Para analizar adecuadamente la situación económica y social en que se encuentra Estados Unidos, nada mejor que los datos ofrecidos por el Buró del Censo, que aunque son públicos, es necesario conocer la vía adecuada para llegar a ellos, pues de otra forma sería bastante difícil acceder a dicha información. Esto es muy propio de […]
Para analizar adecuadamente la situación económica y social en que se encuentra Estados Unidos, nada mejor que los datos ofrecidos por el Buró del Censo, que aunque son públicos, es necesario conocer la vía adecuada para llegar a ellos, pues de otra forma sería bastante difícil acceder a dicha información.
Esto es muy propio de Estados Unidos, donde existe mucha información pública, pero de difícil acceso. Quizás ahora, después de Wikileaks, simplifiquen un poco esto y sea mucho más fácil analizar el estado de la nación.
Debe tomarse en consideración que el Buró del Censo en este estudio toma como año base el 2008 que fue el último año de la administración Bush y como año análisis el 2009 que es e primer año de la administración Obama. Lo que muestra es el CAMBIO.
Puede decirse que la situación de los ingresos resulta caótica para la familia estadounidense de menos recursos económicos. El ingreso promedio anual familiar entre el 2008 y el 2009 disminuyó en un 2,9 porciento, de $51,726 dólares cayó a $50,221. En 34 de los 50 estados se experimentó la disminución del ingreso familiar.
En cuanto a las personas que viven por debajo de la línea de la pobreza, en 31 estados se experimentó un aumento de estas, pudiendo decirse que en este grupo se encuentra casi el 40 por ciento de la población.
En relación con el Seguro de Salud, el porciento de niños asegurados tuvo un ligero incremento del 90,3 por ciento al 91 por ciento. Sin embargo en el mismo período, 2008 y 2009 el porciento de personas que no tienen seguro médico aumento del 14,6 por ciento al 15,1, lo que representa 2 millones de personas sin seguro médico en el año 2009.
El valor de las viviendas disminuyó en un 5,8 por ciento cuando se compara el año 2008 con el 2009. En esto ha influido la situación económica y la crisis hipotecaria, pues en la medida que las familias perdían la propiedad de su vivienda el mercado se saturaba y los precios de estas bajaron. El valor promedio de una vivienda en el 2009 es de $185,200 dólares cuando en el 2008 era de 201,300.
Si para los que con sus ahorros habían podido adquirir una vivienda la situación no es buena, para los que viven en viviendas donde tienen que pagar mensualmente el alquiler, la situación no es mucho mejor. Se calcula que nacionalmente dos de cada cinco arrendatarios están afrontando gastos de alquiler que consumen el 35 por ciento o más de sus ingresos familiares.
El costo promedio del alquiler en ciudades como Pittsburgh, Búfalo, Cincinnati, Cleveland y Miami está entre $706 y $732 dólares mensuales. En ciudades como San Francisco, Washington (la capital), San Diego, Boston, New York, New Jersey y Houston, el promedio está entre $1,414 y $1, 185 dólares mensuales.
Los que viven del seguro por desempleo deben mudarse a ciudades más baratas, donde los servicios a la población tienen menos calidad y resulta más difícil conseguir un empleo.
Hablando de empleo, la crisis del desempleo comenzó desde el año 2009. Los datos reflejan que la participación en la fuerza laboral de los hombres entre 16 y 24 años disminuyo nacionalmente del 61,5 por ciento en el año 2008 al 59,2 por ciento en el 2009. En el caso de las mujeres de esa propia edad la participación en el 2008 que representaba el 60,4 porciento disminuyó en el 2009 al 58,7 por ciento.
En el caso de los hombres entre 25 y 54 años, la participación disminuyó del 88,5 por ciento en el 2008 al 87,9 por ciento en el 2009. En cuanto a las mujeres de este grupo se registró un incremento del 77,0 al 77,1 por ciento. Para los hombres de 55 más años, la participación se mantuvo en el 45,2 por ciento mientras las mujeres aumentaron ligeramente su participación del 32,8 al 33,2 por ciento.
De todo esto se puede sacar como conclusión que el fenómeno del desempleo ha golpeado más fuertemente a los jóvenes, las personas en edad madura sufrieron ligeramente y los de la tercera edad se mantienen participando en la misma proporción.
Si analizamos la participación, tal y como muestran estas estadísticas, dejamos de ver una parte del fenómeno que es el salario promedio en los grupos de edad y dentro de eso la diferencia de este acorde a la raza o el origen étnico.
Si las mujeres mantienen su participación e inclusive llegan a tener un mínimo aumento, esto se debe a que es el grupo de menor salario promedio y cuando desglosamos este dato podemos ver que las mujeres negras madres solteras son las que menor salario promedio ganan. Algo similar sucede con las mujeres latinas que también son objeto de una explotación adicional al ganar regularmente un menor salario que los hombres.
De acuerdo con los datos del propio Buró del Censo, en el año 2009 de los 307 millones de residentes en Estados Unidos, 38,5 millones, o sea el 12,5 por ciento había nacido en otro país. Cuando se analiza el origen étnico, tomando en consideración que muchos de los residentes nacieron en Estados Unidos, pero que sus padres procedían de otros países, el número de personas que se considera de otro origen alcanza cerca de 60 millones, si a estos le sumamos los estadounidenses de raza negra formaría una fuerza total de cerca de 100 millones de personas.
Una alianza formada por estos grupos representaría aproximadamente una tercera parte de la población de Estados Unidos. Si en una elección votan un poco más del 50 por ciento de los que deben votar y de estos una parte vota por un candidato y otra por el otro, digamos el 30 contra el 20. ¿Pueden ustedes imaginar el peligro que representaría para «el sistema» una alianza de estos grupos?
Fuente: http://lapupilainsomne.wordpress.com/2010/12/11/estados-unidos-de-mal-en-peor/
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