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Consejo de un rabino israelí al personal paramédico

«Dejad que se mueran los palestinos»

Fuentes: Al-Jazeera

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.

Según manifestaciones de los grupos por los derechos humanos, cada vez hay más pruebas de que el personal de las ambulancias israelíes ha estado evitando atender a los palestinos heridos durante la oleada de ataques acaecidos a lo largo de los últimos seis meses.

Physicians for Human Rights en Israel, un observatorio médico, ha averiguado que los palestinos heridos habían permanecido hasta dos horas sin recibir tratamiento. Se sospecha que en algunos de los casos, los equipos médicos dejaron de atender las heridas de los supuestos atacantes como venganza, esperando que murieran de las mismas.

Al mismo tiempo, dice el grupo, los soldados israelíes se niegan regularmente a permitir que los equipos palestinos en los territorios ocupados puedan llegar hasta los palestinos heridos, en clara violación de los acuerdos internacionales. Suelen disparar contra las ambulancias palestinas y atacar al personal paramédico cuanto intentan llegar hasta los heridos.

Physicians for Human Rights acusó a las principales entidades médicas de Israel -la Asociación Médica de Israel, que establece los códigos éticos, y Magen David Adom, que supervisa los servicios de ambulancias- de ignorar las pruebas que han recogido sobre tales abusos.

«No hemos visto respuesta seria alguna a nuestras quejas, ni han investigado, ni siquiera han aceptado reunirse con nosotros. No parece que quieran responsabilizarse de nada», dijo Mor Efrat, investigador del grupo, a Al-Jazeera.

La preocupación ante el hecho de que el personal de las ambulancias esté adoptando la política de negarse a atender a los palestinos heridos se ha visto reforzada por el papel creciente de los equipos médicos situados en los ilegales asentamientos judíos.

Esos paramédicos parecen estar desobedeciendo abiertamente los principios de neutralidad establecidos a nivel internacional que se supone debe observar cualquier equipo médico.

En diciembre, los dirigentes de United Hatzalah, un servicio de ambulancias de los colonos que se vieron implicados en varios casos en los que negó la atención médica a los palestinos, visitaron al rabino ultraortodoxo Chaim Kanievsky para recibir instrucciones sobre qué hacer con los palestinos heridos durante los ataques.

Según informaciones de la página web de los colonos Israel National News, Kanievsky les dijo que si un palestino herido «estaba en peligro de muerte, debían dejarle morir». Otros rabinos han hecho similares llamamientos.

La cuestión del tratamiento dado por Israel a los palestinos heridos saltó a la luz a finales del mes pasado cuando se grabó en video a un soldado del cuerpo médico del ejército israelí ejecutando un palestino gravemente herido en la ciudad cisjordana de Hebrón.

Abdel Fatah al-Sharif, de 21 años de edad, había resultado herido por los disparos recibidos durante un supuesto apuñalamiento en un punto de control. Antes de que el soldado del equipo médico, identificado como sargento Elor Azaria, le ejecutara de un tiro en la cabeza, al-Sharif estuvo sangrando en el suelo durante más de diez minutos.

Tanto los médicos del ejército como dos equipos de ambulancias civiles, uno de ellos United Hatzalah, se negaron a atenderle. Tras publicarse el video, arrestaron al sargento Azaria.

El lunes, un tribunal militar israelí acusó al soldado de homicidio imprudente y de conducta militar inapropiada. Sin embargo, tanto el público, como los políticos y rabinos israelíes se volcaron en su apoyo. Efrat, de Physicians for Human Rights, dice que la abstención a la hora de condenar las violaciones perpetradas por los equipos médicos israelíes por parte de la Asociación Médica Israelí y de Magen David Adom, creó el clima que hizo posible los sucesos de Hebrón.

Leonid Eidelman, director de la Asociación Médica de Israel, dijo a Al-Jazeera que las críticas eran «injustas» y que su organización había «manifestado claramente que las orientaciones políticas o personales no debían influir en el tratamiento» de los palestinos heridos.

A las críticas al personal de las ambulancias siguió un acalorado debate entre las autoridades médicas de Israel respecto a si el personal debía acatar los Convenios de Ginebra, que les obligan a permanecer neutrales en todo momento y a priorizar el tratamiento basándose únicamente en la gravedad de las heridas.

ZAKA, una organización israelí de voluntarios médicos comunitarios, ha manifestado su apoyo a aquellos de sus miembros que se nieguen a tratar a los palestinos antes que a los judíos israelíes. En cambio, Eli Bein, director de Magen David Adom, ha dicho que espera que el personal de las ambulancias respete el derecho humanitario internacional.

No obstante, Magen David Adom ha justificado que su personal paramédico no tratara a al-Sharif el pasado mes en Hebrón, afirmando que estaban esperando la autorización del ejército israelí.

Comandantes del ejército dijeron al periódico Haaretz que esa afirmación era infundada y que se utilizaba como «pretexto para retrasar el tratamiento». La posición de la Asociación Médica de Israel ha sido igualmente ambivalente, según los críticos.

En 2008, la Asociación adoptó un código ético -en base a una orden del Talmud que dice «la caridad empieza por la casa de uno mismo»- para tratar a los israelíes antes que a los palestinos. Bajo las presiones ejercidas por Physicians for Human Rights, el código fue calladamente revocado en diciembre.

