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El ABC del conflicto palestino-iraelí

Fuentes: Michelcollon.info

Traducido del francés para Rebelión por Susana Merino

No es fácil describir Jerusalén (Al Quods, en árabe). La ciudad tres veces santa puede ser hoy en día la realidad más compleja del mundo.

Está la ciudad vieja, un laberinto de dalles en las que aparecen la basílica del Santo Sepulcro, el Muro de los Lamentos y la explanada de las Mezquitas árabes (al Haram as-Sarif, en árabe). Las tres religiones monoteístas tienen sus raíces en este minúsculo espacio. Y luego están las otras Jerusalén. Jerusalén Oeste, construida a partir de 1948 (año del éxodo palestino conmemorado como la Nakba, literalmente «desastre» o «catástrofe»). Es una ciudad moderna con hermosos edificios. Pero en Jerusalén Oeste también existen barrios ortodoxos con familias numerosas. Algunas aceras se hallan reservadas a los hombres y otras a las mujeres. Algunos barrios se cierran los sábados para evitar que se transite por ellos en vehículos. Nadie transgrede este precepto religioso por temor a que los maltraten. Mea Shearim, el más célebre de los barrios ultraortodoxos, se halla instalado a lo largo de la frontera de 1967.

Dicha frontera es en la actualidad una larga calle con un tranvía en su eje. Solo hay que atravesarla para hallarse en la ciudad árabe: Jerusalén, según el derecho internacional, es un territorio ocupado con ocupantes israelíes y ocupantes palestinos. Jerusalén Este pertenecía hace cuarenta y cinco años a Jordania, cuando la ciudad vieja fue tomada por los paracaidistas israelíes en 1947. Desde entonces Cisjordania está de facto bajo el control del Tsahal y según los acuerdos de Oslo se dividió en tres zonas: A, B y C. Esos acuerdos que debían ser una etapa en el proceso de paz nunca llegaron a dar frutos. Edward Saïd uno de los más célebres eruditos palestinos, escribió que Arafat, en los acuerdos de Oslo, había firmado la capitulación del pueblo palestino. Para comprender mejor la situación es necesario explicar esta división en tres zonas:

– Las grandes ciudades como Yenín, Tulkarem, Nablús, Ramala o Belén se encuentran en la zona «A», que está bajo control civil y militar palestino. Estas ciudades conforman el 3% de Cisjordania y albergan al 20% de su población.

– Los pueblos y los alrededores de la zona «A» conforman la zona «B», que representa el 27% de Cisjordania y el 70% de su población. Están administrados por un régimen mixto, con un control civil palestino y un control militar conjunto.

– La zona «C» constituye el resto de Cisjordania, es decir, el 70% de su territorio y está formada por la mayor parte de las tierras fértiles de la región. Esta zona incluye todas las carreteras que conducen a las colonias israelíes, las zonas tampones (cerca de las colonias, del Muro y de las zonas estratégicas) y casi todo el valle del Jordán, de Jerusalén Este y del desierto.

Todas las fronteras se hallan en la zona «C», totalmente controlada por Israel. Esto significa que si sucede algo en la zona «B» que necesita la presencia policial, los agentes palestinos deberían acudir desde la zona «A». Y si algo sucediera en la zona «C» los agentes tendrían que recorrer un largo camino para llegar a ese destino. Pero además antes deberían pedir permiso a las autoridades israelíes para poder atravesar los checkpoints.

El estado judío cuya eficacia en materia de seguridad es conocida, tardará no menos de tres horas antes de otorgar el libre paso a sus homólogos palestinos… que solo llegarán a destino luego de varias y prolongadas horas. Y durante esas largas horas, cada cual se preguntará sobre el verdadero significado de la palabra Estado.

Fuente: http://www.michelcollon.info/Le-b-a-ba-du-conflit-israelo.html?lang=fr

rCR