Distintos deportistas nacidos en España y otros que vinieron de otros países pero compiten con el equipo nacional al haberse nacionalizado, denuncian los mensajes intolerantes y discriminatorios que reciben
Odio. Racismo. Xenofobia. Llamemos a las cosas por su nombre y dejemos claro desde el principio lo que tienen que sufrir muchas personas, deportistas en este caso, por ser racializados o por su lugar de nacimiento. Odio. Racismo. Xenofobia. Eso es lo que propagan aquellos que no soportan que alguien a quien ven diferente, les represente de una u otra manera. Odio. Racismo. Xenofobia. Es lo que aparece cuando los que podían limitarse a no sentirse identificados con los éxitos de los demás, prefieren descargar su intolerancia en forma de insultos y desprecios. Varios atletas que representan a España lo están padeciendo en los últimos tiempos. Y han decidido no callarse y denunciarlo.
La ecuación se repite de forma invariable. Un éxito o resultado destacable de un atleta negro o que haya nacido en otro país y que compita por España viene acompañado, ya sea en sus redes sociales o en los comentarios de la noticia en los medios de comunicación, de numerosas opiniones de menosprecio, en las que siempre se hace referencia a su raza u origen. Un problema en auge debido a la cada vez mayor presencia de atletas que reúnen estas circunstancias en la selección, facilitado por la emigración africana hacia Europa. Hay deportistas que han accedido a competir con España después de lograr la nacionalidad, normalmente a través de la carta de naturaleza que concede el Gobierno por interés deportivo. Pero ni siquiera los que ya han nacido en España se libran de los prejuicios ofensivos.
Un ejemplo lo encontramos en Ana Peleteiro, nacida hace 28 años en Galicia y que vive desde siempre en la localidad de Ribeira. Hablamos de una deportista que ha sido bronce olímpico en triple salto y campeona de Europa, tanto al aire libre como en pista cubierta. Pero para muchos, su color de piel está por encima de su destacada trayectoria deportiva. Hace pocas semanas, y tras poner un mensaje en una red social con la ropa que llevará España en los Juegos Olímpicos de París, empezó a recibir comentarios como “¿Y el algodón para cuándo?”.
Eso llevó a la campeona a publicar un texto en el que decía: “Me da mucha rabia e impotencia, pero sobre todo pena, que hoy en día sigan existiendo este tipo de personas y que además se sigan permitiendo este tipo de comentarios en las redes sociales, sin ningún tipo de represalia. Hoy tengo el corazón un poco dolido, pero sé que estas emociones las convertiré en fuerza para que todos aquellos que se burlan o ponen en causa nuestra nacionalidad, se pongan la mano en el pecho al escuchar el himno de España gracias a nuestros éxitos. No al racismo”.
Un caso que ha provocado que hasta algún miembro del Gobierno, como la ministra de Educación, Formación Profesional y Deporte, Pilar Alegría, haya mostrado públicamente su apoyo a la atleta con este mensaje: “Querida Ana, todo mi apoyo y mi cariño. Soy una más de esa inmensa mayoría de españoles que sentimos un gran orgullo al verte competir. Nunca dejes de enarbolar nuestra bandera. La intolerancia nunca quebrará tu fuerza. Estamos a tu lado”. El presidente del Consejo Superior de Deportes, José Manuel Rodríguez Uribes, también animó a la deportista: “Estamos muy orgullosos de ti. No descansaremos hasta erradicar el racismo y el odio, expresión del prejuicio y del fanatismo. Te mando un gran abrazo”.
Por desgracia, no ha sido el único capítulo de este tipo que ha tenido que vivir la atleta y algunas de sus compañeras en los últimos días. Durante uno de sus primeros entrenamientos en Roma para la disputa del Europeo, Peleteiro colgó un vídeo junto a las atletas Fátima Diame y Tessy Ebosele. Diame nació en Valencia hace 27 años dentro de una familia de origen senegalés, y ha sido bronce en salto de longitud en el Mundial en pista cubierta. Ebosele nació en Marruecos y su familia es de origen nigeriano, pero vive en España desde que tenía un año y medio. Ahora tiene 21. Reside en Vitoria y está tan integrada en su comunidad que habla perfectamente el euskera. El video volvió a recibir numerosos mensajes racistas y xenófobos.
