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Cuba en vísperas de las elecciones presidenciales estadounidenses del 2004

Fuentes: Rebelión

A unos días de las elecciones presidenciales que decidirán quién de entre los candidatos George Bush y John Kerry tendrá la importante responsabilidad de vivir en la Casa Blanca, la política agresiva de Washington para con Cuba ha seguido su curso, fiel a sus objetivos declarados, a saber la aniquilación del sistema social de la […]

A unos días de las elecciones presidenciales que decidirán quién de entre los candidatos George Bush y John Kerry tendrá la importante responsabilidad de vivir en la Casa Blanca, la política agresiva de Washington para con Cuba ha seguido su curso, fiel a sus objetivos declarados, a saber la aniquilación del sistema social de la Isla. Además de su campaña internacional de propaganda, la administración Bush ha acrecentado sus acciones, no desprovistas de descaro, destinadas a acosar un poco más a la población cubana.1

Las nuevas sanciones económicas, impuestas en mayo del 2004 mediante el informe del Sr. Colin L. Powell, dañan cruelmente a los cubanos del archipiélago, así como a los ciudadanos estadounidenses de origen cubano. Las restricciones infligidas a las dos poblaciones han perjudicado fuertemente su bienestar. Por ejemplo, las visitas familiares de los ciudadanos que residen en los Estados Unidos han sido limitadas a un viaje a Cuba cada tres años, lo que desembocó en trágicas situaciones como el caso de la Sra. Enma Cruz. La Sra. Cruz, de 74 años y residente en Miami, no fue autorizada a ir al lecho de su hija, la Sra. Irma Rodales, de 49 años, aquejada de un grave cáncer y que vivía en Cuba. Esta última sucumbió a su enfermedad el 22 de julio del 2004 sin que su madre hubiera podido asistirla en los últimos instantes de su vida. La Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro rechazó la solicitud de viaje de la Sra. Cruz, sin ni siquiera dignarse a responder a la urgente petición.2 Varios dramas familiares similares a éste estallaron en los Estados Unidos y se enfrentaron a la despiadada indiferencia de las autoridades de Washington.

Este conmovedor asunto sólo revela aún más la determinación de la administración Bush en reducir a cenizas el proyecto revolucionario cubano. La Sra. Cruz todavía espera la autorización del Departamento del Tesoro para poder finalmente ir a recogerse sobre la tumba de su hija y compartir su dolor con sus nietos. «Aquí se habla mucho de humanidad, pero yo no la veo por ninguna parte», declaró abatida.3

A consecuencia de la elaboración de las medidas decretadas por el informe titulado «Commission for Assistance to a Free Cuba» (Comisión de Apoyo a una Cuba Libre), un avión militar de Tipo C-130 Commando Solo, fue puesto a disposición permanente para la transmisión de los programas de subversión, ya existentes, de Radio y TV Martí, destinados a fomentar la emigración ilegal hacia los Estados Unidos.4 La estrategia de Washington es muy clara y sigue un recorrido sumamente lógico. Primero, el recrudecimiento de las sanciones económicas ocasiona penosas dificultades para los cubanos de la Isla, quienes no pueden recibir sino sumas de dinero severamente limitadas por parte de sus parientes que viven en los Estados Unidos.5 Luego, el número de visas otorgadas por la Sección de Intereses Norteamericanos (SINA) de La Habana a las personas que desean emigrar legalmente fue considerablemente reducido, en violación con el acuerdo del 1994 firmado por el presidente William Clinton que prevé la concesión de 20 000 visas al año.6 Por fin, los programas de Radio y TV Martí incitan a la emigración ilegal, invocando el Cuban Adjustment Act (Ley de Ajuste Cubano), que concede automáticamente el derecho de residencia definitiva para todo cubano que toca el suelo estadounidense.7