Los médicos declararon en la página web del Times de Israel que la Asociación tenía miedo a la posible reacción política si se publicitaba el cambio. «Sean cuales sean sus posiciones oficiales, estas entidades no se están manifestando claramente contra las violaciones de la ética médica. Y, por supuesto, no están llevando a cabo acción alguna», dijo Efrat.

Además del incidente del pasado mes en Hebrón, Physicians for Human Rights ha destacado otros casos claros de violaciones médicas. Uno de los más inquietantes se refiere a Muhannad Halabi, de 19 años, a quien dispararon durante un ataque en la Ciudad Vieja de Jerusalén el pasado octubre. Los testigos, incluido un médico israelí, le dijeron al grupo de observación que a Halabi le tuvieron dos horas sin atenderle antes de que el personal paramédico le declarara muerto.

Los soldados israelíes lanzaron granadas de aturdimiento contra un equipo palestino que intentaba llegar hasta él. Una petición de Physicians for Human Rights ante el ministerio de justicia israelí para que investigara el incidente se quedó sin respuesta.

En un segundo incidente, una semana después en la Ciudad Vieja, se ve en un video cómo un paramédico palestino es golpeado y empujado cuando intentaba llegar hasta Basil Sidr, de 19 años de edad. Su material sanitario también resultó dañado. Los testigos alegan que el personal de una ambulancia israelí estuvo mirando durante 20 minutos antes de que un médico se aproximara a Sidr para tomarle el pulso y declararle muerto.

Hay otro video donde se muestra al personal paramédico negándose a tratar a Sa’ad al-Atrash, a quien unos soldados dispararon al menos seis veces el pasado octubre en un puesto de control en Hebrón. Los testigos dijeron que le dejaron tirado en la calle durante media hora antes de evacuarle al hospital, donde murió a causa de las heridas. Hay fuertes sospechas de que a al-Atrash le disparó un soldado de gatillo fácil, en lo que Amnistía Internacional denominó un ejemplo «especialmente atroz» de ejecución extrajudicial.

En otro caso, que tuvo lugar el pasado noviembre, a Mohammed al-Shawbaki, de 21 años, el personal de tres ambulancias israelíes se negó a atenderle durante treinta minutos, mientras impedían que se aproximara el personal palestino.

Efrat dijo que también habían presentado quejas ante la policía y el ejército israelí por unos 18 incidentes acaecidos durante los últimos seis meses, en los que se había impedido que equipos médicos palestinos atendieran a los heridos. Tan sólo se ha abierto una investigación.

Euro-Med Monitor, un grupo internacional de derechos humanos con sede en Ginebra, ha reunido pruebas de otros cuatro casos donde los paramédicos israelíes violaron los Convenios de Ginebra al negarse a atender a palestinos. Entre ellos se incluye a Ahmed Manasreh, de 13 años, acusado de un apuñalamiento en Jerusalén Este el pasado octubre. Hay videos en los que se ve pasar una ambulancia de Magen David Adom junto a Manasreh mientras yace sangrando en medio de la calle, arrollado un poco antes por un vehículo israelí.

Es probable que las pruebas de la negación de tratamiento se añadan a las presiones sobre dos organizaciones mundiales -la Asociación Médica Mundial y el Comité Internacional de la Cruz Roja- para que investiguen las actuaciones de sus organizaciones asociadas israelíes.

Un grupo de médicos del Reino Unido lanzó una campaña a primeros de año exigiendo que la Asociación Médica Mundial expulse a la Asociación Médica de Israel por no actuar contra los doctores israelíes implicados en torturas a palestinos.

Una serie de informes de los grupos por los derechos humanos sugieren que, en violación de la ética médica, doctores israelíes están tratando a palestinos que han sido torturados en las prisiones y centros de interrogatorio israelíes. Los documentados malos tratos van desde agresiones físicas a sexuales.

Un portavoz de la Asociación Médica Mundial dijo a Al-Jazeera que no estaba al tanto de las nuevas acusaciones y que las discutirían con la Asociación Médica de Israel.

El Comité Internacional de la Cruz Roja dijo que Magen David Adom era un servicio de urgencias «independiente» y que sería el movimiento quien «abordara internamente» cualquier cuestión.

Mustafa Barghuti, político y médico palestino, dijo que había pruebas abrumadoras de que el personal de las ambulancias israelíes estaba negándose a tratar a los palestinos heridos de forma «consistente y sistemática».

«Habría que expulsar a Israel del Comité Internacional de la Cruz Roja por esas violaciones hasta que esté dispuesto a cumplir los códigos de conducta sancionados internacionalmente», dijo Barghuti.

Jonathan Cook ha ganado el Premio Especial Martha Gellhorn de Periodismo. Sus últimos libros son Israel and the Clash of Civilisations: Iraq, Iran and the Plan to Remake the Middle East (Pluto Press) y Disappearing Palestine: Israel’s Experiments in Human Despair » (Zed Books). Su sitio web es www.jkcook.net

Fuente: http://www.aljazeera.com/news/2016/04/israel-paramedics-accused-medical-violations-160419061726256.html

Esta traducción puede reproducirse libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y a Rebelión como fuente de la misma.