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Criminales de guerra, andad con cuidado

Fuentes: Znet

El 14 de noviembre un grupo de abogados y otros expertos se presentarán ante el fiscal federal alemán y le pedirán que abra una investigación criminal por crímenes de guerra contra Donald Rumsfeld, Alberto González y otras figuras claves del gobierno de Bush. La reciente aprobación de la Ley de Comisiones Militares provee un argumento […]

El 14 de noviembre un grupo de abogados y otros expertos se presentarán ante el fiscal federal alemán y le pedirán que abra una investigación criminal por crímenes de guerra contra Donald Rumsfeld, Alberto González y otras figuras claves del gobierno de Bush. La reciente aprobación de la Ley de Comisiones Militares provee un argumento central para la acción legal bajo la doctrina de jurisdicción universal: demuestra el intento del gobierno de Bush de lograr inmunidad legal para ser juzgado en los Estados Unidos, incluso por los crímenes más graves.

La acción contra Rumsfeld fue anunciada en la ciudad de Nueva York a finales de octubre en una conferencia denominada «¿Es la jurisdicción universal una herramienta efectiva?». La doctrina permite a los tribunales locales juzgar crímenes internacionales sin tener en cuenta donde se cometió el crimen, la nacionalidad del criminal o la nacionalidad de la víctima, y se aplica sólo para los delitos más atroces: genocidio, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, incluyendo la tortura. Una serie de países de todo el mundo han promulgado estatutos de jurisdicción universal, incluso los Estados Unidos la admiten para ciertos delitos terroristas y para la tortura.

Muchos de los participantes en la conferencia de Nueva York eran abogados de derechos humanos que han estado extendiendo el uso de la jurisdicción universal desde que se usó por primera vez para el ex dictador chileno Augusto Pinochet. En una causa presentada recientemente en España, por ejemplo, el argentino Adolfo Scilingo fue juzgado y se le encontró culpable de crímenes contra la humanidad que cometió en Argentina y fue sentenciado a 640 años de prisión (ver Geoff Pingree y Lisa Abend «Spanish Justice» (Justicia Española), 9 octubre). Se tomó la decisión de intentar juzgar a Rumsfeld en Alemania porque las leyes de ese país facilitan el uso de la jurisdicción universal.

La conferencia fue financiada por el Centro para Derechos Constitucionales, CCR, (Center for Constitutional Rights), que presenta el caso contra Rumsfeld, y por la Federación Internacional para los Derechos Humanos, FIDH, una red de 141 organizaciones de derechos humanos fundada en 1922.

Hace dos años la CCR presentó un caso contra Rumsfeld en Alemania en nombre de cuatro victimas iraquíes de Abu Gharaib, el caso estaba fundado mayormente en documentos y fotos que revelaban abusos en la prisión. Mientras se consideraba el caso, se avecinaba una conferencia sobre seguridad en Munich. Rumsfeld, a quien se le podían haber presentado las acusaciones o incluso podía ser arrestado, se negó a participar si el caso no era desestimado. Se desestimó el 10 de febrero y Rumsfeld viajo a Alemania al día siguiente.

La razón que dio el fiscal para desestimar el caso fue que «no había ninguna razón para creer que el acusado no sería juzgado en los Estados Unidos», no obstante, existen pruebas fehacientes de que los funcionarios a cargo de la acusación habían formado parte de una conspiración para cometer crímenes de guerra. El nuevo caso estará basado en el hecho de que las autoridades de EE.UU. de no investigan y juzgan a funcionarios de alto rango.

El caso se presentará con un nuevo y convincente argumento. La Ley de Comisiones Militares de 2006, que el presidente promovió y convirtió en ley recientemente, facilita la inmunidad retroactiva a civiles que han violado la Ley de Crímenes de Guerra, incluyendo a los funcionarios del gobierno de Bush. Se podría argumentar que dicho intento de conceder inmunidad a sus crimenes, es en si mismo prueba de que intentan impedir ser juzgados por esos crímenes. De hecho, según Scott Horton, director del Comité de Ley Internacional de la Asociación de Buffetes de Nueva York, los Estados Unidos proclamó la ley como prueba de dicha conspiración.

El caso introducirá también otros elementos nuevos. Los abogados que sirvieron como defensores, arquitectos o facilitadores de políticas de abuso a prisioneros, como Alberto González y John Yoo, serán añadidos como acusados. Se incluirá el abuso en Guantánamo al de Abu Ghraib. La acusación presentará nuevas pruebas que demuestran la responsabilidad de los más altos niveles en la cadena de mando en la tortura y el abuso a los prisioneros.

Wolfgang Kaleck, un abogado alemán de derechos humanos que presentará el caso en cooperación con CCR, FIDH y otros grupos, dijo en la conferencia en Nueva York que a menudo le preguntan ¿realmente esperas que se arreste a Rumsfeld por crímenes de guerra?, su respuesta es que no lo espera inmediatamente. «Pero hacemos lo posible para que algún día sea arrestado» dice. Según Kaleck, el gobierno alemán recibe regularmente llamadas de visitantes potenciales de alto nivel preguntando, «¿Hay alguna queja sobre mi?»

Antoine Bernard, director ejecutivo de FIDH, dice que aunque han habido pocas condenas hasta ahora basadas en la jurisdicción universal, «ahora el miedo no esta sólo en el lado de las victimas sino también en el de los torturadores». Y eso, sostienen sus partidarios, tendrá un efecto disuasorio en funcionarios gubernamentales que consideren usar la tortura.

Peter Weiss, vicepresidente de CCR y de FIDH y un estadista internacional sobre leyes de derechos humanos, apunta que se tardó cincuenta años en conseguir el fallo Brown de la Corte Suprema que ilegaliza la segregación en las escuelas, pero durante todo ese tiempo la gente continuó presentando casos que finalmente cambiaron la posición fundamental del sistema legal. «Se están constituyendo nuevas normas para enfrentarse con la realidad práctica», dijo, «Más tarde, esas normas se convertirán en ley real, práctica y ejecutable.»

Jeremy Brecher es un historiador, sus libros incluyen Strike! Globalization from Below, (¡Huelga!, Globalización desde Abajo) y coeditado con Brendan Smith y Jill Cutler, In the Name of Democracy: American War Crimes in Iraq and Beyond (En Nombre de la Democracia: Crímenes de Guerra Americanos en Irak y Más Allá), (Metropolian/Holt). Ha recibido cinco premios Emmy por su trabajo en documentales. Es cofundador de WarCrimesWatch.org.

(c) 2006 The Nation

Traducido por Eva Calleja Revisado por Cristina Feijóo