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El autor del libro “¡Indignaos!” reconoce en Madrid que es “admirador de Zapatero” y votante del Partido Socialista Francés

El supuesto»gurú» del 15m al descubierto

Fuentes: Canarias-semanal

Stéphane Hessel, el ya célebre autor del libro «¡Indignaos!», visitaba Madrid la pasada semana con el objetivo oficial de presentar su nueva obra: «¡Comprometeos!». Pese a haber sido proclamado por los grandes medios de comunicación como «gurú» del 15M, Hessel había manifestado ya antes de las elecciones locales y autonómicas del 22 de mayo su […]

Stéphane Hessel, el ya célebre autor del libro «¡Indignaos!», visitaba Madrid la pasada semana con el objetivo oficial de presentar su nueva obra: «¡Comprometeos!». Pese a haber sido proclamado por los grandes medios de comunicación como «gurú» del 15M, Hessel había manifestado ya antes de las elecciones locales y autonómicas del 22 de mayo su desacuerdo con algunos de los lemas más representativos de este movimiento social. Particularmente con el «no nos representan» que ha servido a l@s indignad@s del Estado español para dejar clara su convicción de que el actual sistema económico y social es esencialmente antidemocrático y se opone a sus más básicos intereses. En los días previos a los comicios autonómicos Stéphane Hessel mostraba su preocupación por el hecho de que los ciudadanos españoles pudieran actuar consecuentemente con dicha certeza, absteniéndose de participar o propugnando el voto nulo. «No vale decir yo me abstengo porque todos son iguales; no es cierto» – reiteraba Hessel esta semana en el transcurso de una multitudinaria rueda de prensa. «Hay que empezar por usar los partidos más democráticos, hay que apoyarlos en las próximas elecciones» – añadió.

Pero el autor de «¡Indignaos!» no se limitó a realizar esta defensa genérica del que, en su opinión, es el único mecanismo de participación política legítimo para «lograr que las cosas evolucionen de forma inteligente». (*) Sin ambages, Hessel reconoció también públicamente su adhesión a uno de los partidos que ha aplicado de manera más ortodoxa los brutales ajustes neoliberales impuestos por el gran Capital durante la presente Crisis. Con sus propias palabras, Stéphane Hessel ponía así de manifiesto una de las muchas contradicciones de su discurso, presentes también en las obras que -no por casualidad- algunos pretenden convertir en referentes ideológicos del 15M.

«Cuando los gobiernos no escuchan al pueblo – afirmó Hessel- la democracia se convierte en oligarquía». Estas palabras eran pronunciadas en Madrid poco después de que miles de personas se manifestaran para rechazar la reforma constitucional impuesta por el Gobierno del PSOE, en coalición con el PP, para introducir en la llamada «Carta Magna» uno de los preceptos fundamentales del dogma neoliberal. El límite al Déficit y el endeudamiento público y la prioridad absoluta del pago de la Deuda a las grandes entidades financieras y otros prestamistas usureros por encima de cualquier Gasto Social. Un auténtico Golpe de Estado constitucional que finalmente llevaron a cabo ambos partidos, el viernes 2 de septiembre, en contra de un clamor popular que pocas veces ha sido tan unánime.

Este incontestable ejemplo de la capacidad dictatorial del Poder constituido y el ataque en toda regla a las mayorías sociales, sin embargo, no impidió a Stéphane Hessel manifestarse como un gran «admirador» de José Luis Rodríguez Zapatero. El ex diplomático también reservó un particular guiño para el candidato del PSOE a las próximas elecciones generales. «Tal vez Rubalcaba sea otro gran español», aseguró refiriéndose al hasta hace poco tiempo vicepresidente primero y Ministro del Interior del Ejecutivo Zapatero, antiguo ministro de Felipe González y responsable de las cloacas del Estado en los oscuros días de las acciones criminales de los GAL.

Hessel encontró tiempo, asimismo, para fotografiarse sonrientemente con el portavoz del Gobierno José Blanco. En un encuentro pretendidamente «casual» que tuvo lugar en los estudios de la Cadena SER, el «gurú» mostró su buena sintonía con el número dos del Partido Socialista Obrero Español.

Respecto a la posibilidad de que el PP gane las próximas elecciones generales Stéphane Hessel afirmó que «si existe un partido que está en contra de los valores que defienden los ‘indignados’ no hay que apoyarlo». «Yo no voy a decir a quien hay que votar» – dijo – aunque acto seguido reconoció ser votante del Partido Socialista Francés. Transmitiendo el mensaje implícito a aquéllos que lo hayan aceptado como «referente intelectual» de que los socialdemócratas sí estarían próximos a estos valores.

Acertadamente, una de las pocas reseñas críticas escritas sobre estas declaraciones apuntaba que Hessel demostraba «no estar a la altura del 15M». A esta mera constatación habría que añadir, no obstante, que sólo desde la más perniciosa ingenuidad podría considerarse casual un pronunciamiento tan claro de esta rutilante «estrella» mediática. Su desembarco en Madrid, sus loas públicas a Zapatero y Rubalcaba y sus consejos políticos llegan oportunamente a poco más de dos meses de las próximas elecciones generales.

La ocasión no ha tardado en ser aprovechada por los detractores de l@s indignad@s para tratar de identificarles con el partido socioliberal defendido por Stéphane Hessel. «Algunos representantes de este movimiento – reproducía la agencia EFE en una nota de la que se hacía eco el resto de la prensa – como Olmo Vázquez, de Democracia Real Ya, estaban presentes en la sala, y le han agradecido públicamente su apoyo y la publicación de sus libros». La esencia asamblearia y horizontal del 15M, obviamente, deslegitima a cualquiera que se pretenda erigir como su «representante», pertenezca o no a ese opaco colectivo del que no han tardado en emanciparse las asambleas populares creadas en el curso de los últimos meses. La confusión, no obstante, ya está oportunamente servida por quienes pretenden domar la rebelión ciudadana, devolverla a los viejos cauces parlamentarios y bipartidistas -justamente desacreditados- y tornar la indignación en decepción y apatía.

Para eludir esta senda hacia la liquidación del movimiento, l@s indignd@s se enfrentan a los retos de conquistar su plena autonomía de «gurús» que – por definición – debe rechazar cualquiera que aspire a actuar como ciudadano; desoír los viejos cantos de sirenas que los tentarán crecientemente hasta el 20N y continuar el trabajo de organización en las asambleas populares de barrios y pueblos. Únicos lugares donde, hoy por hoy, parece alumbrarse una incipiente esperanza para la transformación social.

 

Notas:

 

(*) «¡Comprometeos!», Stéphane Hessel. Ediciones Destino, S.A. Página 24.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.