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El pozo de Totalán y el amianto

Fuentes: Rebelión

«No es posible determinar si hay un nivel de exposición en los seres humanos por debajo del cual un riesgo de cáncer no se produciría» IARC 1977 (La IARC: Agencia Internacional de Investigación del Cáncer, depende la OMS) No hay dosis mínima segura: «no existen pruebas teóricas de que exista un límite de exposición por […]

«No es posible determinar si hay un nivel de exposición en los seres humanos por debajo del cual un riesgo de cáncer no se produciría»

IARC 1977

(La IARC: Agencia Internacional de Investigación del Cáncer, depende la OMS)

No hay dosis mínima segura: «no existen pruebas teóricas de que exista un límite de exposición por debajo del cual no haya riesgo de desarrollar un cáncer»

(Parlamento Europeo, Resolución del 13 de mayo de 2013)

«No hay exposición al amianto por pequeña que sea que pueda considerarse segura»

(Guía Técnica de desarrollo del RD 396/2006. Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo de España, INSHT, p. 23)


El pozo de Totalán que se tragó a Julen

Todos hemos tenido cabal información de este trágico suceso ocurrido en un pequeño pueblo de la costa oriental de Málaga. El suceso, en el que no voy a entrar, ha mostrado varios asuntos de interés: uno que cuando se trata de solidaridad y empatía, los seres humanos mostramos un gran caudal, lejos de esas consideraciones neodarwinistas (ver el «Gen egoístas de Dawkins) que nos hacen egoístas por naturaleza: somo empáticos por naturaleza. Si, además, de la mano del ingeniero director del rescate, se identifica a Julen como a un hijo propio, el énfasis en la búsqueda resulta ejemplar. Ya el dramaturgo A. Miller, en su obra de 1947, «Todos son nuestros hijos» despertó nuestras conciencias en un asunto criminal en que el padre de la obra por salvar a su empresa y el pan de sus hijos, decía, fabricó piezas defectuosas de aviones por la que murieron muchos jóvenes,21, en la guerra, y echó la culpa a un socio. El drama acaba con el suicidio del criminal al no soportar su crimen, bajo el supuesto de que todos los muertos inocentes eran sus hijos. El caso con Julen es distinto pero la consideración la misma.

El otro asunto de interés es el de los pozos ilegales e incontrolados que existen en España y el concepto de riesgo.

Pozos ilegales como el de Totalán se calcula que hay un millón de ellos en España, de los cuales no se sabe su estado ni su peligrosidad. En 2006 el Ministerio de Agricultura reconocía la existencia de 510.000 pozos ilegales en total el territorio. En 2017, según Greenpeace, se reconocían, no oficialmente, ese millón adelantado por la prensa. De ellos no se sabe nada. Bueno sí se sabe. Mejor que nadie lo ha expresado el dueño del terreno del pozo en sus declaraciones a la prensa hace unos días que todos hemos visto: entre sollozos explicaba que si él hubiese sospechado que aquello se iba a tragar a Julen no lo hubiese hecho. Homicidio imprudente por ignorancia supina pero vencible.

Y enlazamos con el concepto de riesgo

Según NNUUi, riesgo es un estado potencial de posible daño, que se mide por el producto de la probabilidad de que se produzca un suceso por el daño que pueda infligir el paso de la potencia al acto, en el sentido aristotélico.

Según esta razonable fórmula Riesgo = Probabilidad por Daño (R=PxD). Como la probabilidad es un número adimensional la magnitud del riesgo depende de las unidades en que midamos el potencial daño. Pueden ser vidas humanas, Dalysii, o dinero.

La probabilidad es una gran desconocida. El público está educado en el todo o nada, pero no en el más o menos. No es lo mismo ocho que ochenta y ambos son números que muestran que ha ocurrido un suceso. La probabilidad, que es la condición casi universal en que nos movemos los humanos, es, dentro de un suceso posible, los casos desfavorables (de riesgo) que pueden ocurrir después de haber llevado a cabo muchos sucesos parecidos o iguales. Por ejemplo, si la probabilidad de que Julen cayera al pozo de 35 cm de apertura destapado era de un caso de cada 1000 paseos de familias con niños por la zona, significa que era muy poco probable pero no imposible, y que al cabo de ese número alto de paseos en uno de ellos ocurriría la tragedia. Así ha sido. Las lágrimas del propietario se podrían haber ahorrado si aplicando el principio de precaución hubiesen eliminado el problema (rellenando de tierra el agujero y tapando con una tapa metálica el pozo). En esta situación tendríamos la certeza previa de que por muchos paseos con niños que se diesen por la zona la probabilidad de una caída al pozo era nula: riesgo potencial cero, porque un factor de la fórmula lo era. Y era una solución fácil y barata.

