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Debate ante las razones que plantea Jorge Riechmann para no ser «decrecentista»

Fuentes: Rebelión

Jorge Riechmann en su ensayo Inter-dependientes y Eco-dependientes (2012), elabora una breve crítica al decrecimiento, cuyo postulado, dice expresamente, no le convence por cuatro motivos. EL PRIMER MOTIVO es el componente desindustrializador. En este sentido señala que resultaría más acertado mantener la sociedad industrial bajo un sistema eco-socialista que controle los efectos de umbral de […]

Jorge Riechmann en su ensayo Inter-dependientes y Eco-dependientes (2012), elabora una breve crítica al decrecimiento, cuyo postulado, dice expresamente, no le convence por cuatro motivos.

EL PRIMER MOTIVO es el componente desindustrializador. En este sentido señala que resultaría más acertado mantener la sociedad industrial bajo un sistema eco-socialista que controle los efectos de umbral de tal forma que no termine produciendo un sobre-desarrollo como el actual.

En efecto, esta idea de Riechmann no es un enfoque decrecentista, pues sigue pensando en una sociedad dirigida desde un poder central que es seguro que va a tener claro como se produce de forma eco-socialista… Esto es peligroso, pues cabe el riesgo (muy probable) de que estos dirigentes no sean tan infalibles y que sus planes quinquenales centralistas, tal y como parecen asumir, tampoco vayan a resultar tan infalibles. Puede repetirse una vez más el error (y el horror) que sucedió en la Unión Soviética cuando se lanzó a tope, en plan planificador, a potenciar la agroindustria y la «ecológica revolución verde«. Lo que llevó al país más grande del mundo a resultados desastrosos de destrucción de: soberanía alimentaría, libertades laborales, ecosistemas agrarios de ciclo cerrado; y la generación de hambrunas y extensos procesos de desertificación debidos a sus intensas acciones «verdes». Pongamos solo algunos ejemplos:

– La conversión del sabio agricultor de toda la vida en estandarizado e ignorante obrero de koljoz.

– La destrucción masiva de ecosistemas agrarios de ciclo cerrado al copiar la «revolución verde» capitalista.

– La extensión masiva de regadíos. Con casos tan terroríficamente destructores del entorno como el que sucedió con la desertificación del mar Aral, que era muy rico en bancales pesqueros.

Y es cierto que existen diversas interpretaciones del decrecimiento, estoy de acuerdo en que las hay simplistas; que solo ven que la solución al mal causado por un extremismo es pasarse al extremismo opuesto. Y estoy de acuerdo que es rechazable el extremismo del industrialismo (aunque no la industria) pero la solución no es volver a las cavernas.

Tirar por la borda todo el conocimiento acumulado desde que éramos protozoos.

Pero es que el decrecimiento no tiene nada que ver con eso, aunque existan muchas ideas confusas en este sentido. Es cierto que esta haciendo falta darle al decrecimiento más rigor y una estructura teórica que precise y aclare sus conceptos. Pero el decrecimiento es algo mucho más complejo y panorámico.

SEGUNDO MOTIVO considera al decrecimiento como una reflexión principalmente basada en el consumo, una visión necesaria pero no suficiente y por consecuencia muy parcial teniendo en cuenta que producción y consumo van de la mano, lo que deja a un lado la verdadera causa de la crisis socio-ecológica: la acumulación de capital.

Creo que se equivoca, al considerar al decrecimiento como algo parcial. Todo lo contrario, así como el socialismo se encuentra parcialmente centrado en la productividad estrechamente antropocéntrica (véase el ejemplo del koljoz o del mar Aral) ; el decrecimiento (y sobre todo su versión del decrecimiento feliz) tiene unas miras mas panorámicas al plan-tearse el eco-centrismo (en cuyo interior se encuentra el ser humano como parte integrante que es de la biosfera) y un verdadero desarrollo humano mas allá de un materialismo parcial que se basa solo el lo tocable como lo es la materia.

Además, el decrecimiento rechaza la parcialidad de este mundo sumido en el industrialismo que solo ve la acumula-ción de plusvalía y que es exactamente lo mismo que el crecimiento de la acumulación de PIB.

En cuanto a visiones y acciones decrecentistas no son nada de parciales, sino mas bien panorámicas y complejas. Baste como muestra las veinte transiciones que propongo en mi manifiesto del la transición hacia el decrecimiento feliz. El Sr. Riechman debería de informarse más de en que consiste el decrecimiento para poder criticarlo.

TERCER MOTIVO concluye que lo que se precisa es, además del consumo responsable, una socialización responsable de los medios de producción. Tengo el temor de que se empiece por ser socialista responsable, luego social demócrata, luego social traidor y se termine siendo Felipe González: cordel con el que Franco, y la CIA, lo dejó todo atado y bien atado.

La verdadera socialización de los medios de producción no debe ser la de su entrega a un Estado Totalitario, para que luego estos medios los use, sin consultar a los contribuyentes, para beneficio de una aristocracia o para desarrollar ca-rreras armamentistas, astronáuticas o peligrosas y carísimas centrales nucleares; todo conseguido a partir de gastos casi infinitos a costa a inacabables jornadas de trabajo asalariado enajenado de la «ensalzada clase obrera».

CUARTO MOTIVO la esperanza no puede depositarse sobre la responsabilidad de los consumidores a través de un cambio en su conducta individual, precisándose además una serie de transformaciones estructurales que lleven hacia una salida del capitalismo.

El próximo año 2017 hará un siglo que el pueblo soviético «se salió del capitalismo». ¿Es que queremos repetir algo parecido? Es así como se sale del capitalismo, o más bien es a partir de movimientos de base. Esto es lo que plantea el decrecimiento, el localismo en red a partir de un poder popular que resida en una base apegada al suelo y coordinada en tupida red pero a partir de una comunicación simétrica en donde cada elemento local sea a la vez emisor y receptor con todos y cada uno de los demás elementos locales. Y no que estén organizados de una forma centralizada y dirigista, se-gún una red de comunicación asimétrica, en donde exista un solo emisor y todos los demás solo sean receptores y ade-más que se encuentren incomunicados entre si. Un par de ejemplos de comunicación asimétrica: la TV, una dictadura.

 

Hay una cosa en la que si que estoy plenamente de acuerdo con Riechmann y es en que hay que temer al anarco-capita-lismo. Pues, al igual que existe el peligro del eco-fascismo global también existe el peligro anarco-capitalismo global que podríamos identificar como el Neoliberalismo global. Pero hay que decir que los males que ocasiona la oligarquía centralista no se pueden solucionar con otra oligarquía centralista, sino con una democracia participativa localista y muy conectada en red simétrica.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.