevas guerras representarían el inicio de una guerra mundial comenzada por Bush y el radicalismo cristiano contra lo que él llama el Islam radical, pero en realidad las guerras serían libradas contra todo el Islam.

Vuelvo a decirlo, a pesar de los argumentos contrarios de Bush, el «choque de civilizaciones» consistiría de guerras comenzadas por nosotros. El asesinato de gente inocente en esas guerras sería probablemente masivo, y las guerras podrían llegar a ser nucleares en todo momento. Si la gente y los políticos de EE.UU. permiten que esas guerras tengan lugar, la mancha sobre la moralidad de los estadounidenses duraría generaciones.

Veamos algunas de las declaraciones hechas por Bush en su discurso del 11 de noviembre. Muchas no son nuevas, y algunas fueron presagiadas en un discurso de Bush de hace un mes, pero es notable su volumen e intensidad en el discurso del Día de los Veteranos:

«Algunos lo llaman radicalismo islámico; otros, yihadismo militante; y otros más, islamo-fascismo… Estos extremistas deforman la idea del yihád como un llamado al asesinato terrorista de cristianos, indios y judíos – y contra los propios musulmanes que no comparten su visión radical.»

«… estos extremistas quieren terminar con la influencia estadounidense y occidental en el Medio Oriente ampliado, porque estamos por la democracia y la paz, y porque somos un obstáculo para sus ambiciones.»

«… estos militantes creen que si controlan un país unirán a las masas musulmanas, las capacitarán para derrocar a todos los gobiernos moderados en la región, y establecerán un imperio islámico radical que se extienda de España a Indonesia.»

«… los terroristas podrían imponer su agenda declarada: desarrollar armas de destrucción masiva; destruir a Israel; intimidar a Europa; atacar al pueblo estadounidense; y chantajear a nuestro gobierno para llevarlo al aislamiento.»

«La influencia del radicalismo islámico es también magnificada por colaboradores y posibilitadores. Han sido albergados por regímenes autoritarios – aliados de conveniencia como Irán y Siria – que comparten el objetivo de dañar a EE.UU. y a gobiernos musulmanes modernos, y de utilizar la propaganda terrorista para culpar a Occidente, a EE.UU. y a los judíos por sus propios fracasos.»

«El gobierno de Siria debe hacer lo que ha exigido la comunidad internacional… El gobierno de Siria debe dejar de exportar la violencia y comenzar a importar la democracia.»

«Durante años estos extremistas han utilizado una letanía de excusas para la violencia: la presencia israelí en Cisjordania, la presencia militar de EE.UU. en Arabia Saudí, la derrota de los talibán, o las Cruzadas de hace un milenio. En realidad, no enfrentamos un conjunto de quejas que pueda ser apaciguado o encarado. Estamos enfrentando una ideología radical con objetivos inalterables: esclavizar a naciones enteras e intimidar al mundo. Ningún acto nuestro provocó la furia de asesinos – y ninguna concesión, soborno, o acto de apaciguamiento cambiaría o limitaría sus planes de asesinato.»

«La ideología asesina de los radicales islámicos es el gran desafío de nuestro nuevo siglo. Pero de muchas maneras, esta lucha se parece a la lucha contra el comunismo en el siglo pasado. Como la ideología del comunismo, el radicalismo islámico es elitista, dirigido por una vanguardia auto-proclamada que presume de hablar en nombre de las masas musulmanas.»

«Como la ideología del comunismo, nuestro nuevo enemigo enseña que individuos inocentes pueden ser sacrificados para servir una visión política. Y esto explica su desprecio a sangre fría de la vida humana.»

«Estos militantes no son sólo los enemigos de EE.UU. o los enemigos de Irak, son los enemigos del Islam y son los enemigos de la humanidad. Y hemos visto antes este tipo de crueldad desvergonzada – en el fanatismo implacable que condujo a los gulags, la Revolución Cultural y los campos de la muerte.»

«Como la ideología del comunismo, nuestro nuevo enemigo desdeña a los pueblos libres – al afirmar que los hombres y mujeres que viven en libertad son débiles y decadentes.»

«Y el radicalismo islámico, como la ideología del comunismo, contiene contradicciones inherentes que lo condenan al fracaso. Al temer la libertad… esta ideología socava las cualidades mismas que hacen posible el progreso humano… Y sea lo que sea lo que nos espera en la guerra contra esta ideología, el resultado está más allá de toda duda… Porque los pueblos libres creen en el futuro, los pueblos libres serán los dueños del futuro.»

«… estamos determinados a denegar a los grupos radicales el apoyo y el santuario de regímenes delincuentes. Los patrocinadores estatales como Siria e Irán tienen una larga historia de colaboración con terroristas, y no merecen paciencia alguna de las víctimas del terror. Estados Unidos no distingue entre los que cometen actos de terror y los que los apoyan y albergan, porque son culpables por igual de asesinato.»

«No sabemos… los sacrificios que nos puedan esperar. Sabemos, sin embargo, que la defensa de la libertad es digna de nuestro sacrificio, sabemos que el amor de la libertad es la fuerza más poderosa de la historia, y sabemos que la causa de la libertad se impondrá una vez más.»

No podemos saber qué parte de todo esto es una fanfarronada de Bush – en qué medida espera o cree que las naciones musulmanas se rendirán ante él sin luchar. La suposición prudente es que gran parte no es fanfarronada, y que Bush, los cristianos radicales, los cristianos sionistas, los conglomerados militares-industriales de la nación, y sus aliados israelíes – todos los cuales determinan en la actualidad la política extranjera de EE.UU. – están dispuestos y en algunos casos desean realmente involucrar a Estados Unidos en nuevas guerras.

La gente y los políticos de este país deberían liberarse de su apatía y gritar: «¡No!» Ya pasó la oportunidad para análisis y discusión inútiles. Nosotros, estadounidenses, que no somos más de un cinco por ciento de los habitantes del globo, deberíamos decidir ahora mismo si vamos a ser morales o inmorales en nuestras relaciones futuras con el resto del mundo.

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Bill Christison fue un alto funcionario de la CIA. Sirvió como Oficial Nacional de Inteligencia y como Director de la Oficina de Análisis Regional y Político de la CIA. Para contactos: [email protected].

http://www.counterpunch.org/christison11162005.html