Para entender bien la fórmula (R = PxD) hay que hacer estas consideraciones: el riesgo R, que es lo que interesa saber de una situación, depende de dos factores: si en un caso la probabilidad de algo ocurra es muy alta pero el daño que se sigue es muy bajo, estamos ante un suceso de muy bajo riesgo; si al revés, la probabilidad es muy baja y el daño muy alto (la vida de una persona, por ejemplo), estamos ante un suceso de alto riesgo. Si los niños juegan en terrenos con algún pozo, aunque sea de estrecha boca, es muy poco probable que se cuelen por ella, pero si ocurre, aunque sea una vez en la vida, tenemos el caso de Julen: un riesgo insoportable. Pero si no hay esas bocas fatales en el terreno, pero dejarlos a su aire puede que se caigan cientos de veces, la probabilidad de daño es muy alta pero el tal daño es insignificante: no hay riesgo y se deben dejar a su aire. Hay que distinguir.

Cabría la solución de dejar el pozo sin relleno y una buena tapa metálica al final, sellado, como solución más barata y también segura, pero si el tiempo o la imprudencia hacían desaparecer la tapa, aparecería de nuevo el problema y su riesgo grave correspondiente. Esto se llama encapsular un problema en vez de eliminarlo. Estoy seguro que las Autoridades después de haber provocado una alarma social extrema en todo el país, con el millón de pozos clandestinos, que vaya usted a saber en que estado de seguridad se encuentran, no recomendarán esta alternativa a los propietarios responsables de los agujeros riesgosos.

Y todo esto viene a cuento por la estrecha relación que existe entre este problema y del amianto o uralitas instalados en nuestro país después de haber sido prohibido en 2001.

Las uralitas y el pozo que se tragó a Julen en Totalán

Pues se trata del mismo caso, por eso esta tragedia servirá para aplicarse el cuento a cuenta de las uralitas o amiantos que siguen instalados en toda nuestra geografía y en todos los lugares imaginables. Las toneladas de amianto instalado con las que nos enfrentamos son del orden de 2.6 millones, de las cuales ya una buena parte se habrán eliminado, aunque se calcula que la mitad de las erradicadas se han hecho de mala manera: han ido a vertederos ilegales. En Andalucía se han localizado 738 áreas de vertederos incontrolados de los cuales 110 de ellos se han utilizado para realizar un trabajo de campo que ha mostrado que en un 65% de los se utilizaban para depositar irregularmente residuos de la construcción, la mayor parte de ellos contaminados con restos de uralitas y amiantos variosiii. Sin conciencia social ni control administrativo todo es posible.

En el caso del amianto las probabilidades de un grave daño son siempre positivas porque como hemos señalado en la entradilla, las más altas Autoridades ya vienen advirtiendo que no hay dosis mínima segura y el daño cuando ocurre un solo suceso, aunque sea muy improbable, es el más alto: la vida de las personas expuestas. Pensemos en los miles de niños y niñas que en la actualidad están cursando sus estudios en colegios con amianto en sus aulas (en tejados, bajantes, depósitos, pizarras, jardineras, aislamientos, etc.); una sola fibra que puedan inhalar de estas estructuras puede dar lugar a que mueran por ello a los cuarenta años de un mesotelioma de pleura, aunque para una mayoría de expuestos no ocurriría esta desgracia porque la probabilidad es muy baja, pero existe el riesgo. Ningún padre se perdonaría haber llevado a sus hijos a semejantes colegios y le veríamos llorar las mismas lágrimas de inocencia culpable que el propietario del pozo de Totalán. ¿Con cuantos niños o niñas podremos desplegar un aparato de rescate de la envergadura del de Totalán por muerte por amianto? Con ninguno de estos escolares que mueren de adultos y su enfermedad no tiene solución alguna.

