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El Salvador al borde de crisis sanitaria por dengue

Fuentes: IPS

El aumento de casos de dengue y el aparecimiento de dos nuevas cepas del virus en El Salvador, que se agregan a la gran cantidad de mosquitos transmisores reportados en las últimas semanas, ponen al país al borde de una crisis sanitaria, advierten algunos especialistas. Una niña murió este viernes en el hospital infantil Benjamín […]

El aumento de casos de dengue y el aparecimiento de dos nuevas cepas del virus en El Salvador, que se agregan a la gran cantidad de mosquitos transmisores reportados en las últimas semanas, ponen al país al borde de una crisis sanitaria, advierten algunos especialistas.

Una niña murió este viernes en el hospital infantil Benjamín Bloom, según un familiar por dengue hemorrágico, una complicación grave de la enfermedad infecciosa causada por cuatro variedades de virus transmitidos por mosquitos. Pero las autoridades no divulgarán el diagnóstico hasta que se conozcan la semana próxima los resultados de varios análisis.

El viceministro de Salud Pública, Ernesto Navarro, confirmó esta semana que los casos comprobados de dengue se han triplicado con respecto a los registrados en 2000, cuando se produjo una epidemia que mató a nueve niños. Entre enero y julio de ese año se reportaron 1.166 casos, mientras que en lo que va de 2006 ya se registran 3.774, de los cuales 3.626 corresponden a dengue clásico y 121 al hemorrágico. Sesenta por ciento corresponden a la capital, San Salvador, y sus alrededores.

El dengue es una enfermedad febril severa, con síntomas similares a los de la gripe, que afecta tanto a niños como a adultos. Los síntomas varían según la edad del paciente. En bebes y niños pequeños pueden aparecer fiebre y erupciones. Los niños mayores y adultos pueden presentar altas temperaturas, dolores de cabeza y corporales y erupciones, según la Organización Mundial de la Salud.

La complicación hemorrágica incluye fiebre alta, inflamación del hígado, sangrados internos y ocasionalmente problemas circulatorios.

Los médicos aseguran que ya se vive una epidemia de dengue, y señalan que de no tomarse las medidas necesarias se disparará la cantidad de casos, con el agravante de que se incremente la presencia del mortal dengue hemorrágico.

«Yo sí creo que estamos en una epidemia, y hemos pasado de ser endémicos, a ser hiper-endémicos, cuando tenemos los cuatro tipos de cepas (1, 2, 3, 4) del dengue circulando y un índice larvario de 25 por ciento, cuando lo aceptable es de cinco. Eso sería suficiente para declarar una epidemia», dijo a IPS el infectólogo Iván Solano Leiva, director de actividades científicas del Colegio Médico de El Salvador.

El mosquito Aedes aegypti es el principal transmisor del dengue, una enfermedad que se extiende por zonas tropicales y subtropicales.

El índice larvario mide la cantidad de recipientes infestados con larvas de mosquitos por cada 100 casas inspeccionadas.

Solano Leiva reclamó al Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), que desarrollara «canales endémicos», una suerte de base de datos de cinco años, que permite «indicar cuándo entramos a epidemia. Eso nunca lo ha hecho el Ministerio. Lo hacen en base a año con año, o semana contra semana, y eso no es un argumento técnico para saber si estamos en epidemia», sostuvo el especialista.

El viceministro Navarro aseveró que existían los «canales endémicos», que se realizan «a través del equipo de epidemiólogos del Ministerio». Y agregó que «el número de casos confirmados ha tendido a la estabilización. Entonces para qué vamos a declarar «alerta roja», dijo el funcionario.

Para el MSPAS, la alerta amarrilla decretada el 12 julio en cuatro provincias del país es suficiente para enfrentar la crisis por el momento, si bien ha intensificado los llamados a la población para disponer medidas preventivas, particularmente en la higiene del agua en este país e 6,5 millones de habitantes.

Uno de los casos más recientes es el de Fernando Dubón, de cuatro años, procedente del municipio de El Paisnal, unos 40 kilómetros al norte de San Salvador, quien fue internado esta semana por sospechas de dengue. «Lo tienen en observación», dijo su madre, Ana Daisy Guillén, mientras se aseguraba de que el suero que inyectaron a su hijo fluyera bien para recuperarlo de varios días sin comer y » le den el alta pronto».

En el mes de julio, una niña murió supuestamente por dengue hemorrágico, aunque las autoridades no confirmaron la causa pues pudo ser por una «infección asociada».

La Organización Panamericana de la Salud sostuvo esta semana que promovería, en coordinación con el gobierno, una campaña para crear «un ejército de voluntarios» destinado a controlar la enfermedad con participación de la ciudadanía.

Para Tomás Chávez, médico y asesor en salud pública del grupo legislativo del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, es notorio que el dengue está ganando la batalla.

«En reiteradas ocasiones, las autoridades han aducido que los rebrotes de dengue se deben a que la población no acata las recomendaciones, y por lo tanto, las personas son las responsables de la propagación de la enfermedad. Es una irresponsabilidad que se le eche la culpa del problema», señaló Chávez.

El único método para prevenir el dengue es combatir la proliferación de mosquitos. El Aedes aegypti se reproduce principalmente en cualquier recipiente con agua, desde tanques para uso doméstico hasta viejos neumáticos que guardan lluvia. El vaciado de contenedores, la eliminación de desechos en los que se acumula agua y la fumigación son las medidas habituales.

Veinticuatro por ciento de la población salvadoreña «carece de acceso a agua por cañería», según el Informe de Desarrollo Humano 2003 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

En el área rural, el problema afecta a 53 por ciento de habitantes. Aunque la conexión a redes hídricas no siempre garantiza acceso al agua potable. En los últimos años, varias comunidades se han quejado de que a pesar de pagar el servicio, los grifos de sus casas «no sueltan agua».

En opinión de Solano Leiva, del Colegio Médico, la negativa a reconocer la existencia de epidemia «es una decisión política y no técnica, porque no le conviene al gobierno, ya que eso significaría aceptar una derrota desde el punto de vista político».

El viceministro replicó que la detección de dos nuevas cepas (1 y 3) sólo «deja entender la eficiencia del trabajo que hacemos, que tenemos un laboratorio técnicamente fortalecido para estar monitoreando constantemente qué cepas tenemos en el país».

«Eso nos posibilita decirle a la población: ahora hay más posibilidades de que haya más dengue porque la cepa 1 y 3 no estaban, quiere decir que aunque a usted le haya dado el 2 y el 4, le puede dar el 1 y el 3, entonces el número de casos aumenta; y hay más posibilidades de que se desarrolle el dengue hemorrágico», aclaró el funcionario.

Mientras el gobierno no establezca «una campaña ordenada y con participación social» difícilmente se podrá controlar la enfermedad, estimó Chávez. Lo importante es visitar casa por casa, por comunidades y hacer campañas en las grandes ciudades, para controlar el índice larvario y prevenir la presencia del zancudo», insistió.

El combate del dengue y de otras enfermedades graves como el sida forma parte de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio, adoptados en 2000 como una gran plataforma contra la desigualdad y la pobreza en todo el mundo.

http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=38349