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El espantoso Trump, el establishment y el mito de los trabajadores blancos que le apoyan

Fuentes: Rebelión

Hace un mes Noam Chomsky causó sensación declarando que el actual partido republicano, con Donald Trump a la cabeza, «es la organización más peligrosa de la historia mundial» por su actitud criminal sobre la madre de todos los problemas de la humanidad, ¡la catástrofe climática! Estamos de acuerdo al 100 % con esa declaración de Chomsky, máxime cuando Trump está empeñado en darle la razón decidiendo sacar a su país del Acuerdo climático de París. He ahí pues por qué en este momento preciso cuando se decide la suerte misma de nuestro planeta, la cuestión «qué es Trump y adónde nos lleva» adquiere seguramente una importancia suplementaria…

Los meses pasan y un denso misterio continúa envolviendo al «fenómeno» Trump. Nos dicen: «Trump es un payaso, un bufón». «Es un loco, un psicópata». «Un narcisista», etc. etc. Y nos siguen diciendo… «¿Y entonces qué?». Por cierto, nos han dicho antes exactamente lo mismo de Mussolini, Hitler y lo mismo de «nuestros» coroneles griegos. ¿Y entonces qué? ¿Qué lección útil podríamos extraer de todo esto? ¿Acaso deberíamos concluir que la historia moderna es ante todo obra de los «payasos», los «psicópatas» y los «narcisistas»? ¿Que se limita a sus andanzas y aventuras personales? ¿Y que bastaría -evidentemente- con dejar de lado a los «payasos», los «psicópatas» y los «narcisos» para que la humanidad y nosotras mismas encontráramos la paz?

Evidentemente, todo este desvarío sin fin no nos aclara gran cosa sobre el «fenómeno» Trump… porque su objetivo es exactamente ese: Mantenernos en la ignorancia. O incluso desorientarnos, dirigir nuestra atención y también nuestra cólera hacia metas falsas, en direcciones incorrectas. Como por ejemplo cuando los medios norteamericanos e internacionales, las cancillerías y los «expertos» por el mundo nos bombardean durante meses con la siguiente «verdad» que -sin duda- está en la raíz del mal: ¡Trump expresa y refleja el racismo, la xenofobia y el culto a la violencia de los trabajadores blancos norteamericanos que, por cierto, constituyen la mayoría de sus electores! ¿Cuántas veces no habremos oído o leído esta «verdad» mismamente de la pluma de intelectuales en la mira de la izquierda griega e internacional? ¿Y cuántas veces no nos habrán bombardeado con «análisis» rimbombantes con esta «verdad» como punto de partida? Sin embargo, atención: La «verdad» mencionada, que se nos ofrece sin la menor prueba, no tiene la menor relación con la realidad. ¡La base electoral y social de Trump no son los asalariados, ni siquiera los trabajadores blancos en cólera, sino más bien los comerciantes y otros pequeño-burgueses desatados norteamericanos! No porque así lo quiera una cierta teoría marxista del fascismo, sino porque es la conclusión de encuestas escrupulosas y detalladas sobre los ingresos y la educación de los electores de Trump. Y he aquí a continuación algunos elementos concretos de estas encuestas que se refieren a la verdadera base electoral -y social- de Trump, es decir, los y las que le han votado pensando que Trump encarna mejor sus esperanzas y deseos. Evidentemente, tal elección no era posible más que en las primarias del partido republicano, a las que se refieren las encuestas citadas, y no en las elecciones nacionales de noviembre pasado, cuando millones de americanos votaron a favor de Trump solamente para bloquear el camino a Hillary Clinton, a la que odiaban. (1) Así pues, mientras que el ingreso anual medio en USA es de 56.000 dólares, el ingreso anual medio de los electores de Trump en las primarias del partido republicano era sensiblemente superior, es decir, de 72.000 dólares. ¡Y la desmitificación del electorado de Trump se vuelve aún mayor cuando nos enteramos de que los ingresos de sus electores son bastante más elevados que los de Bernie Sanders e incluso Hillary Clinton, que no pasan de los 61.000 dólares!

