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Entrevista al historiador israelí Ilan Pappe

«Esta situación no es provisional, es el futuro»

Fuentes: Qantara.de

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos.

El historiador israelí y profesor de la Universidad de Exeter Ilan Pappe critica en la entrevista que le hace Emran Feroz la política unilateral del gobierno de Netanyahu, el cual se ha comprometido a retener el control de la totalidad de la Palestina histórica y aprueba el restablecimiento de regímenes árabes autoritarios.

-Hace unos días el gobierno israelí volvió a aprobar la construcción de nuevas colonias en Cisjordania. Mientras tanto los políticos de la Unión Europea y de Estados Unidos siguen creyendo en la solución de los dos Estados, ¿es una solución realista en estos momentos?

-Ilan Pappe: No lo es. La solución de los dos Estados no es una posibilidad realista desde 2000, si no antes, debido a los incuestionables hechos consumados creados por Israel. Partes enormes de Cisjordania ya están colonizadas. Es físicamente imposible construir un Estado ahí y esa es una razón por la que no es realista.

La otra razón es que si ambas partes hubieran estado de acuerdo en una solución de dos Estados, aunque fuera por un periodo corto de tiempo, eso no hubiera acabado con el conflicto porque no es una solución que afronte los principales problemas en Israel y Palestina. Y el problema principal es que palestinos e israelíes no gozan del mismo estatus como ciudadanos de estas tierras situadas entre el río Jordán y el mar Mediterráneo.

El verdadero problema son el apartheid israelí y el colonialismo de asentamiento sionista, por no mencionar la limpieza étnica que Israel llevó a cabo en el pasado. No se pueden resolver con una solución de dos Estados. Solo se pueden resolver con una estructura política que impida que estas estrategias e ideologías determinen las relaciones entre palestinos y judíos en la Palestina histórica.

-Usted suele sugerir un Estado binacional como solución. ¿Cómo sería esta solución en las circunstancias actuales en Israel y Palestina, y cómo sería la vida en este Estado?

Imagen «La situación en Cisjordania después del Segundo Acuerdo de Oslo»: el patchwork de Palestina: «La solución de los dos Estados no es una posibilidad realista desde 2000, si no antes, debido a los incuestionables hechos consumados creados por Israel. Partes enormes de Cisjordania ya están colonizadas. Es físicamente imposible construir un Estado ahí», afirma Ilan Pappe. [Leyenda: Zona A: bajo control total palestino, sobre todo zonas urbanas (ciudades como Hebron, Ramala, Nablus, Tulkarem y Qalqilia). La Autoridad Palestina patrulla las calles y se ocupa de todas las necesidades de los residentes en la zona. Zona B: bajo control palestino en lo civil e israelí en cuestiones de seguridad, sobre todo zonas rurales pobladas a las afueras de la Zona A. Zona C: control total israelí, tanto civil como militar, incluida la educación, el suministro de agua y electricidad, las colonias, las carreteras de acceso a las colonias, zonas parachoque (cerca de las colonias, carreteras, zonas estratégicas e Israel) y casi toda la zona del valle del Jordán. La Zona C contiene el 63% de las tierras agrícolas de Cisjordania]

-Pappe: No estoy seguro de que vaya a haber un Estado binacional. Habrá que ver si alguna vez tenemos una solución de un Estado. Preferiría un Estado democrático. No creo que ni siquiera un estado binacional sea la mejor solución. Sin embargo, dado que el nacionalismo sigue siendo muy fuerte en ambas partes, sería un paso necesario hacia un Estado democrático. Resulta muy difícil decir cómo sería la vida en ese Estado. Lo que es cierto es que ya vivimos en una solución de un Estado que no merece continuar.

En estos momentos Israel controla toda la Palestina histórica. Los palestinos viven bajo normas israelíes y en diferentes grados de opresión. Probablemente Gaza sea lugar donde la situación es peor, donde la gente vive asfixiada por el bloqueo. Los segundos peores lugares son las llamadas Zona A [bajo control total palestino, véase el mapa arriba] y B [bajo control civil palestino e israelí en cuestiones de seguridad] de Cisjordania, donde se niega a la gente toda libertad de movimientos, ya sea dentro o fuera de ellas. Lo mismo ocurre en la Zona C [control total israelí, tanto civil como militar], donde la gente está sometida a una política de desposesión. Incluso los palestinos que viven en el propio Israel están sometidos a políticas de apartheid y a la desposesión. Este no es el Estado único que deseamos, tampoco son dos Estados.

