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La historia censurada número 26

Estados Unidos contradice su cruzada antiterrorista permitiendo terroristas en su territorio

Fuentes: Rebelión

En febrero pasado el Proyecto Censurado de la Universidad Sonoma State dio a conocer su informe anual «Censored 2006» (Censurado 2006), la más reciente versión de la investigación que realizan académicos, estudiantes y activistas de California para establecer cuáles fueron las noticias más ocultadas durante el último año por la gran prensa de EE.UU. Como […]

En febrero pasado el Proyecto Censurado de la Universidad Sonoma State dio a conocer su informe anual «Censored 2006» (Censurado 2006), la más reciente versión de la investigación que realizan académicos, estudiantes y activistas de California para establecer cuáles fueron las noticias más ocultadas durante el último año por la gran prensa de EE.UU.

Como hace 30 años el equipo californiano dio a conocer 25 historias ocultadas al público estadounidense por los medios del país. En la lista figuran temas tan sensacionales como el avance del secretismo en el gobierno de EE.UU., las grandes matanzas de civiles en Irak, la torcida cobertura periodística del perfeccionamiento del fraude electoral denunciado en la contienda presidencial de noviembre del 2004, la destrucción del medio ambiente, las políticas de vigilancia del gobierno y la subordinación de la guerra a las geo-política estadounidense. Todos estos temas de haber llegado a conocerse hubieran constituido verdaderos «mazazos» para la Casa Blanca.

Sin embargo hay una historia doblemente olvidada, no solo por las transnacionales de la información, tampoco el «Censored 2006» la tuvo en cuenta.

Los terroristas están en casa

Entre las más de 27 advertencias que recibió el gobierno de Estados Unidos antes del 11 de septiembre figuraban muchos informes sobre la posibilidad de que los terroristas que luego estrellarían los Boeig 707 contra las Torres Gemelas y el Pentágono, estuvieran recibiendo clases de pilotaje aéreo en escuelas dentro de Estados Unidos.

No obstante en el territorio de la Unión específicamente en el estado de la Florida varias organizaciones terroristas se entrenan a la luz pública sin ser molestados por las agencias de seguridad.

Por los mismos días en que salía el revelador informe de la Universidad Sonoma State, en Miami, con una amplia cobertura mediática se daba a conocer la creación de un llamado comité de ayuda a la «insurrección en Cuba». Con el mayor desenfado del mundo un grupo de cubanoamericanos anunció a voz en cuello sus intenciones de organizar todo tipo de acciones violentas para derrocar al Gobierno Cubano.

Vestido con uniforme de camuflaje el jefe de Comandos F-4, Rodolfo Frómeta exclamó: «¿Qué otro medio se puede usar contra Fidel Castro que no sean los armamentos?».

En 1998 Osama Bin Laden declaró que todos los ciudadanos de Estados Unidos eran objetivos legítimos. Aún hoy, al menos en teoría, es el hombre más buscado por toda la comunidad de inteligencia y supuestamente para atraparlo Estados Unidos invadió Afganistán y ha bombardeado en reiteradas ocasiones aldeas entre ese país y Pakistán.

Hoy se sabe que en 2004 el presidente Bush en una reunión privada confesó sus intenciones de atacar la sede del canal árabe Al Jazeera, pues la cadena qatarí es la escogida por Al Qaeda para dar a conocer sus mensajes. ¿Qué hubiera pasado si por ejemplo, Bin Laden hubiera convocado a los medios, entre ellos a Al Jazeera, para anunciar sus intenciones de perpetrar acciones armadas contra Estados Unidos?

Probablemente ya los estudios de Al Jazeera en Doha no existirían, sin embargo un grupo de personas acaba de reunirse dentro de las propias fronteras de EE.UU. y no ha ocurrido nada.

Los fusiles frente a las cámaras

Paradójicamente algo que horrorizaría a los televidentes de otras partes del país en Miami se ha vuelto una costumbre. El 18 de junio del 2004 en el Canal 41 de Miami TV se transmitió un programa donde el mencionado Rodolfo Frómeta afirmó que su organización, Comandos F4, tiene gente dentro y fuera de Cuba lista para llevar a cabo actos armados contra el Gobierno Cubano.

Vestido de militar, como también los otros de su organización presentes en el estudio, Frómeta declaró que su grupo entrena con AK47, armas semi-automáticas, las cuales, dijo, fueron adquiridas legalmente en los Estados Unidos, aunque admitió no tener papeles que lo probaran. El programa fue conducido por Oscar Asa, sobrino del conocido dictador cubano Fulgencio Batista tristemente célebre por ser el responsable de la muerte de miles de cubanos su derrocamiento en 1959.

Curiosamente el canal 41 sigue en pie y, como mismo fue el escogido para transmitir la formación de esta nueva coalición terrorista, en reiteradas ocasiones ante sus cámaras han desfilado reconocidos y confesas «figuras» de la línea dura contra Cuba. Basten citar a la visita a los estudios de Orlando Bosh y la entrevista que concediera Luis Posada Carriles en la que se adjudicó «cualquier acción violenta que ocurriera en la Isla».

El 13 de diciembre del 2003 el presidente George W. Bush convirtió en ley la controvertida Intelligence Authorization Act, que incrementó el financiamiento de las agencias de inteligencia, amplió dramáticamente la definición de instituciones financieras «vigilables» y autorizó al FBI a obtener sin autorización judicial los expedientes privados de individuos sospechosos de presunta actividad criminal. Contrariamente nadie en el sur de la Florida ha sido encarcelado por prestar algún tipo de ayuda a organizaciones como Comandos F4 que desde el 2003 anunció a las empresas Sherrit o Meliá, con inversiones en Cuba, que sus bienes serían consideradas objetivos militares y: «solamente ellos serán responsables por las acciones que se tomen contra sus propiedades».

En los circuitos mediáticos de Miami es habitual que los dirigentes de las organizaciones de la derecha cubanoamericana manifiesten sus planes para acabar con la vida del presidente de una nación extranjera, en esta caso Fidel Castro. En 1993 bastó una simple información de un supuesto complot iraquí para asesinar al ex presidente George Bush, para que el 26 de junio de ese año la Fuerza Aérea bombardeara a Bagdad. El presidente Clinton dijo entonces que la acción bélica: «era esencial para enviar un mensaje a aquellos que se dedican a auspiciar el terrorismo de Estado […] y para afianzar la expectativa de comportamiento civilizado entre las naciones».

Las reuniones de los terroristas son públicas aunque no para los grandes circuitos mediáticos de Estados Unidos y al parecer tampoco para los estrategas del antiterrorismo del gobierno de Bush. ¿No es esta otra historia censurada?