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El doble rasero de España y la Unión Europea sobre terrorismo

Fuentes: Rebelión

La Unión Europea (UE) y especialmente España han proclamado a todas voces su lucha contra el terrorismo en el llamado Viejo Continente, sin embargo ofrecen cobijo y financiamiento a grupos terroristas anticubanos como Alpha 66, y a mercenarios al servicio de Estados Unidos. Los sucesivos gobiernos españoles, tanto los liderados por los Socialistas (PSOE) como […]

La Unión Europea (UE) y especialmente España han proclamado a todas voces su lucha contra el terrorismo en el llamado Viejo Continente, sin embargo ofrecen cobijo y financiamiento a grupos terroristas anticubanos como Alpha 66, y a mercenarios al servicio de Estados Unidos.

Los sucesivos gobiernos españoles, tanto los liderados por los Socialistas (PSOE) como por el derechista Partido Popular (PP), se han empeñado históricamente en poner fin al accionar violento de la organización vasca ETA, con el apoyo de otros países de la UE, entre ellos Francia.

En correspondencia con esa actitud, son centenares los ciudadanos que han sido juzgados, condenados y mantenidos hoy en prisión por pertenecer a ETA, protagonizar hechos violentos, o alabar a esa organización, que aboga por la independencia de la norteña comunidad autónoma de El País Vasco.

Mientras ello ocurre, las autoridades españolas, con el silencio cómplice de la UE, permiten que en Madrid esté instalada desde hace algún tiempo una representación del grupo terrorista anticubano Alpha 66, con su base principal de operaciones en Miami, Estados Unidos, y únicamente afamado por su abultado expediente sangriento.

Igualmente altos cargos oficiales de esa nación europea, como la presidenta de la comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, toleran y mantienen con el dinero del contribuyente español a grupúsculos de autodenominados «luchadores por la democracia» en Cuba, que operan libremente desde allí contra la isla caribeña.

Son bien viejos y conocidos los vínculos de la «desesperanza» Aguirre y de otros integrantes del ultraconservador PP, como el expresidente José Maria Aznar, con terroristas afincados en la capital española o en Miami, entre ellos Carlos Alberto Montaner y Luis Posada Carriles.

Fueron personajes como Montaner, Posada Carriles y otros integrantes de la mafiosa Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), con sede en Miami, los que procuraron los financiamientos para la campaña electoral que llevó al poder en 1996 a Aznar, bautizado en Madrid como el «palanganero» George W. Bush por su sumisión desmedida al mandatario norteamericano.

La postura contradictoria de España y la UE en materia de terrorismo demuestra una vez más el doble rasero que aplican en su política hacia Cuba, como lo es también la llamada Posición Común impuesta hace tres lustros por el Grupo de Los 27 a la mayor de las Antillas.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.