«Este gobierno rechaza la tortura», declaró Ashcroft en un interrogatorio del Comité Judicial del Senado, luego de que según informaciones filtradas a los medios los abogados gubernamentales dijeron que el presidente, actuando como comandante en jefe y para proteger la seguridad nacional, podía hacer caso omiso de tales leyes. El fiscal se negó a entregar […]
«Este gobierno rechaza la tortura», declaró Ashcroft en un interrogatorio del Comité Judicial del Senado, luego de que según informaciones filtradas a los medios los abogados gubernamentales dijeron que el presidente, actuando como comandante en jefe y para proteger la seguridad nacional, podía hacer caso omiso de tales leyes.
El fiscal se negó a entregar un memo departamental de agosto de 2002 en el que presuntamente está plasmada esa posición de los asesores legales de la Casa Blanca.
Ante su negativa no justificada, los senadores le señalaron que estaba incurriendo en desobediencia ante el Congreso según la constitución de EE.UU., pero el tenso interrogatorio continuó.
¿Bush responsable?
Por su parte, el senador Edward Kennedy sugirió que el memo de 2002 y otros documentos oficiales que ofrecen justificación a la tortura llevaron a los hechos en la cárcel iraquí de Abu Ghraib, lo cual implicaba directamente al presidente Bush.
Pero la Casa Blanca rechaza el cargo. El memo formó parte de un borrador de un informe que a su vez era parte de una revisión de la política de interrogatorios realizada por el Pentágono en el centro de detención de Guantánamo.
El Pentágono admite estar utilizando métodos de interrogación en Guantánamo que sobrepasan los límites previos de las prácticas militares, pero insiste en que son humanos y no violan la ley internacional.
No obstante, las preguntas de la comisión del Senado sugieren que no han logrado convencer a los críticos del gobierno.
La senadora demócrata Dianne Feinstein le preguntó al fiscal si, bajo el contexto de la guerra contra el terrorismo, el gobierno del presidente Bush no consideraba apropiado aplicar la Convención de Ginebra que prohíbe torturas a prisioneros para la obtención de información.
Ashcroft respondió que la Convención de Ginebra «sólo se aplica a soldados y a Estados firmantes de la Convención», implicando que los miembros de «organizaciones terroristas» o «combatientes enemigos» no entraban en esa categoría.
Mostrando fotografías de soldados estadounidenses torturando a prisioneros en Irak, el también senador demócrata Joseph Biden replicó: «Hay una razón por la cual nosotros firmamos estos tratados: para proteger a mi hijo en el ejército. Para que cuando estadounidenses sean capturados no sean torturados. Esa es la razón. Que nadie lo olvide».