Si esto les ocurre a atletas nacidas en España o que llevan toda su vida aquí, qué no les sucederá a otros que llegaron hace unos años buscando una vida mejor. Es el caso de Thierry Ndikumwenayo, de origen burundés, que vive en España desde 2016 y que recibió la nacionalidad española por carta de naturaleza en noviembre de 2022. Tras batir el pasado 27 de abril el récord de España de los 5.000 metros en los Juegos Europeos, recibió numerosos ataques xenófobos en sus redes sociales y en los medios.
El atleta Thierry Ndikumwenayo / IG
Thierry pudo haberse callado y dejarlo pasar, pero optó por denunciar públicamente esta situación: “Llevo muchos años en España, hablo español y he adoptado la cultura española, para mí no fue fácil todo esto. Algunos solo vais a hacer daño sin conocer mi historia ni a mí personalmente. Hago mi trabajo, pago mis impuestos, corro limpio y no veo justo criticar mis pasos. Yo me siento uno más, aunque algunos os esforcéis en intentar lo contrario. Respeto a España con orgullo, pero me duele leer ciertas cosas”. Su representante, José Pascual, contó un episodio racista “de los muchos que ha tenido que soportar Thierry”: “Entré en un restaurante y pedí mesa para dos y me dijeron que no había problema. Llegó Thierry, el dueño me miró a la cara y me respondió que allí no podíamos comer”. El club de Thierry, el Facsa Playas de Castellón, también criticó con un comunicado a los que vierten ese odio hacia un deportista.
Jordán Díaz ha sido uno de los triunfadores del reciente Europeo de Roma al ganar la medalla de oro en la prueba de triple salto. Nacido en La Habana hace 23 años, en julio de 2021 desertó de la selección cubana y se quedó en nuestro país aprovechando que participaba en una competición. Siete meses después recibía la nacionalidad española y ha sido en la prueba celebrada en la capital italiana cuando se ha estrenado como internacional, haciendo el tercer salto más largo de la historia. En los artículos de los medios sobre su gran triunfo se podían leer comentarios de lectores como este: “Seamos claros, en España ya no hay españoles”.
El atleta Jordán Díaz. / IG
Otro atleta que está viviendo los ataques de los intolerantes es Tariku Novales. Nació en Etiopía, pero con seis años fue adoptado por una familia gallega y vive en la localidad de Noya. Hace unos meses batió el récord de España de Maratón y en sus redes tuvo que aguantar comentarios del tipo: “Se puede sentir como le de la gana, pero no es español”. La respuesta del deportista fue decir que “España no es un país racista. En España hay mucho racista. Que es diferente”.
Uno de los que tampoco se quedó callado es Mohamed Katir, nacido en Marruecos, pero que vive en España desde que tenía cinco años. El doble medallista en el Mundial en pruebas de medio fondo y fondo y medallista en el Europeo, tuvo que salir al paso ante los comentarios de un exatleta como Isaac Viciosa, que dijo que le gustaría que el récord nacional de 3.000 metros “lo hubiese batido alguien con apellidos castellanos”. La respuesta de Katir fue: “Me siento cien por cien español. He crecido y estudiado aquí, he pasado toda mi vida aquí, mi carrera como atleta se ha forjado aquí, aunque haya nacido en Marruecos. Quiero competir como español y solo como español. Me da igual que la gente diga que no he nacido aquí o que no tengo que coger la bandera. El que corre soy yo, no otra persona. Si represento a un país es porque estoy orgulloso”.
Por supuesto que todos estos atletas reciben otros muchos comentarios, y la mayoría de hecho son de felicitación y para agradecerles su trabajo. Lo lamentable es que tengan que aguantar ese odio, ese racismo, esa xenofobia, incluso después de llevar a España a los puestos más altos de un deporte. Ante este panorama, que va a más, Peleteiro proponía tomar medidas en una entrevista en Relevo: “Espero que en España se haga una ley antirracismo real, que realmente haya un castigo y una pena para estas personas. Igual que lo hay con otros muchos movimientos y causas. Para que exista hay que visibilizarlo. Así como antes, por el bien de mi país, decía que no consideraba que España era un país racista, sino clasista, ahora no puedo decir lo mismo”.
Ricardo Uribarri: Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.