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Entrevista al periodista David Segarra, autor de “Viure, morir i nàixer a Gaza” (proyecto de micromecenazgo)

«El objetivo del libro no es ayudar a los palestinos, sino aprender de ellos»

Fuentes: Rebelión

El periodista y documentalista David Segarra vive a caballo entre Gaza, Valencia y Caracas. Recaba actualmente financiación para el libro «Viure, morir i nàixer a Gaza» (Ed. Sembra Llibres), dentro de una campaña de micromecenazgo que puede apoyarse en http://www.verkami.com/locale/es/projects/9797-viure-morir-i-naixer-a-gaza. Integrado por un centenar de fotografías captadas sobre el terreno, además de poesías y fragmentos […]

El periodista y documentalista David Segarra vive a caballo entre Gaza, Valencia y Caracas. Recaba actualmente financiación para el libro «Viure, morir i nàixer a Gaza» (Ed. Sembra Llibres), dentro de una campaña de micromecenazgo que puede apoyarse en http://www.verkami.com/locale/es/projects/9797-viure-morir-i-naixer-a-gaza. Integrado por un centenar de fotografías captadas sobre el terreno, además de poesías y fragmentos de relatos, «Viure, morir i nàixer a Gaza» ofrece una visión alternativa a la de los medios convencionales, basada en bombas, sangre y violencia.

Las fotografías del libro transmiten, por el contrario, la sabiduría y la vida cotidiana de los ciudadanos gazatíes. La historia de «Viure, morir i nàixer a Gaza» comienza en 2009, cuando el periodista se dirige a la Franja para elaborar el documental «Las cebras de Gaza»; el proyecto se interrumpe al año siguiente por el ataque israelí a la «flotilla de la libertad», donde también se había enrolado Segarra. El proyecto lo retoma en 2014, cuando entra de nuevo en la Franja, ahora con un grupo de brigadistas de Unadikum. Allí permaneció los últimos tres meses.


-Has contado en más de una ocasión que el libro para el que ahora requieres apoyo económico nace de una -aparente- paradoja…

-La última vez que fui a Gaza no me llevé cámara de fotografías ni de vídeo, ni siquiera ordenador. Quería sólo convivir con la gente, sin que la tecnología me desviara del objetivo. Uno de los activistas de Unadikum, Manu Pineda, tenía una cámara fotográfica Nikon, que usaba poco. Me la prestó, y cuando me di cuenta, contaba con miles de fotografías. Al revisarlas, observé que las fotos tenían una fuerza extraordinaria. Sobre todo, por una mirada que pocas veces se tiene en cuenta: la vida cotidiana en Gaza. Al final de mi estancia de tres meses, empieza el ataque militar de Israel. La suma de los dos factores -la guerra y el poder reflejar la cara oculta de Gaza- me hacen pensar en el libro. No estaba planificado.

-¿Cuál es el contenido de «Viure, morir i nàixer a Gaza»?

-El libro consta de un centenar de fotografías sobre la vida cotidiana. Ante las dificultades, lo cotidiano se vuelve extraordinario en Gaza. Por ejemplo, en una de las fotografías aparece una joven pareja con su hijita al hombro en el campo. El texto explica que, en ese momento, cazabombarderos F-16 de Israel y francotiradores apostados, apuntan a los campesinos. Eso es Gaza. Donde segar los cereales es algo extraordinario y cada acto es un milagro de la vida. Hay otra foto con una niña en un primer plano, aparentemente durmiendo (es lo único que se ve en la fotografía). La imagen, tomada durante la guerra, corresponde al hospital central de Gaza (Shifa). La niña permanece en la Unidad de Cuidados Intensivos, en coma, porque estando en su casa le alcanzó metralla en el cráneo.

Es una instantánea que apareció en los grandes medios, pero con un tratamiento diferente…

Los grandes medios buscan la sangre. En la fotografía que figura en el libro puede observarse el rostro de la niña lleno de belleza. Pero los medios sacaron la otra parte de la cara, cubierta de heridas. Y eso me lleva a una reflexión, que es básicamente el contenido del libro. Los grandes medios definen a los palestinos como «bárbaros», «atrasados» y «terroristas». Si, por el contrario, hay algún medio que se posiciona en contra de la guerra, a los palestinos se les calificará como «víctimas» o «pobre gente». En mi opinión, se trata de visiones maniqueas y que ocultan la realidad.

-¿Por qué?

-Los palestinos son mucho más que eso. Son seres humanos completos, ni víctimas ni verdugos. Los medios nos hablan de los bombardeos o de las declaraciones de los políticos, pero no de la vida cotidiana de los seres humanos, que es de lo que realmente podemos aprender. Éste no es un libro para ayudar a los palestinos, sino para aprender de ellos. Decía Platón, además, que la belleza es el resplandor de la verdad. Al fotografiar Gaza, te das cuenta de que las imágenes son tan poderosas porque reflejan una verdad interna. Imágenes, belleza y armonía en algunas de las situaciones más extremas, como las que se viven en Gaza.

-¿Cómo se aproximan los corresponsales internacionales a la realidad de la Franja?

-En los tres últimos meses que estuve en Gaza (los tres anteriores al comienzo de la guerra), prácticamente no había periodistas extranjeros. Con el comienzo de la guerra, llegaron en tropel, porque se consideraba que entonces Gaza ya era noticia. Medios y periodistas trasladaron una imagen de muerte y destrucción. Además, corresponsales internacionales y fotógrafos toman fotos en zona de conflicto, las venden a los grandes medios y obtienen premios, mientras los protagonistas de las fotos ni siquiera llegan a verlas jamás. Es una falta de hermandad absoluta. De hecho, a los periodistas se les adoctrina para no implicarse con la gente. El libro nace con otra idea: una parte de los libros editados se les enviará a los palestinos de Gaza.

-Por otra parte, ¿quiénes son tus principales referentes en el trabajo fotográfico?

-Yo no soy fotógrafo. He hecho periodismo escrito y me dedico al documental (televisión y cine). En este campo, mi referente es Eduardo Galeano. Porque, aunque sea escritor, hace un tipo de literatura y periodismo que no deja de lado lo humano ni a los seres humanos. Y lo cierto es que los seres humanos estamos hechos de historias, no de datos.

-¿Consideras que se trata de un libro «político», a pesar de que las fotografías aborden la realidad cotidiana de Gaza?

-Todo es política. El libro habla de la profundidad de la resistencia palestina. Se basa en una profundidad espiritual, que puede encontrarse en la mayoría de los pueblos tradicionales. En Palestina está viva la sociedad tradicional, de ahí que nadie esté solo, por ejemplo, si es detenido. Además, se mantiene la familia extendida, que puede estar formada por 50 ó 100 miembros, más los vecinos. Es un modelo distinto al de la familia nuclear moderna. Los palestinos cuentan asimismo con un sistema de valores. Víctor Frankl, psicólogo judío superviviente del holocausto, explicaba en el libro «El hombre en busca de sentido» que la clave de la subsistencia es encontrar sentido al sufrimiento. En Palestina, el sistema de valores tradicionales permite trascender el dolor.

-Por último, el libro no sólo consta de fotografías. Se completa con textos y poesías

-Se incluyen textos de autores del mundo mediterráneo y de la tradición grecolatina, como Platón o Epicteto. También de poetas andalusíes, turcos, griegos, catalanes y valencianos, y algunas reflexiones que provienen de la Torá, los evangelios y el Corán.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.