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Los colores de la guerra

Fuentes: Rebelión

Según la organización suiza Small Arms Survey (SAS) Estados Unidos de América es el único país en el mundo que posee más armas que ciudadanos. La investigación de SAS describe que existe un total aproximado de 120 armas de fuego por cada cien habitantes, es decir que los estadounidenses poseen 393 millones de armas.

Los conflictos sociales en los Estados Unidos se han enfocado en el uso excesivo de armas, un supuesto fraude electoral contra Donald Trump, la inoculación de una supuesta vacuna, y la permanente guerra racial que ha caracterizado a este país, sin embargo, la indetenible inflación económica, los altos precios de la vivienda y los alimentos, son variables económicas que orbitan en un segundo plano, en la cosmovisión de sus ciudadanos.

El sofocante calor de verano en el Estado de Florida en los Estados Unidos de América EUA, tiende a subir más de temperatura, con las tertulias políticas de los preocupados habitantes del pequeño poblado de Melbourne realizan, en relación a la permanente crisis que vive esta potencia mundial.

Con un aproximado de 85 mil habitantes, Melbourne, Florida está situado en la costa atlántica de Florida en el condado de Brevard.

Tradicionalmente de corte político republicano (conservador), Melbourne mantiene a flor de piel la cultura tradicional estadounidense y con ello las ideas confederadas extintas en la historia de los EUA, pero viva en los pensamientos de sus habitantes.

La bandera de la antigua confederación estadounidense, es izada en algunas casas de este pequeño poblado, que aún mantienen dibujada la esperanza de revivir la confederación que existió en el sur de los EUA.

La confederación fue un país formado por algunos estados del sur de los EUA y que existió en la década de los sesenta del siglo XIX, en el marco de la guerra de secesión.

Las ideas de la confederación de los EUA, tomaron mayor forma en el imaginario colectivo de los sureños estadounidenses, en las pasadas elecciones generales de 2020 debido al “supuesto” triunfo de Joe Biden, como nuevo inquilino de la Casa Blanca.

Este “supuesto” es el discurso de gran parte de la población anglosajona de Melbourne, quienes arguyen un fraude electoral, elaborado desde las élites más influyentes en la económica de su país y de los pilares políticos del centro de operaciones del mando imperial en Washington DC.

El descontento en mención también es compartido por la mayoría de ciudadanos del centro y sur de este país norteamericano, quienes iniciaron una serie de protestas en las principales avenidas de Melbourne y otras ciudades importantes en el norte de los EUA.

En el imaginario de los ciudadanos insatisfechos por la “supuesta” derrota de Donald Trump, se diseña una democracia estadounidense quebrada y con ello todos los sueños de libertad y ejemplo de democracia ante el mundo.

Los disturbios causados en verano de 2020 y principios de 2021 en la capital estadounidense, tanto en la Casa Blanca como en el Capitolio, son una prueba del inevitable caos que se alojará en los próximos años en esta potencia mundial, puesto que los ciudadanos que mantienen vivo el ideal de “American Democracy”, están dispuestos a encaminar su descontento en acciones como lo hicieron sus antepasados confederados al activar la guerra civil.  

El soplido de los posibles aires de una guerra civil, aún no son transformados en un accionar tangible, sin embargo, estos vientos son también influenciados por la disputa política que se mantiene en la imposición de la supuesta vacuna, contra la enfermedad que paralizó el mundo en 2020.

Testimonios de algunos habitantes de Melbourne FL, describen que personas que fueron registradas como positivas de esta enfermedad de 2020, fueron vacunadas con las tres dosis de esta “vacuna”, no obstante, después de la inoculación, registraron síntomas adversos a su salud.

Este es uno de los tantos motivos por el cual, gran parte de los habitantes de la antigua confederación estadounidense, conocidos como sureños, se oponen a la obligatoriedad de la supuesta vacuna, puesto que consideran un oscuro trasfondo en este plan dominante de la salud mundial y que se ha politizado en los EUA.

Politización que se describe en los pro vacuna y cuyo color político es del partido demócrata y el color de los anti vacuna, es del partido político republicano, por lo que pintan de esta forma, los colores de una posible guerra civil.

El pensar de esta población sureña cuestiona el origen de estas “vacunas”, puesto que provienen de grandes corporaciones multimillonarias, cuyas ganancias siguen fortaleciéndose sin parar.

Ante esas disputas desarrolladas desde la clase obrera política de los EUA, el actual presidente Joe Biden, quien para algunos es considerado de facto, ha influenciado en una campaña mediática en los medios de comunicación más influyentes de la nación norteamericana en relación al desarme nacional.

El último tiroteo registrado en el Estado de Alabama en la celebración del año nuevo el pasado 31 de diciembre de 2022, son parte del contexto que utiliza Biden para justificar un desarme general en todo el país, puesto que arguye que hay que detener la violencia.

Sin embargo, la oposición del Partido Republicano defiende el uso de armas en todo el país, como un derecho que es amparado por la segunda enmienda a la constitución de los Estados Unidos y cuyo contexto legal protege el derecho a poseer y portar armas.

El mismo fue ratificado el 15 de septiembre de 1791, junto con otros nueve artículos de la Declaración de Derechos.

Por tal motivo, la opinión pública internacional es de la tesis que Joe Biden teme en su subconsciente un levantamiento armado de parte de los movimientos supremacistas existentes y por su lado el expresidente Donald Trump,defiende el derecho de la segunda enmienda.

Una prueba de este supuesto argumento, fue la demostración de poder y organización de los movimientos supremacistas anglosajones y afroamericanos, cuando protestaron armados en 2020, en varios estados de los EUA.

Ambos movimientos mantienen viva la ideología de crear una nación estadounidense totalmente anglosajona y por el otro extremo defienden la idea de diseñar un estado totalmente afroamericano.

Los extremos raciales aún perforan la mente de la cosmovisión estadounidense, quien ha mantenido esta “guerra de colores” desde la fundación de este país en el siglo XVIII.

Sin embargo, existe una minoría consciente que se opone a este extremo arcaico y arguyen que ambos extremos son herramientas de poder para mantener distraídos a los estadounidenses, de la verdadera problemática de salud, vivienda, la plaga de la drogadicción, inflación, entre otros indicadores que mantienen sometidos a esta población.

Por otra parte, la mayoría de los Estados sureños se oponen a la imposición obligatoria de la supuesta vacuna y todas las medidas de salud que esto conlleva, ya que consideran que coartan la libertad de circulación y decisión de sus ciudadanos, lo que ocasiona un conflicto perpetuo contra el actual gobierno de Biden.  

Estos conflictos sociales en el imaginario de los ciudadanos estadounidenses, se van auto diseñando a medida que se acercan las próximas elecciones presidenciales de 2023, cuyos resultados posiblemente definan un nuevo conflicto social tangible.

La extrema ideología de control y confusión que utiliza Washington DC para su propia población, es una clara realidad que las primeras víctimas del sistema imperial reinante en el mundo, son sus propios ciudadanos, que en el presente han mostrados conatos de rebeldía que pueden ir tomando el color en un conflicto civil armado.

Ronnie Huete-Salgado es licenciado en periodismo con Maestría en Cooperación al Desarrollo y elaboración de proyectos y posee estudios de sociología. Estuvo exiliado durante cinco años en los Estados Unidos de América y ha vivido en Europa y Sudamérica.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.