¿Y cómo sabemos a ciencia cierta que esa muerte por mesotelioma se debe al amianto? Porque esta enfermedad mortal, sin tratamiento actual posible, en el 95% de los casos que ocurre se debe al amianto y solo el amianto. Puedes fumar todo lo quiera que un mesotelioma no vas a tener, eso sí puedes tener un cáncer de pulmón. Si sigues la vida del afectado puedes rastrear que otros lugares con amianto ha frecuentado, y si sabes los años escolares y que el periodo de latencia de la enfermedad es de media unos 40 años, puedes achacárselo con toda seguridad fácilmente al periodo escolar.

Si las Autoridades, por ahorrase dinero a corto plazo, se deciden como en el Reino Unido, a probar con la maniobra del encapsulamiento en vez de la eliminación, tendrán como en el caso de los pozos ilegales, el problema a más plazo, máxime teniendo en cuenta que el amianto es un material difícilmente destruible, eterno.

En el Reino Unido han tenido que rendirse a la evidencia porque después de más de 20 años de encapsulamiento en las Escuelas, el Parlamento ha encontrado que en una encuesta de 2010 «de 600 escuelas mostraron que sólo el 28 por ciento de los encuestados dijo que la presencia de materiales que contienen amianto fue marcada claramente en el lugar de trabajo. Donde había un registro de amianto, sólo un tercio de los encuestados eran conscientes de su existencia y sólo el 20 por ciento del total de la muestra. Esto es particularmente preocupante debido a que el Comité de Carcinogenicidad ha llegado a la conclusión de que los niños pueden ser más susceptibles a desarrollar mesotelioma como resultado de la exposición. (…) Es la opinión de la de todos los partidos del Grupo Parlamentario que el mantenimiento de una política de gestión de amianto en su lugar ya no es apropiada y debe ser cambiada.»iv

De la misma manera que los pozos clandestinos deben eliminarse por completo y no encapsularlos para que vuelvan a reaparecer una vez eliminadas los sellados superficiales, así todas las maniobras de encapsulamiento que se pretenden con el amianto, en el sentido dejarlas in situ con métodos posteriores de señalización y vigilancia, constituyen una manera de dejar un problema mayor a generaciones futuras, porque ya sabemos con Gran Bretaña que el propio Parlamento ha rectificado y propone su eliminación definitiva. Dejar la basura debajo de la alfombra es una manera cortoplacista y cara de abordar estos problemas mayores: el amianto y los pozos clandestinos.

Las soluciones

En el caso de los pozos clandestinos ya nos consta que se irá a su caza y captura, y que la advertencia del pozo que engulló a Julen habrá sido suficiente para que los afectados hayan puestos sus barbas a remojar. En el caso del amianto no ha habido aún suficiente presión social para que se llegue a una solución fácil y barata, en cuanto a la eliminación de todo el amianto instalado en el país, que no a su encapsulamiento, como se está teniendo la tentación de poner en marcha. Piénsese el caso de Altza en Donostia; allí hace 35 años cerró sus puertas Toschi Ibérica (antes Fibrocementos Vascos), que se ha decidido el mantenimiento in situ de todos los residuos de amianto, su cubrimiento y encima se ha colocado un polideportivov. Vaya garantías.

La solución definitiva para el amianto radica en el establecimiento de un Plan de Desamiantado Seguro para todo el estado español, habida cuenta que para 2033 todo el amianto instalado habrá finalizado su vida útilvi y la ley de prohibición (ORDEN de 7 de diciembre de 2001) establece que solo estará autorizado su permanencia in situ hasta el fin de su vida útil (dice literalmente que «seguirá estando permitido hasta su eliminación o el fin de su vida útil») que deberá ser erradicado del lugar en que puede producir daños graves a la salud pública.

Plan de Desamiantado Seguro

Hacer un Plan de este tipo significa los siguiente:

1º Fijar una fecha límite para el desamiantado integral, que de acuerdo con los datos aportados y la Resolución del CESE (Consejo Económico y Social Europeo), ha de ser en 2032.

