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¿Es la política urbanística de Ahora Madrid continuista? La ciudad a dos velocidades

Fuentes: Madrid Me Mata

Parece claro que en el actual Ayuntamiento de Madrid conviven dos visiones del Urbanismo, y que ambas transitan a distintas velocidades. Por un lado, tenemos el Urbanismo de proximidad, de escala modesta, cuyas venas están regadas por el espíritu de la participación que recuerda el origen de Ganemos Madrid en Centros Sociales. Hay una tremenda […]

Parece claro que en el actual Ayuntamiento de Madrid conviven dos visiones del Urbanismo, y que ambas transitan a distintas velocidades.

Por un lado, tenemos el Urbanismo de proximidad, de escala modesta, cuyas venas están regadas por el espíritu de la participación que recuerda el origen de Ganemos Madrid en Centros Sociales. Hay una tremenda pared que saltar: transitar desde la escala activista a la escala de la ciudad. Esta corriente estaría representada por Nacho Murgui (concejal Delegado de Coordinación Territorial y Asociaciones), entre otros, y el marco regulador para la cesión de espacios municipales cuya creación está coordinando.

Por otro lado, tenemos el urbanismo de toda la vida, el de los grandes proyectos, en el que todo -las piedras, los pliegos, la pasta- se mueve en cifras inimaginables por la gente corriente. Éste estaría representado por José Manuel Calvo, titular de Urbanismo en el Ayuntamiento. Aquí el muro a saltar es aún mayor, y si en el caso anterior el reto era subir de escala quizá en este caso es justamente lo contrario: llevarlo a las dimensiones de los seres corrientes.

Y sin embargo a veces las grandes moles cogen más velocidad (y son más difíciles de parar) que los artefactos ligeros, que corren el riesgo de perderse entre corrientes de aire como un avioncillo de papel. Mientras que los avances de las cesiones de espacios son lentas, las grandes obras que Ana Botella coló de rondón al nuevo Ayuntamiento parece que van todas adelante: la infame Operación Canalejas, el Edificio España y la mega remodelación de su área, Chamartín, el centro comercial de Madrid Río…En todos los casos se han anunciado matizaciones e informaciones públicas en los proyectos…y en todos los casos tiene pinta que se llevarán a cabo en lo sustancial.

Es indudable que la dificultad de parar en seco algunos de estos procesos no debe ser pequeña, pero en muchos casos se trata de proyectos aprobados in extremis y por la vía de urgencia por Ana Botella a la vista de la espantá. Algo se podrá hacer. Al menos auditarlos, como se prometió. Varios de ellos son pelotazos de libro, que poco aportan a la ciudad donde se van a realizar, a no ser pérdidas de patrimonio, y ¡recordemos que Calvo dio vía libre a la reanudación de Canalejas cuando un juez lo había parado!

Son ya unos cuantos los colectivos antaño cercanos a Ahora Madrid los que andan con la mosca detrás de la oreja en lo tocante a urbanismo. Hoy mismo se ha anunciado una reunión pública entre partes que, probablemente, no parará el derribo del Taller de Precisión de Chamberí, un complejo histórico con una arboleda centenaria que acabará siendo urbanización de lujo junto a la Castellana. Su construcción no habría sido posible sin un cambio de Ley de la Comunidad de Madrid en 2013 y la aprobación del proyecto un mes antes de la salida de Botella. En serio ¿esto no merece una revisión?

Al principio de este artículo hay un gráfico que muestra la inversión por áreas en el Proyecto de Presupuestos para 2016 en la ciudad de Madrid. Como siempre, Urbanismo es un gigante al lado otras áreas. Los presupuestos son complejos, hay partidas transversales, conceptos imputados en sitios que a veces uno no pensaría, tecnicismos, etc. Aun así, el gráfico parece lo suficientemente elocuente como para darnos un puntapié en el culo y llevarnos a plantearnos si no irá demasiado rápida la locomotora del urbanismo pesado y no será demasiado volátil el urbanismo que se pretende comunitario.

En un contexto de emergencia social como el actual la ciudad de Madrid debería plantearse subsistir un par de años con el lógico mantenimiento de infraestructuras, no comprar suelo si no es estrictamente necesario (en esto es en lo que se va la mayor parte de las inversiones) y derivar ese dinero a poner dique a los dos grandes déficits de la ciudad: la subsistencia y bienestar de todos sus ciudadanos, y la creación de tejido comunitario. Ahora debería tocar hacer Madrid desde lo pequeño y lo habitable, con el estómago, la vivienda y la salud mental satisfechos.

Fuente: http://www.madridmemata.es/2015/11/es-la-politica-urbanistica-de-ahora-madrid-continuista-la-ciudad-a-dos-velocidades/