Recomiendo:
12

El último capítulo del genocidio

Fuentes: Rebelión [Imagen: [Imagen: No es un “conflicto”. Es un genocidio. Palestina libre - Nathaniel St. Clair]

Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo

Este es el último capítulo del genocidio. Es el último y sangriento empujón para expulsar a los palestinos de Gaza. Sin comida, sin medicinas, sin refugio, sin agua limpia, sin electricidad. Israel está transformando a toda velocidad Gaza en un dantesco crisol de miseria humana, en donde los palestinos son asesinados por cientos y, pronto, de nuevo, por millares y decenas de miles, o serán obligados a partir para nunca volver.

El último capítulo marca el final de las mentiras israelíes. La mentira de la solución de los dos Estados. La mentira de que Israel respeta las leyes de la guerra que protegen a los civiles. La mentira de que Israel bombardea las escuelas y los hospitales  solo porque Hamás los utiliza como bases de operaciones. La mentira de que Hamás usa civiles como escudos humanos mientras Israel obliga de forma rutinaria a palestinos cautivos a penetrar delante de las tropas israelíes  en túneles y edificios que podrían tener bombas trampa. La mentira de que Hamás y la Yihad Islámica Palestina son responsables de la destrucción de hospitales, edificios de Naciones Unidas o masacres de palestinos (provocadas por cohetes palestinos fallidos). La mentira de que el bloqueo de la ayuda humanitaria en Gaza se debe a que Hamás secuestra los camiones o introduce armas en ellos de forma clandestina. La mentira de los bebés palestinos decapitados o la violación en masa de mujeres israelíes. La mentira de que el 75% de las decenas de miles de víctimas asesinadas en Gaza eran “terroristas” de Hamás. La mentira de que Hamás es responsable de la ruptura del alto el fuego porque supuestamente lo aprovechó para rearmarse y reclutar nuevos combatientes.

El rostro genocida de Israel ha salido a la luz. Ha ordenado la evacuación del norte de Gaza donde palestinos desesperados acampan en medio de los escombros de lo que fueron sus hogares. Lo que viene a continuación es la hambruna masiva (la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos, la UNRWA, declaró el 21 de marzo que solo les quedaba harina para seis días), la muerte por enfermedades causadas por la ingesta de agua y comida contaminada, decenas de muertos y heridos cada día bajo el implacable ataque con bombas, misiles y balas. Nada funcionará: panaderías, plantas de tratamiento de agua y saneamiento, hospitales (Israel dinamitó el dañado hospital turco-palestino el 21 de marzo), escuelas, centros de distribución de ayuda o clínicas. Menos de la mitad de los 53 vehículos de emergencia de la Media Luna Roja Palestina están operativos debido a la escasez de combustible. Pronto no lo estará ninguno.

El mensaje de Israel es inequívoco: Gaza será completamente inhabitable. Abandonadla o morid.

Desde que la semana pasada Israel rompió la tregua con fuertes bombardeos más de 700 palestinos han sido asesinados, incluyendo 200 niños. 400 de ellos murieron en un periodo de 24 horas. Esto es solo el comienzo. Ni una sola potencia occidental, incluyendo EE.UU., que proporciona las bombas para el genocidio, tiene la intención de detenerlo. Las imágenes procedentes de Gaza durante los casi 16 meses de incesantes ataque fueron horrorosas, pero lo que está por venir será peor. Rivalizará con los crímenes de guerra más atroces del siglo XX, incluyendo la hambruna masiva, la tremenda masacre y la destrucción total del gueto de Varsovia por los nazis en 1943.

El 7 de octubre marcó la línea divisoria entre una política israelí que defendía la deshumanización y subyugación del pueblo palestino y una política que reclama su exterminio y expulsión de la Palestina histórica. Lo que estamos presenciando es el equivalente histórico del momento desencadenado por la aniquilación de unos 200 soldados capitaneados por el general Custer en junio de 1876 en la Batalla de Little Bighorn. Tras aquella humillante derrota, los nativos norteamericanos fueron sistemáticamente asesinados y los supervivientes obligados a ir a campos de prisioneros de guerra, más tarde llamados reservas, donde miles murieron de enfermedades, vivieron bajo la mirada despiadada de sus ocupantes armados y cayeron en una vida de miseria y desesperación. Se espera lo mismo para los palestinos de Gaza, abandonados, sospecho, en uno de los agujeros infernales del mundo y olvidados.

“Residentes de Gaza, este es vuestro último aviso”, amenazó el ministro israelí de defensa Israel Katz:

“El primer Sinwar destruyó Gaza y el segundo la destruirá por completo*. Los ataques de la Fuerza Aérea contra los terroristas de Hamás fueron sólo el primer paso. Ahora será mucho más duro y ustedes sufrirán las consecuencias. Pronto comenzará de nuevo la evacuación de la población de las zonas de combate… Devuelvan a los rehenes y eliminen a Hamás y se les abrirán otras opciones, incluida la de marcharse a otros lugares del mundo para quienes lo deseen. La alternativa es la destrucción absoluta”.

El acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás fue diseñado para ejecutarse en tres etapas. La primera, que duraría 42 días, preveía el fin de las hostilidades. Hamás liberaría a 33 rehenes israelíes capturados el 7 de octubre, incluyendo mujeres, mayores de 50 años y enfermos, a cambio de la liberación de más de 2.000 hombres, mujeres y menores prisioneros de Israel (alrededor de 1.900 habían sido liberados a fecha de 18 de marzo). Hamás ha liberado un total de 147 rehenes, ocho de ellos muertos. Israel afirma que todavía retiene a 59 israelíes, 35 de ellos ya fallecidos, según Israel.

El ejército israelí abandonaría las áreas pobladas de Gaza el primer día de la tregua. El séptimo día los palestinos desplazados tendrían permiso para regresar al norte de la Franja. Israel permitiría la entrada diaria de 600 camiones de ayuda humanitaria.

En la segunda etapa, que tendría que negociarse el décimo sexto día de la tregua, se liberarían el resto de los rehenes. Israel completaría su retirada de Gaza manteniendo la presencia en ciertos lugares del corredor Filadelfia, que se extiende a lo largo de la frontera de doce kilómetros entre Gaza y Egipto. Además traspasaría el control del cruce fronterizo de Rafah a Egipto.

En la tercera etapa darían comienzo las negociaciones para el final permanente de la guerra y la reconstrucción.

Por lo general, Israel firma acuerdos, incluidos los de Camp David y los de Oslo, divididos en etapas y con una cronología concreta. Consigue lo que quiere en la primera fase (en este caso la liberación de los rehenes) y luego incumple los acuerdos programados para las etapas posteriores. Este patrón nunca ha cambiado.

Israel se ha negado a cumplir lo pactado para la segunda fase del acuerdo. Bloqueó la entrada de ayuda humanitaria en Gaza hace dos semanas, violando el acuerdo. Además asesinó al menos a 137 palestinos durante la primera fase de la tregua, entre ellos nueve personas (tres de ellas periodistas) cuando drones israelíes atacaron un equipo de asistencia el 15 de marzo en Beit Lahiya, al norte de Gaza.

Los intensos bombardeos de Israel se reanudaron el 18 de marzo mientras la mayoría de los palestinos dormían o preparaban el suhoor, la comida que se toma antes del amanecer durante el mes sagrado del Ramadán. Israel no detendrá ahora sus ataques, aunque se libere a los rehenes restantes, la supuesta razón para reanudar los bombardeos y el asedio de Gaza.

La Casa Blanca de Trump alienta la matanza. Arremete contra quienes critican el genocidio tildándolos de “antisemitas” que deben ser silenciados, criminalizados o deportados, mientras canaliza miles de millones de dólares en armas hacia Israel.

El ataque genocida de Israel contra Gaza es el desenlace inevitable de su proyecto colonial de establecimiento de colonos y Estado de apartheid. La apropiación de toda la Palestina histórica -con Cisjordania pronto, supongo, anexionada por Israel- y el desplazamiento de todos los palestinos ha sido siempre el objetivo sionista.

Los mayores excesos de Israel tuvieron lugar durante las guerras de 1948 y 1967, cuando se apoderó de enormes porciones de la Palestina histórica, asesinó a miles de palestinos y limpió étnicamente a cientos de miles. Entre ambas guerras continuó el robo a cámara lenta de tierras, los ataques criminales y una sostenida limpieza étnica en Cisjordania y Jerusalén Este.

Ese baile calculado ha terminado. Esto es el fin. Lo que estamos presenciando empequeñece todos los ataques históricos contra los palestinos. El demencial sueño genocida de Israel -la pesadilla palestina- está a punto de cumplirse. Destruirá para siempre el mito de que nosotros, o cualquier nación occidental, respetamos el Estado de derecho o somos los protectores de los derechos humanos, la democracia y las llamadas “virtudes” de la civilización occidental. La barbarie de Israel es la nuestra. Puede que nosotros no lo entendamos, pero el resto del mundo sí.

* N. d. T.: Katz se refiere a Yahya Sinwar (líder de Hamás en Gaza muerto en combate el pasado octubre) y a Mohamed Sinwar, hermano del primero que le ha sucedido en la dirección de Hamás desde su muerte. Y aventura, de paso, que es la organización Hamás la responsable de la destrucción de la Franja de Gaza)

Fuente: https://www.counterpunch.org/2025/03/26/the-last-chapter-of-the-genocide/

El presente artículo puede reproducirse libremente siempre que se respete su integridad y se nombre a su autor, a su traductor y a Rebelión como fuente del mismo.