Sabemos lo que no queremos ver y eso es muy importante. Sabemos que no queremos ver que los palestinos pierden más tierra. No queremos ver cómo se les discrimina o bien por ley o bien por determinadas políticas. No queremos ver que se demuelen sus casa. No queremos verlos en la cárcel sin un juicio, expulsados o asesinados.

Si empezamos con estos derechos y detenemos algunas de estas violaciones, podremos empezar a construir un único Estado desde abajo. Ni siquiera hace falta denominarlo solución de un Estado, simplemente hay que llamarlo luchar por los derechos palestinos. Es una lucha por los derechos que está justificada. Una vez que estén garantizados estos derechos, incluido el derecho de los palestinos al retorno, creo que tendremos una buena idea de cómo puede coexistir la gente en términos de igualdad.

-Ha mencionado palabras como «apartheid» y «colonialismo de asentamiento». Sobre todo en Europa resulta difícil utilizar este vocabulario al hablar de esta cuestión. ¿Por qué se refiere a Israel como una entidad colonial de asentamiento?

-Pappe: Por supuesto que es difícil utilizar estos términos porque describen algo que Israel ha intentado denodadamente ocultar durante muchos años. Pero creo que cada vez más personas entienden que eso es una realidad sobre el terreno. No se puede denominar a esto democracia ni se pueden negar los orígenes del sionismo. Utilizar un lenguaje nuevo y adecuado es una lucha por librarse del lenguaje antiguo. Es una lucha intelectual, pero también militante. Creo que al menos en este aspecto estamos obteniendo mejores resultados que en pasado.

El colonialismo de asentamiento fue un movimiento de europeos que dejaron Europa por una buena razón. Ya fueran judíos o cristianos tuvieron que irse. Se sentían inseguros o les parecía que corrían peligro. No buscaban únicamente un hogar, buscaban una patria. Y como sabemos por ejemplos anteriores al sionismo y que influyeron en él, la población originaria era, por desgracia, el principal obstáculo para que este movimiento tuviera éxito. En el caso del colonialismo de asentamiento en América del Norte, Australia o Nueva Zelanda, los europeos eliminaron a los nativos, cometieron un genocidio. En el caso de Sudáfrica, mucho antes del sionismo, crearon el apartheid y llevaron a acabo una limpieza étnica. Estos medios fueron más similares a los que usaron los sionistas para colonizar Palestina. En términos académicos, decir que el sionismo es un movimiento colonial de asentamiento es absolutamente sostenible. Muchas partes del mundo se basan en movimientos coloniales de asentamiento. Israel es simplemente el único que lo niega.

Por lo que se refiere al apartheid, está muy claro gracias a muchos estudios publicados en los diez últimos años. Por supuesto, existen diferencias entre Israel y Sudáfrica, pero también hay muchas similitudes. Se le podría denominar una de las muchas caras del apartheid. Hay más de un apartheid, pero lo que tienen en común es que niegan la igualdad de derechos.

-En los últimos años hemos asistido a revueltas árabes en países como Egipto, Libia o Siria. ¿Cuál es la postura de Israel respecto a estos levantamientos?

-Pappe: Creo que en un principio Israel estaba muy preocupado por lo que estaba ocurriendo en el mundo árabe, en particular cuando parecía que la democracia iba a asentarse en esos países. Un mundo árabe democrático es el peor escenario posible para Israel. En primer lugar, la gente exigiría que sus gobiernos adoptaran un papel mucho más activo en apoyo de Palestina. En segundo lugar, desaparecería el estatus único de Israel en Oriente Próximo, estatus del que también se beneficia.

Tal como están las cosas actualmente, los regímenes autoritarios se están volviendo ahora incluso más extremos, por ejemplo Egipto o Siria. Eso beneficia a Israel. También se beneficia del fenómeno del «Estado Islámico (EI)» porque cumple totalmente el relato de Israel. El EI está distrayendo la atención de todo el mundo sobre lo que ocurre en Palestina y, al mismo tiempo, proporciona a Israel la imagen perfecta del Islam con lo que Israel puede seguir vendiéndose como la única «cultura sana» de la zona, el «último bastión» de Occidente en Oriente Próximo.