Contrariamente a las apariencias, este plan no tiene nada de irracional. En efecto, además del alcance propagandístico que puede representar la emigración ilegal por razones económicas – que la prensa internacional se apresurará en calificar de «huida de un régimen totalitario hacia la libertad» – esta estrategia ha de desembocar en una intervención armada de las tropas estadounidenses en Cuba. Washington amenazó explícitamente a Cuba de represalias militares en caso de nuevo flujo migratorio hacia los Estados Unidos. El Sr. Roger Noriega, de origen cubano, vinculado a la extrema derecha cubana de Florida y ultraconservador, también secretario de Estado adjunto para los Asuntos del Hemisferio Americano, profirió las siguientes palabras: «Le hemos advertido al gobierno cubano que Estados Unidos considerará como una amenaza a su seguridad nacional cualquier intento de manipular o provocar una emigración masiva hacia nuestras costas».8

Una eventual elección del Sr. John Kerry a la presidencia, en caso de marcar alguna diferencia con respecto al enfoque fanático y fundamentalista de la administración Bush, no debería ocasionar grandes cambios en la política cubana de Washington. Ésta no refleja sino la continuidad de un proceso imperialista de más de dos siglos. En efecto, el Sr. Kerry, en una sobrepuja electoralista, fustigó al gobierno de La Habana que, según él, constituye «un gran obstáculo para el triunfo de la democracia» en América latina. El Sr. Kerry no está completamente equivocado, si uno se digna a traducir dicha retórica que remonta a 1959. Cuba constituye, en efecto, «un gran obstáculo» … para la hegemonía estadounidense sobre el continente. Y ello es inaceptable para Washington.9

Por otra parte, los extremistas cubanos, tales como el Sr. Joe García, antiguo director ejecutivo de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), no vaciló en trabajar, de manera estratégica, con el campo demócrata, para asegurarse que en caso de victoria del Sr. Kerry, éste permanezca fiel a la política agresiva e intervencionista en vigor contra Cuba. El Sr. García, quien tomó abiertamente posición contra las recientes medidas pronunciadas por el clan Bush, es actualmente miembro del Partido Demócrata y efectúa allí un intenso trabajo a favor del mantenimiento de las sanciones unilaterales contra la población cubana.10

La FNCA brindó abiertamente su apoyo a su antiguo director ejecutivo. Así, el Sr. Jorge Mas Santos, presidente de la FNCA, admitió que se trataba puramente de una cuestión de estrategia: «No queremos que la parte progresista del Partido Demócrata guíe la politica hacia Cuba o el pensamiento para con Cuba. Es importante proteger nuestras espaldas porque no sabemos quién ganará [las elecciones] en noviembre y no podemos ser irresponsables al punto de abandonar el destino de Cuba en las manos de una persona o de un partido».11

En cuanto al secretario de Estado, el Sr. Colin Powell, no quedó rezagado. El Sr. Castro, lo que en el lenguaje político-diplomático estadounidense quiere decir «la Revolución cubana», «nunca ha dejado de ser un problema» para el hemisferio americano, según el Sr. Powell.12 El Departamento de Estado incluso acusó al gobierno cubano de fomentar la subversión en Colombia y en Venezuela, aludiendo a la «presencia de numeroso personal cubano», en el país del Sr. Hugo Chávez. El portavoz del Sr. Powell, el Sr. Richard Boucher, olvida evidentemente señalar que el personal en cuestión está formado integralmente por médicos y profesores que obran en las regiones más pobres de dicha nación. Aparentemente, sea cual sea el resultado de la elección presidencial, la agresión de Washington contra Cuba seguirá constituyendo el eje principal de las relaciones entre los dos países.13