Pero hay más. Estas conclusiones sobre los ingresos son ampliamente confirmadas por las del nivel de educación de los electores de Trump. ¡De modo que el 44% de los mismos tienen títulos universitarios, cuando la media nacional es solamente del 29% y del 33% para los «adultos blancos no hispánicos»! Podríamos continuar con la presentación de las estadísticas de gran interés desnitrificado, pero preferimos parar aquí y aconsejar la lectura de estadísticas y análisis de dos textos muy buenos en inglés, que refutan el mito de la «base obrera blanca de Trump». (2) Un mito construido por el establishment de los demócratas neoliberales, con un objetivo claro: ¡Descargar de sus responsabilidades a los principales culpables de la elección de Trump y dirigir la cólera contra Trump hacia falsas metas, para que la oposición a Trump no barra todo el sistema que lo ha hecho nacer!…

Evidentemente, el hecho de que la base social de Trump esté formada sobre todo por pequeño-burgueses exasperados y agresivos, y también por policías americanos violentos y racistas, así como por otras fuerzas de seguridad, todos ellos caracterizados por su oposición a la mundialización neoliberal que -en efecto- les ha costado muy cara, pero también por el racismo, la xenofobia y un conservadurismo muy pronunciado, no es sin consecuencias para el presente y el futuro de los proyectos de Trump. ¿Por qué? Pues porque, como lo hemos escrito hace algunos meses, (3) el régimen que Trump ambiciona establecer en los Estados Unidos no podrá ser fascista mientras que Trump y sus amigos no puedan disponer de su propio movimiento de masas en condiciones de imponer a través de la violencia todo lo que caracteriza un régimen fascista: La destrucción de todas las organizaciones de trabajadores, la atomización de los asalariados, etc.

Así pues, no es casualidad si la creación de este movimiento de masas al servicio de Trump constituye hoy quizás la prioridad principal del ocupante de la Casa Blanca, y se traduce últimamente en las declaraciones expresando su voluntad de recorrer de nuevo el país para organizar agrupaciones de masas para dirigirse, como a él le gusta, o sea, directamente y sin intermediarios, a sus fieles cuyo número creciente muestran ya quienes quieren pasar a los actos tan pronto como sea posible.

Si esto es así, entonces todas las declaraciones, actos y otras reacciones confusas y a menudo ininteligibles que caracterizan la actividad cotidiana de Trump y de sus colaboradores adquieren sentido y perspectiva. Como por ejemplo, la gran violencia de sus palabras y de sus actos, la invención y la represión sistemática de los chivos expiatorios, la repetición extenuante de afirmaciones monstruosas y mentiras inverosímiles dignas de un Goebbels, la adulación al jefe que devuelve a los más ridículos «cultos a la personalidad» del pasado, y evidentemente el rasgo principal y a la vez piedra angular de su política que es ¡la guerra de clases sin precedentes (incluso peor que la lanzada en Chile por Pinochet y sus «Chicago boys») en beneficio del 1% y contra el 99% de sus compatriotas! Pero nos ocuparemos de todo esto en un próximo texto… puesto que lo que urge ahora es tomar consciencia de que Trump y sus amigos hacen todo lo posible para persuadirnos de que son capaces de lo peor…

Notas:

1. En Francia también las elecciones presidenciales, la base electoral de Manuel Macron no es evidentemente el 66,1% de la segunda vuelta, sino más bien el 24% de la primera. En ambos casos, Trump y Macron han ganado las elecciones únicamente porque sus compatriotas querían impedir a sus contrincantes acceder a la presidencia.

2 . https://www.thenation.com/article/trumpism-its-coming-from-the-suburbs/ y tambien

ht tps://fivethirtyeight.com/features/the-mythology-of-trumps-working-class-suppor   Estos textos, cientos más y vídeos que cubren lo que pasa tanto en la cúspide como en la base de la sociedad norteamericana, son posteados cada día por decenas en la página de Facebook: https://www.facebook.com/EuropeansForBerniesMassMovement/   

3. http://www.cadtm.org/Trump-es-o-no-fascista-Y-es

Traducción: Fátima Martín

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.