Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
La estrategia actual de intervención internacional en la cuestión de Palestina acaba de entrar (1) en su fase más peligrosa, más escandalosa y más sórdida. Escenas alucinantes de derroche apocalíptico se exhibieron ayer [17 diciembre] en París cuando el ministro francés de asuntos exteriores, Bernard Kouchner, agarró un micrófono y se puso a agobiar a los estados miembros para que dieran aún más millones de ayuda a los sufridos palestinos. Mientras tanto, Naciones Unidas (2), el Comité Internacional de la Cruz Roja (3), el Banco Mundial y OXFAM (4) han declarado que Gaza está al borde de un colapso económico de proporciones catastróficas.
¿Es que acaso los miles de millones comprometidos ayer tenían por objeto remediar la actual crisis? La realidad, escalofriante y cuidadosamente ocultada, es que la iniciativa de ayer de los donantes es la que está creando actualmente esa crisis. El dinero va a dedicarse a reforzar el asedio político, económico, social y cívico contra Gaza, a incrementar la fragmentación del pueblo palestino, a inflar un liderazgo en descomposición y a desbaratar cualquier posibilidad de unidad nacional de los palestinos. Todo eso no significó en modo alguno que se intentara ayudar al pueblo palestino (como la versión oficial trata de contarnos), sino que más bien se trató de conseguir dinero para dárselo directamente a los dirigentes de la Autoridad Palestina.
¿El único objetivo de todo esto? Destruir a Hamas: la única agenda que une ahora a los Estados Unidos, a los israelíes y a los dirigentes de la Autoridad Palestina. Esta estrategia de «castigar a Hamas dándole una lección», como ha dicho un ministro del gabinete de la AP, significa en realidad castigar a su propio pueblo de la manera más despiadada, cruel y perversa que imaginarse pueda.
En Gaza, la gente se muere de hambre. El comercio se ha colapsado completamente (5). La mayoría de los palestinos viven por debajo del umbral de la pobreza, subsistiendo en estos momentos en gran medida a base de limosnas. Sólo se permite que entren a través de Israel suministros «humanitarios»; por eso, no hay papel (6) para escribir, no hay pilas para la radio o para los audífonos; no hay semillas para los campesinos. La gente agoniza (7) en las fronteras, porque las fuerzas armadas israelíes se niegan a permitir que reciban atención médica especializada fuera de Gaza.
Son los palestinos más pobres, más vulnerables y más necesitados quienes están pagando por esta viciosa e inhumana estrategia, porque ni un céntimo de todo ese dinero va a servir para ayudar a levantar el asedio a Gaza. En vez de eso, el bloqueo se va a intensificar aún más. Estadounidenses, israelíes y Autoridad Palestina creen que de esa forma debilitarán a Hamas (que, no lo olvidemos, llegó al poder mediante elecciones democráticas), y por alguna razón, de acuerdo con esta demente y estúpida estrategia, la AP ahora gobernante sólo tiene la ciudad de Ramallah para recuperar su autoridad, cuando no el control. Y hasta ese fantástico momento, en que vuelvan a aparecer triunfalmente -muy posiblemente encima de los tanques israelíes que se dirijan a Gaza-, el pueblo, las instituciones, las asociaciones y, especialmente los niños de Gaza, van a sufrir innecesaria y terriblemente.
Que la AP no esté sólo actuando secretamente en aras de esa política, sino que esté implicada en ella activamente, significa que ha dado ya un paso insalvable que la separa categórica e irrevocablemente de cualquier legitimidad nacional, sea la que sea. Porque el consenso popular palestino, tanto fuera como dentro de Palestina, sigue demandando la creación de un gobierno de unidad nacional y esa guerra civil fabricada dependiente de la maquinaria de guerra israelí y de los fondos recaudados por occidente para llevarla a cabo. Este hecho fue bien comprendido por todos los actores internacionales (8) que no se han alistado tras la propuesta israelí para resolver el conflicto.
También se reconoció (9) que la unidad nacional es el próximo y urgente paso a dar en el camino hacia la paz. En efecto, algunos gobiernos árabes hicieron ayer sus promesas con la condición de que se creara un gobierno de unidad nacional. Al mismo tiempo, israelíes y estadounidenses dejaron claro a la AP que, al menor atisbo de diálogo con Hamas, se acabarán inmediatamente los privilegios y fondos recaudados para el liderazgo de la AP: los frutos del «proceso de paz». Por desgracia, no necesitan que les desanimen mucho.
Algunos que llegaron a comprometerse con la iniciativa en curso puesta en marcha en Annapolis están empezando ahora a comprender (10) los inmensos peligros de esa política y lo lejos que está de conducirnos hacia la paz. En los últimos cinco años, las agencias e instituciones internacionales implicadas en los territorios ocupados palestinos han estado explicando que esa ayuda, especialmente ese tipo de ayuda, no es la solución. Esa ayuda es el problema.
N. de la T.:
Enlaces con artículos ampliando información referida:
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http://www.guardian.co.uk/international/story/0,,2229023,00.html
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http://www.ochaopt.org/documents/Gaza_Special_Focus_December_2007.pdf
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http://www.icrc.org/web/eng/siteeng0.nsf/htmlall/palestine-report-131207
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http://www.oxfam.org/en/news/2007/pr071121_gaza_public_health
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http://www.ft.com/cms/s/0/7d48d9ca-ac01-11dc-82f0-0000779fd2ac.html?nclick_check=1
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http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2007/12/14/AR2007121402214.html
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http://www.reliefweb.int/rw/rwb.nsf/db900sid/KARI-78BKMJ?OpenDocument&query=gaza%20medical&cc=isr
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http://commentisfree.guardian.co.uk/daniel_levy/2007/12/the_long_journey_from_paris.html
Texto original en inglés:
http://commentisfree.guardian.co.uk/karma_nabulsi/2007/12/dividide_and_ruled_in_ paris.html