La guerra que lleva la actual administración estadounidense contra los cubanos es también intelectual. En efecto, las obras y trabajos académicos, científicos y culturales efectuados en Cuba son inmediatamente ubicados en una lista negra y son prohibidos en los Estados Unidos, pues entran en el marco de las sanciones económicas. Este aspecto es completamente ignorado por la prensa internacional la cual, en cambio, no vacila en estigmatizar «el monopolio del pensamiento» en el Archipiélago del Caribe. Un grupo de autores y de casas editoriales estadounidenses, que desean publicar los trabajos realizados en Cuba, presentó una denuncia contra el Departamento del Tesoro a cargo de la aplicación de dichas medidas, sin grandes posibilidades de éxito. «No debe haber embargo contra las ideas», declaró la Sra. Janet Francendense, editor en jefe de Temple University Press, sobre este asunto.14

Varios grupos editoriales tales como la Association of American Publishers’/Professional/Scholarly Publishing Division (APP/PSP), la Association of American University Presses así como la Arcade Publishing se constituyeron parte civil en el proceso que tiene lugar en Nueva York. «¿Cómo puede Estados Unidos sostener nuestra posición como faro del libre intercambio de ideas y ciencia si nosotros mismos censuramos a los autores a causa del lugar donde viven?», preguntó el Sr. Marc Brodsky, presidente de la APP/PSP.15

En octubre del 2004, el Departamento de Estado se negó a otorgar una visa a cerca de 65 universitarios cubanos que habían sido invitados a participar en la reunión anual de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA), que se desarrollaba en Las Vegas, del 7 al 9 de octubre de 2004. Este evento no tiene precedentes y enfatiza el punto límite alcanzado por el clan Bush en su fanatismo anticubano. En el pasado, el Departamento de Estado ya se había negado a otorgar visas a ciertos académicos pero nunca a toda una delegación. «Es la primera vez que esto ocurre», afirmó el Sr. Michael Erisman, profesor de Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Estatal de Indiana. Los trámites emprendidos por LASA acerca de los responsables políticos no tuvieron éxito, pese a la mobilización de una gran parte del mundo académico estadounidense y de ciertos congresistas republicanos y demócratas. «Considero que ésta es una decisión muy lamentable», subrayó la Sra. Uva de Aragón, subdirectora del Instituto de Estudios Cubanos de la Universidad Internacional de la Florida (FIU). «Prohibir el encuentro con los profesores cubanos, dentro de este marco académico, no favorece el intercambio de ideas que es tan importante para Cuba», deploró.16

El gobierno estadounidense justificó su decisión por el hecho de que los universitarios eran funcionarios del Estado cubano. El portavoz del Departamento de Estado, el Sr. Richard Boucher, explicó, muy seriamente, que representaban un peligro para los Estados Unidos. «Creemos que eso no es consecuente con nuestros intereses», notificó. «No es apropiado para este grupo de funcionarios del gobierno de Cuba – académicos – venir a una conferencia a diseminar la línea de su partido», advirtió el Sr. Boucher.17

Esta decisión tiene una dialéctica interna a la estrategia de desestabilización de la sociedad cubana. En efecto, la campaña de propaganda y de desinformación lanzada por Washington y la extrema derecha cubana de Florida no tiene límites y es retransmitida con reverencia por las transnacionales de la información. Conviene entonces a las autoridades estadounidenses mantener a su propia población en esta niebla ideológica, lo que les permite justificar su arbitrario acoso al pueblo cubano. Todo intercambio entre los dos pueblos perjudica la maniobra imperial que, para ser llevada a cabo, debe mantener a la opinión estadounidense en la ignorancia más completa en cuanto a la problemática cubana. Ello explica por qué los ciudadanos de los Estados Unidos no tienen derecho a visitar Cuba, en contradicción con la Constitución de su país, so pena de sufrir una condena que puede llegar a 10 años de reclusión. Los universitarios cubanos podían entonces perturbar la táctica de la administración Bush, lo que explica este rechazo.

