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Dos aspectos de la destrucción de la Amazonía

Fuentes: Rebelión

Los medioambientes terrestres de todos los continentes han sufrido por siglos el ataque por lucro de los grandes propietarios.

Esa conducta parece haber llegado al límite.

Un caso es el la Amazonía que destruyen en Brasil, Perú, Bolivia, Colombia…

En Brasil la Unión Europea se ha centrado en apuntar a la responsabilidad de los latifundistas internos. Sin embargo empresarios europeos son parte importante de los incendios y los atropellos a los pueblos en el territorio.

En el negocio amazónico participan inversores mundiales como Morgan Stanley, Vanguard, BlackRock, Deutsche Bank, Banco Santander, BNP Paribas, HSBC.

Tres fondos de inversión europeos contribuyen al funcionamiento de las sociedades inmobiliarias en la región del Cerrado: el fondo de pensiones alemán Ärzteversorgung Westfalen-Lippe, el neerlandés Algemeen Burgerlijk Pensioenfonds y el sueco Andra AP-fonden.

Un estudio de la ONG Amazon Watch revela que Citigroup, JPMorgan Chase, Goldman Sachs, HSBC y BlackRock han financiado empresas involucradas en la explotación de petróleo en la Amazonía occidental.

Se trata de obtener ganancias.

El segundo aspecto es la necesidad intrínseca al modelo capitalista de destruir para funcionar.

La amenaza a la Amazonía y el Cercado brasileños es la búsqueda de determinados productos: carne, soja, madera, metales, petróleo.

Empresas francesas y noruegas extraen minerales. Destinos de la soja son Países Bajos, España, Francia, Alemania. El principal consumidor de carne amazónica es China seguida por los países de la Unión Europea, también la importan Egipto, Emiratos Árabes Unidos. Rusia, Chile. Contenedores con 2400 metros cúbicos de madera se dirigían a Alemania, Bélgica, Dinamarca, Francia, Italia, Holanda, Portugal y Reino Unido.

¿Por qué en países los aceptan proviniendo de destrucción medioambiental? 

¿Hay otros lugares para obtenerlos sin hacer daños?

Las actividades de los empresarios en busca de ganancias sin un proyecto de sostenibilidad han formado un modelo de población y consumo que excede los recursos alimenticios, mineros, energéticos, marchando hacia una crisis inevitable.

Si no destruyen bosques faltará alimento.

Más carne, soya, madera exigen incendiar medioambientes irremplazables.

El modelo y el poder tendrán que ser otro.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.