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En busca de la eficiencia perdida

Fuentes: IPS

Cuba aspira a reactivar su deprimida industria azucarera, como parte de su estrategia en busca de diversificar las fuentes de ingresos externos, dijeron especialistas al comentar el comienzo de labores en dos de los 39 ingenios que involucrará la zafra. La cosecha se concentrará este año en menor cantidad de centrales para el mejor aprovechamiento […]

Cuba aspira a reactivar su deprimida industria azucarera, como parte de su estrategia en busca de diversificar las fuentes de ingresos externos, dijeron especialistas al comentar el comienzo de labores en dos de los 39 ingenios que involucrará la zafra.

La cosecha se concentrará este año en menor cantidad de centrales para el mejor aprovechamiento de la caña disponible. Citado por medios oficiales de prensa, el ministro del Azúcar, Orlando García Ramírez, indicó que el objetivo es invertir los recursos en los centros de producción «más seguros y estables».

Está previsto que al finalizar diciembre haya 15 ingenios en operaciones y el resto se incorporará en enero. Fuentes allegadas al sector, aseguraron a IPS que las actuales condiciones invernales, con bajas temperaturas y ocasionales lluvias, favorecen los rendimientos, aunque solo se espera una producción «similar» a la del pasado año.

La zafra precedente evidenció severas deficiencias productivas que ocasionaron un incumplimiento del plan en más de 230.000 toneladas de azúcar. El resultado fue una producción de 1,1 millones de toneladas, apenas suficiente para cumplir con la exportación comprometida con China de 400.000 toneladas y satisfacer el mercado interno de unas 700.000 toneladas.

Ese pobre desempeño fue duramente criticado en mayo pasado por el oficial diario Granma, que culpó del desastre a una mala política de planificación, voluntarismo y falta de control, así como de comprometer el desarrollo de la industria al moler caña reservada para la zafra siguiente.

«Desde 1905, el país no registraba una campaña azucarera tan pobre», sostuvo en su artículo el especialista en esos temas Juan Varela. La fuerte crítica se publicó 48 horas después de la destitución de Luis Manuel Ávila del cargo de ministro del sector, por «deficiencias en su trabajo».

Según especialistas en el tema, el gobierno busca desde hace tiempo una estrategia para sacar del bache a la industria azucarera, empequeñecida tras una reestructuración en 2002 y 2004 que redujo las tierras dedicadas a la caña y cerró más de la mitad de sus por entonces 156 ingenios.

Los planes en estudio incluirían convertir el Ministerio del Azúcar en una unión de empresas estatales bajo la cual se reorganizaría la agroindustria, desde la plantación de caña hasta la fabricación del producto y se podría ampliar la inversión extranjera, hasta ahora presente solo en el sector de los derivados. Esa estrategia daría mayor autonomía al sector, inclusive para la administración de sus fondos, de acuerdo a versiones no confirmadas aún oficialmente. Académicos consultados por IPS consideraron al respecto como buena señal las iniciativas para la industria azucarera plasmadas en el proyecto que traza las líneas estratégicas de desarrollo económico con vista al VI congreso del gobernante Partido Comunista de Cuba, previsto para abril de 2011. El texto base de la cita comunista, actualmente sometido a debates populares en todo el país, propone entre otros objetivos el aumento gradual de la producción azucarera y derivados de la caña hasta lograr los ingresos en divisas que permitan financiar los gastos totales de operación más el valor de las inversiones que se ejecuten.

Asimismo se prevé diversificar las producciones azucareras teniendo en cuenta las condiciones del mercado internacional y mediante la acertada explotación de los ingenios y plantas de derivados, en los cuales Cuba ha demostrado sus potencialidades, en algunos casos con inversión extranjera.

Economistas recordaron que la caña de azúcar es «pródiga» en subproductos para las industrias alimentaria, química, farmacéutica y biotecnológica.

Alimentos para animales, resinas, preservantes, plásticos e insumos para fábricas papeleras y del mueble figuran entre las subproducciones que dan mayor valor agregado a la materia prima.

Sin embargo, la agroindustria del azúcar, que hasta los años 80 era el principal producto de exportaciones de esta isla caribeña, requiere tanto de modernización como de flexibilización del proceso productivo. En ambos casos resultaría aconsejable la apertura al capital foráneo, ante la falta de liquidez que enfrenta el país.

«Es necesario revertir el proceso de descapitalización y desindustrialización que ha sufrido la agroindustria cañera en los últimos años, un sector que encierra un importante efecto multiplicador para la economía nacional y al cual se le debe restituir el lugar que le corresponde con una nueva visión y misión», comentó el estudioso Armando Nova.

En una investigación a la que IPS tuvo acceso, Nova considera que hace falta convertir al sector en una agroindustria bioenergética, es decir creadora de fuentes de energía renovable, productora de alimentos, materias primas, generadora de fondo exportable y con capacidad de sustitución de importaciones.

Según cifras oficiales, las exportaciones azucareras llegaron a sumar unos 4.000 millones de dólares en los buenos tiempos de la era de intercambio comercial con la hoy desaparecida Unión Soviética y sus aliados.

Pero en la zafra de hace unos dos años esas ventas externas generaron solo 600 millones de dólares, en tanto la comercialización de alcoholes, rones y otros derivados dejó una factura de 55 millones de dólares.

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=97112