Las burdas campañas de intoxicación mediática lanzadas contra Cuba disponen de un abanico de ataques variado. Una de las acusaciones proferidas por Washington consistía en describir la Isla como un peligroso centro de proliferación de armas biotecnológicas. No obstante, una investigación llevada a cabo por expertos del Center for Nonproliferation Studies (CNS), basado en Washington, concluyó que los cargos de las autoridades estadounidenses carecían de fundamento. No hay «prueba alguna que confirme esta alegación», declaró el Sr. John Tucker, investigador en el CNS.18

El negocio de la disidencia elaborado por Washington y el Sr. James Cason, jefe de la SINA de La Habana mostró claramente sus límites. En efecto, los grupos de «militantes de los derechos humanos», como se califican ceremoniosamente por la prensa internacional los oportunistas que no vacilan en arriesgar la vida de sus conciudadanos así como la soberanía de su propia nación por algunos dólares, se destrozan entre ellos. El Sr. Elizardo San Pedro Marín, un «disidente» fue acusado por sus colegas que ejercen el mismo oficio de ser un agente a sueldo del gobierno cubano. Sus vínculos con la organización terrorista Alpha 66, cuyo dirigente, el Sr. Andrés Nazario Sargén, falleció el 6 de octubre del 2004, a la edad de 88 años19, no impideron que sus socios lanzaran diatribas contra su persona.20

Las razones de este escándalo que toca a «los profesionales de la disidencia» tienen probablemente que ver con el probema de la repartición de las subvenciones recibidas desde el exterior. En efecto, varios «miembros de la sociedad civil» se quejaron de no haber recibido sus emolumentos prometidos por sus actividades, y acusaron a sus comparsas de no proceder a una redistribución equitativa de los financiamientos percibidos.

La desgraciada caída del Sr. Fidel Castro, el presidente cubano, durante una ceremonia en Santa Clara, fue el objeto de una impresionante e inaudita repercusión mediática. Las imágenes dieron la vuelta al mundo y dio mucho que hablar en las redacciones de los principales periódicos internacionales, durante varios días. El regocijo fue general e irracional, amenizado por especulaciones tan dispersas como estrafalarias.21 Al mismo tiempo, Washinton prohibía a una empresa holandesa, Intervet, vender a Cuba una vacuna vital en la lucha contra el cáncer, pues el medicamento contenía un 10% de un antígeno producido en los Estados Unidos, en detrimento de los pacientes cubanos aquejados de esta enfermedad. No se reportó ni una palabra en la prensa internacional. Ello indica el grado de libertad intelectual y de escrúpulos éticos alcanzados por la sociedad occidental, en una época en que el cinismo se ha vuelto una virtud.22

Notas

1 Salim Lamrani, » Guerre de propagande contre Cuba : Le Sommet de Prague «, RISAL, 30 de septiembre del 2004. www.risal.collectifs.net/article.php3?id_article=1130 (sitio consultado el 30 de septiembre del 2004).

2 Wilfredo Cancio Isla, » Fuerte impacto de las medidas de Bush en los viajes a Cuba «, El Nuevo Herald, 4 de octubre del 2004. www.miami.com/mld/elnuevo/news/world/cuba/9828423.htm (sitio consultado el 5 de octubre del 2004).

3 Wilfredo Cancio Isla, » Demora en permiso impide a madre ver a su hija moribunda en Cuba «, 4 de octubre del 2004. www.miami.com/mld/elnuevo/news/world/cuba/9828333.htm (sitio consultado el 5 de octubre del 2004).

4 Colin L. Powell, Commission for Assistance to a Free Cuba, (Washington : United States Department of State, mayo del 2004). www.state.gov/documents/organization/32334.pdf (sitio consultado el 7 de mayo del 2004).

5 Ibid.

6 Felipe Pérez Roque, Nous ne comptons pas renoncer à notre souveraineté, Conférence de presse offerte par le ministre des Relations extérieures de la République de Cuba le 9 avril 2003 (La Habana : Editora Política, 2003), pp. 20-21.

7 Department of State » Cuban Adjustment Act «, Public Law 89-732, 2 noviembre del 1966, Office of Cuban Affairs, Bureau of Western Hemisphere. www.usembassy.state.gov/havana/wwwhact.html (sitio consultado el 28 de enero del 2003).