-Teniendo esto en mente, también son significativos los últimos acontecimientos referentes a Irán. Después del acuerdo nuclear y del levantamiento de las sanciones parece que Europa y Estados Unidos están contentos con sus nuevas relaciones con Irán. ¿Israel también está contento con la nueva situación? Netanyahu ha afirmado a menudo que Irán supone una amenaza mayor que el EI.

-Pappe: Creo que en este caso debemos diferenciar entre el gobierno israelí y la mayoría de los ciudadanos. A la mayoría de los ciudadanos Irán no les quita el sueño. El gobierno ha estado intentando sembrar el miedo entre sus ciudadanos con esta retórica, pero esta es una de las pocas veces en las que no lo ha logrado, quizá porque la dirección del Mossad y algunos otros individuos de alto rango afirmaron que Irán no suponía un peligro. La elite militar no está de acuerdo con la elite política.

Básicamente al gobierno no le agrada el acuerdo porque antes Irán solía servir para distraer la atención de lo que ocurría en Palestina. Creo que el resto de la población israelí está bastante contenta con el acuerdo.

-En este momento estamos viendo cómo muchos Estados sunníes están fracasando totalmente y se están desestabilizando, mientras que el Irán chií es muy estable. ¿Cree usted que Irán desempeñará un papel fundamental en el futuro para resolver la situación en Israel y Palestina?

-Pappe: Desde luego que sí. Depende mucho de los iraníes. No creo que veamos muchos cambios mientras esté en el poder el líder supremo de Irán, el ayatola Ali Khamenei. La situación en Irán será mucho más interesante después de su muerte. Creo que en este momento Irán simplemente está modificando ligeramente el tono, no su política. Podría desempeñar un papel verdaderamente constructivo. En Siria e Iraq, pero también en Palestina. Es cierto que los países sunníes árabes han fracasado en muchos sentidos. Y la reaparición del supuesto conflicto entre sunníes y chiíes de nuevo es algo que beneficia a Israel. Cualquier poder político estable que desee estabilizar Oriente Próximo en su conjunto y desee ayudar a los palestinos debe tener en cuenta estas cuestiones.

-Oriente Próximo cambia cada día. No se puede decir cómo será la situación la semana o el mes próximos. ¿Cómo maneja Israel este rápido ritmo de cambio?

-Pappe: Actualmente Israel tiene un sistema político claramente de derechas. Hay muy pocas posibilidad de que en Israel llegue al poder un gobierno liberal o de izquierda. Debemos entender que las opiniones estratégicas del actual gobierno son las de Israel como un conjunto. Y ese punto de vista es muy claro. Es el tipo de punto de vista según el cual la creación del Gran Israel, un Estado étnico, es más importante que tener democracia en Israel e incuso es más importante que tener buenas relaciones con el resto del mundo. También tiene el objetivo de librarse de los palestinos.

Israel también entiende que en el actual Oriente Próximo hay algunas élite árabes que apoyarían este objetivo, siempre que se les proporcione lo que necesitan (lobbies, armas o dinero). El verdadero problema para Israel es el hecho de que el mundo no está formado solamente por políticos cínicos. Hay sociedades y movimientos civiles, como la campaña de BDS (boicot, desinversión y sanciones [a Israel]), existe internet y hay electores en Occidente. Ninguno de ellos legitima ya la política de Israel, que tiene que hacer frente a esos hechos. Israel tiene probablemente el poder económico y militar para sobrevivir, pero ya no tendrá el apoyo necesario, ni siquiera entre los judíos del mundo.

Por consiguiente, la elite política de Israel se debe preguntar si este es verdaderamente el tipo de Israel que desea. Desgraciadamente, por el momento parece que eso es lo que quieren y, por lo tanto, le corresponde al resto del mundo cambiar la situación porque hoy en día Israel es un Estado de apartheid que seguirá violando los derechos de los palestinos. Esta situación no es provisional, es el futuro. Estados Unidos y Europa tienen que preguntarse qué quieren, especialmente porque Israel es más claro que nunca respecto a sus políticas.

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