2º La financiación de esta Plan se habrá de hacer con la cooperación de todas las administraciones, empezando por la UE que ya admite disponer de fondos estructurales para poder aplicarse a desamiantado seguro del amianto instalado, pero especialmente se ha de contar con las empresas responsables de la contaminación, empezando por Uralita (hoy COEMAC) que controló durante el siglo XX más de la mitad de la producción de fibrocemento del estado español, con fábricas distribuidas por todo el territorio y hoy convertidas en grandes vertederos al aire libre.

3º Disponer de un inventario lo más exhaustivo posible de los lugares a descontaminar sean públicos o privados.

4ª Hacer una criba de empresas apuntadas en el RERA sin más, que no pasen un test de calidad suficiente para hacer un desamiantado seguro.

5º Establecer unos criterios de prioridad para su ejecución, empezando por el más deteriorado y luego, de manera integral, por colegios y centros de enseñanza, tuberías que conducen agua potable, centros de salud y hospitales, lugares cerrados de afluencias grandes de personas, como teatros, cines, etc. etc.

6º Vincular las reformas de edificios y sus certificados de eficiencia al desamiantado de los mismos y a la producción de certificados «libres de amianto» a la hora de comerciar con ellos.

7º Incluir este Plan nacional de desamiantado seguro en una ley Integral del Amianto en España, que abarca toda la legislación existente mejorada, y el Fondo de Indemnización para las víctimas, hoy progresando en el Congreso de los Diputados.

Por último hay que recordar que es posible erradicar el amianto de los colegios y de otros lugares, con tal que los padres y madres y los interesados (asociaciones de víctimas, vecinos, etc.) hagan una inteligente y contundente presión ante sus autoridades correspondientes y teniendo en cuenta la analogía entre el caso del Julen en el pozo de Totalán y el riesgo de que pequeñas dosis se conviertan para sus hijos en el mesotelioma del mañana, que como boca de pozos de 35 cm, los atraiga fatalmente hacia su perdición inesperada, pero no por ello improbable.

Ya lo saben los interesados, no vengan luego llorando la fatalidad irreversible que con su silencio han propiciado. Es posible erradicar el fatal amianto en los colegios porque así se ha logrado en toda Andalucía, que para el año 2022, las uralitas serán solo un mal recuerdo.

La victoria es razonable, más barata que sus consecuencias, y por ello no luchar por una causa de salud pública tan evidente como la del amianto, es afrontar de por vida la carga de mala conciencia que implica el no actuar o hacerlo en sentido contrario al desamiantado, por ejemplo, aceptando el encapsulamiento en vez de la auténtica solución cual es la retirada y eliminación definitiva del eterno asbesto de sus lugares actuales de instalación.

Nada nos puede hacer esperar a poner manos a la obra, a la par que la que se va a poner, después de la alarma social creada en Totalán, para eliminar el riesgo del millón de pozos clandestinos.

Referencias

i  Barrere, M. (1992) «La Tierra, Patrimonio común». Barcelona, Paidos, pp.193 y siguientes

ii  Dalys: Días de vida perdidos respecto a la esperanza de vida del actor, más días de vida en discapacidad del mismo actor. Del amianto se sabe que, en 2013, murieron por cáncer de exposición ocupacional 194. 000 trabajadores, y esto supuso un DALY del orden de 3.4 millones. Dividiendo ambos números (3.400.000/194.000) nos dice que cada trabajador «perdió» una media de 17.5 años.

iii  En Scripta Nova, Barcelona, Vol XVII, nº 435, abril de 2013, Borrel, Ruiz y Lucendo: «Factores Territoriales de localización y caracterización de los vertederos incontrolados de Andalucía»

iv  En: https://www.tuc.org.uk/sites/default/files/asbestoseradication.pdf

v  Bernardo, A. (mayo 2018) «Tierras de la luna»; amianto en el corazón de Altza – Donostia». En: http://www.rebelion.org/docs/242319.pdf

vi  Puche, P. (2018) «Vida útil del amianto: un misterio desvelado». Sin Permiso, 17 de noviembre: http://www.sinpermiso.info/textos/la-vida-util-del-amianto-un-misterio-desvelado

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