8 Pablo Alfonso, » Washington advierte a Cuba que no tolerará nueva ola de balseros «, El Nuevo Herald, 2 de octubre del 2004. www.miami.com/mld/elnuevo/news/world/cuba/9814351.htm (sitio consultado el 2 de octubre del 2004).

9 El Nuevo Herald, » Kerry ataca a Castro y responde a Powell «, 7 de octubre del 2004. www.miami.com/mld/elnuevo/news/world/cuba/9853176.htm (sitio consultado el 7 de octubre del 2004).

10 Karl Ross, » Exile : President Bush Has Failed to Bring Democracy to Cuba «, The Miami Herald, 22 de septiembre del 2004. www.miami.com/mld/miamiherald/news/world/cuba/9729520.htm (sitio consultado el 25 de septiembre del 2004).

11 Cuban American National Foundation, » Executive Director of CANF Leaves to Join Democrats «, septiembre del 2004. www.canf.org/2004/principal-ingles.htm (sitio consultado el 25 de septiembre del 2004).

12 El Nuevo Herald, » Preocupa a Washington papel de Castro en Venezuela y Colombia «, 10 de octubre del 2004. www.miami.com/mld/elnuevo/news/world/cuba/98804440.htm (sitio consultado el 11 de octubre del 2004).

13 Warren P. Strobel, » Castro Still a Problem, Powell Says «, The Miami Herald, 8 de octubre del 2004. www.miami.com/mld/miamiherald/news/world/cuba/9864385.htm (sitio consultado el 25 de octubre del 2004).

14 Christina Hoag, » Suit’s Topic : Ban On Cuban Books «, The Miami Herald, 28 de septiembre del 2004. www.miami.com/mld/miamiherald/news/world/cuba/9775614.htm (sitio consultado el 29 de septiembre del 2004).

15 Christina Hoag, » Quieren levantar el embargo sobre libros cubanos «, El Nuevo Herald, 28 de septiembre del 2004. www.miami.com/mld/elnuevo/news/world/cuba/9775614.htm (sitio consultado el 29 septiembre del 2004).

16 Pablo Alfonso, » Niegan las visas a 64 académicos cubanos «, El Nuevo Herald, 30 de septiembre del 2004. www.miami.com/mld/elnuevo/news/world/cuba/9793751.htm (sitio consultado el 30 de septiembre del 2004).

17 El Nuevo Herald, » Firme Washington en su negativa de visas «, 8 de octubre del 2004. www.miami.com/mld/elnuevo/news/world/cuba/9862970.htm (sitio consultado el 10 de octubre del 2004).

18 Nancy San Martin, » No Evidence Cuba Working on Bioweapons, Expert Says «, The Miami Herald, 22 de octubre del 2004. www.miami.com/mld/miamiherald/news/world/cuba/9982994.htm (sitio consultado el 23 de octubre del 2004).

19 Elaine de Valle, » Anti-Castro Group Leader Dies «, The Miami Herald, 8 de octubre del 2004. www.miami.com/mld/miamiherald/news/world/cuba/9982994.htm (sitio consultado el 9 de octubre del 2004).

20 Wilfredo Cancio Isla, » Afirman que disidente es un espía castrista «, El Nuevo Herald, 29 de septiembre del 2004. www.miami.com/mld/elnuevo/news/world/cuba/9784462.htm (sitio consultado el 30 de septiembre del 2004).

21 Mary Jordan, » Castro Falls, but Says He’s ‘in One Piece’ «, The Washington Post, 22 de octubre del 2004 : A16.

22 Granma Internacional, » Estados Unidos impide la venta de vacunas a Cuba «, 12 de octubre del 2004. www.granma.cu/espanol/2004/octubre/mar12/42venta-e.html (sitio consultado el 13 de octubre del 2004).