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Miseria y ocultamientos de la industria nuclear española

El caso del cementerio nuclear centralizado

Fuentes: Rebelión

Cuando hace más de medio siglo irrumpió la industria nuclear en el mundo, el problema de los residuos radiactivos apareció en todas las dianas críticas, informadas y no cegadas. En la respuesta, se apeló a la tecnología y a sus avances imparables. El progreso y la confianza en la diosa tecnológica disolvían cualquier preocupación. Los […]

Cuando hace más de medio siglo irrumpió la industria nuclear en el mundo, el problema de los residuos radiactivos apareció en todas las dianas críticas, informadas y no cegadas. En la respuesta, se apeló a la tecnología y a sus avances imparables. El progreso y la confianza en la diosa tecnológica disolvían cualquier preocupación. Los críticos, además de rojos y rojas, eran unos cenizos. No había que preocuparse: encontraríamos la solución, de la cual nadie vislumbraba camino alguno en aquellos momentos; luego, por tanto, adelante con el átomo y su fabulosa industria (de origen criminal y militar como es sabido: Proyecto Manhattan, Hiroshima y Nagasaki).

Pero no fue así, como tampoco ha sido así en otros casos, y la situación sigue ubicada en las mismas coordenadas. La tecnología no es el Dios omnisciente e instantáneo. Lo que suelen llamar externalidad de los residuos radiactivos queda en herencia, puede quedar en herencia, y durante miles de años, a las futuras generaciones. A nuestros hijos, nietos, biznietos,… De este modo, Alemania podrá abandonar la industria atómica en un futuro próximo pero los residuos generados durante los 40 de explotación industrial deberán ser tratados, guardados y cuidados durante muchísimo tiempo, casi inimaginable. Ni qué decir tiene que a costa del esfuerzo y del dinero de todos o de la gran mayoría de ciudadanos y ciudadanas. «Beneficios industriales privados, gastos públicos» ésta es la consigna. «Apuestas alocadas de unos, riesgos para casi todos» es el otro lema.

La situación general, la situación que opera en los países atómicos, adquiere dimensiones específicas en algunos de ellos. Por ejemplo, en España y a propósito del almacén centralizado. Temporal además, por supuesto.

La historia, esta historia, sucintamente puede resumirse así:

1. Algunas de las piscinas de varias centrales atómicas en las que se guardan los residuos que genera la central están al límite de sus posibilidades.

2. Francia (que ya guarda residuos de las centrales catalanas) aumenta el precio de su mantenimiento a partir del próximo año. No puedo dar cifras seguras.

2.1. La presión aumenta, la necesidad de la nueva construcción, desde la perspectiva atómica y crematística, tiene mayor urgencia.

3. Se impone, desde la mirada nuclear, la conveniencia de construir un almacén, también provisional, donde se guarden los excedentes radiactivos de las centrales atómicas. Los excesos de las ocho centrales.

3.1. ¿Qué ocurriría por cierto en el caso de la «independencia-separación» de Cataluña, el territorio más nuclearizado de España? O construcción propia y no lejana de un almacén o la salida de los pagos a Francia o a otro país de acogida atómica.

4. El gobierno del PP, barajando entre los diversos intereses en juego (básicamente crematísticos, tal vez con algún componente territorial), decidió ubicar ese almacén en Villar de Cueñas (Cuenca).

4.1.Con urgencias, ocultamiento y con mirada cortoplacista. La señora Cospedal debió tener protagonismo en el tema.

5. Pues bien, una nota informativa de los geólogos del CSN, (el consejo de seguridad nuclear que algunos llaman LIN: loby de inseguridad nuclear) apuntaba las características desfavorables del lugar elegido para ubicar el almacén temporal.

5.1. Los científicos del CSN pusieron en duda que se hubiera valorado bien el coste que tendría superar las dificultades geológicas del lugar seleccionado. No negaban propiamente que se pudiera construir sino dudaban de la valoración del esfuerzo necesario para la construcción.

6. La dirección técnica del CSN tomó una decisión no técnica y no trasladó a los cinco miembros del pleno (dos del PP, dos del PSOE y uno de CiU) de este denominado «organismo supervisor» la nota informativa de los geólogos.

6.1. Sus «razones»: el escrito no tenía trascendencia técnica. El análisis de los costes económicos no era, propiamente, una competencia de los geólogos del CSIC. Luego, por tanto, adelante, la carretera nacional es de las constructoras…

7.Cuatro de los componentes del pleno (los dos del PP, uno del PSOE y el cuarto de CiU) aceptaron el emplazamiento. Sólo se opuso Cristina Narbona (PSOE), probablemente la mejor ministra de Medio Ambiente que ha tenido nuestro país de países en su historia (lo cual, ciertamente, teniendo en cuenta los elementos de la comparación no es un mérito inconmensurable).

8. Incluso la Asociación Profesional de Técnicos en Seguridad Nuclear y Protección Radiológica, nada afines a ningún movimiento antinuclear, ha presentado un escrito al CSN en el que consideran que impedir, como se hizo, el conocimiento de la nota informativa del área de las Ciencias de la Tierra (CITI) del organismo es contrario a «la cultura de la seguridad que debe presidir las decisiones de los organismos reguladores nucleares».

8.1. ¿Nadie supo de este ocultamiento documental durante este tiempo? ¿Ninguna voz de los geólogos fue oída en algún pasillo de las instalaciones del CSN quejándose del trato recibido? ¿No supieron ellos ni imaginaron la actuación de sus «superiores»?

8.2. ¿Qué elementos, técnicos y no técnicos, sin negar posibles disidencias, laboran en las entrañas de las dependencias del CSN?

9. Por ahora la cosa alcanza este estadio. La necesidad de una revisión informada y no oculta de la decisión tomada es evidente.

10. El nuevo gobierno de Castilla La Mancha, PSOE-Podemos, no está en principio por la labor y es muy crítico de los procedimientos seguidos hasta el momento.

En síntesis: otra de las actuaciones en absoluto ejemplares de los alrededores de la industria atómica. ¡Menudo panorama tenemos por delante! Detrás de todo ello y como suele ocurrir en este tipo de industrias: la cosmovisión económico-político-militar central: la acumulación y la derivada atómico-militar cuentan por encima de todo.

Y de todos y todas por supuesto.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.