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Estados Unidos financia la «contra» palestina

Fuentes: CAPJPO-EuroPalestine

Traducido para Rebelión y Tlaxcala por Caty R.


Reproducimos a continuación el editorial publicado la semana pasada por el diario árabe Al Qods denunciando la entrega de armas por los estadounidenses a Mahmoud Abbas y la grave responsabilidad del presidente palestino en los actuales enfrentamientos destinados a aniquilar toda resistencia palestina.

«Contras’ palestinos con financiación estadounidense

Cuando los enfrentamientos sangrientos que estallaron en la Franja de Gaza se saldaron con la muerte de más de treinta personas entre los mejores jóvenes de la causa común, intentamos ser ecuánimes y censuramos a ambas partes. Pero cuando la administración estadounidense anuncia que concede ochenta y seis millones de dólares para entrenar y armar a la guardia presidencial y que estudia la ampliación de la concesión de la ayuda a los elementos de las fuerzas de seguridad bajo la autoridad de Mahmoud Abbas y algunos de sus lugartenientes, nos es difícil seguir siendo neutrales y mantener la imparcialidad. Esta decisión estadounidense no puede ser nada más que un proyecto de división destinado echar leña al fuego de la guerra civil, cuyas brasas todavía están calientes bajo las cenizas del último acuerdo de alto el fuego.

Nadie conseguirá convencernos de que Estados Unidos quiere financiar y armar a la guardia presidencial y a la seguridad nacional palestinas para hacer frente al ejército israelí, a sus constantes incursiones en los Territorios Ocupados y a sus asesinatos que no hacen ninguna distinción entre los grupos de Al Kassam y los Mártires de Al Aqsa.

Nadie puede convencernos tampoco de que el gobierno israelí autorizaría el paso de armas procedentes de Egipto y Jordania con destino a estas fuerzas si tuviera la más mínima sospecha de que estas armas se utilizarían contra él, contra sus soldados o contra sus colonias.

Ahora estamos, y lo decimos con mucho pesar y tristeza, frente a unos ‘contras’ palestinos apoyados por Estados Unidos para liquidar la resistencia palestina, sus movimientos y a todos los que se oponen a las decisiones estadounidenses que son, esencialmente, las decisiones israelíes.

Está sucediendo lo que ya ocurrió en Latinoamérica cuando los batallones de ‘contras’ luchaban contra los hombres de la resistencia y atizaban la guerra utilizando a los regímenes nacionales; estas fuerzas palestinas harán lo mismo y probablemente peor. En cualquier caso es lo que se planea para ellas. Recordemos que Negroponte, designado hace un mes como adjunto de Condoleezza Rice, es el padre de esta idea de los ‘contras’.

Lo que es catastrófico es que los ‘contras’ palestinos son voluntarios para desempeñar este papel repugnante y sangriento sin contemplar la posibilidad de poner alguna solución sobre la mesa que se basaría en las resoluciones legales internacionales y que contemplaría el mínimo de las solicitudes palestinas sobre el derecho a la autodeterminación, el derecho de retorno y la independencia del país.

Irónicamente este anuncio estadounidense coincide con la decisión del gobierno del Primer Ministro israelí, Ehud Olmert, de modificar el trazado actual del muro segregacionista para incluir dos nuevos asentamientos judíos en la orilla occidental, dar el visto bueno para el asentamiento de una colonia que acogerá a los colonos evacuados el verano pasado y autorizar la construcción de una sinagoga en la Explanada de las Mezquitas.

Ignoramos el objetivo que se persigue con la creación de una guardia presidencial palestina de más de diez mil elementos teniendo en cuenta que estamos bajo ocupación, que el presidente palestino no puede dejar su palacio sin la autorización de una ordenanza israelí y que el Primer Ministro palestino elegido democráticamente se reúne con sus ministros en Cisjordania o por medio de teléfonos intervenidos por los israelíes.

Entendemos que el presidente de un país importante en la región, como el difunto Sadam Husein, tuviese una imponente Guardia Republicana y que el presidente Putin haga algo parecido al igual que el presidente egipcio que se mueve entre varios palacios y lugares de reposo heredados de la monarquía. Pero que el presidente de un Estado fantasma cuyo territorio no llega a 5.000 kilómetros bajo ocupación y bajo órdenes quiera hacer lo mismo, no se le ocurre a nadie. Por desgracia todo es posible en estos tiempos aciagos.

A espaldas del pueblo palestino algunos están cociendo un proyecto secreto. La financiación estadounidense y la bendición israelí son la columna vertebral de este plan. El proyecto es una guerra civil, que presagia baños de sangre palestina-palestina, que involucraría a los movimientos de la resistencia palestina. Todos los rumores sobre los debates para la constitución de un gobierno de unidad nacional y la firma de un acuerdo entre las dos cabezas de la Autoridad sólo son maniobras de distracción para ganar tiempo y terminar los preparativos para una batalla sangrienta que tendrá lugar dentro de poco.

El Dr. Saib Arikat, consejero político del presidente Abbas, declaró a la prensa para justificar este asunto que el dinero estadounidense financiará equipamiento y material para la vigilancia de los puestos de control. Si a la administración estadounidense realmente le atañen estos puestos, ¿por qué no empieza por abrirlos, sobre todo el de Rafah que está cerrado desde hace seis meses y sólo se abre excepcionalmente manteniendo encerrados a un millón y medio de palestinos en esta gran jaula denominada Gaza? ¿Qué vienen a hacer los equipamientos con el paso de enfermos, peregrinos y ancianos?

El pueblo palestino padece hambre, las epidemias se extienden, los hospitales carecen de medicamentos de primera necesidad a causa del embargo económico estadounidense, millares de funcionarios, la mayoría del partido del presidente, no consiguen un mendrugo de pan para sus hijos. Y resulta que la administración estadounidense excluye del embargo a las fuerzas presidenciales y les envía decenas de millones de dólares en forma de armas y municiones para utilizarlas en los próximos meses para liquidar a los movimientos palestinos fundamentales que declararon la revolución palestina bajo la dirección de Fatah.

No podemos saber si el Presidente Mahmoud Abbas consultó al Comité Central o a los jóvenes cuadros nacionales de su movimiento y a los Mártires de Al Aqsa antes de dar el visto bueno a este peligrosísimo proyecto estadounidense, pero sin riesgo a equivocarnos podemos decir que no lo hizo en absoluto y que no consultó a ninguna personalidad palestina dentro de su organización o fuera ella. Los cuadros de Fatah como los conocemos son verdaderos patriotas, firmes en sus fundamentos y no aceptarían comprometerse en un proyecto de exterminio de personas que enarbolan la bandera de la resistencia y están dispuestas al sacrificio. Es evidente que Abbas está absorbido por algunas personalidades de su entorno que le siguen como su sombra estos días y le venden las ventajas de adherirse a las decisiones y proyectos estadounidenses.

Nos encaminamos hacia una criba o disolución de las fuerzas palestinas de seguridad, como resultado de los contactos emprendidos por los estadounidenses con los jefes de los aparatos de seguridad palestinos. La criba significa la neutralización de todos los elementos que reclaman el derecho al retorno, el establecimiento de un Estado palestino con Al Quds [Jerusalén Este, n. de la T.] como capital y que simpatizan con la resistencia. Nos encontramos frente a una decisión del mismo tipo que la que acabó con la disolución del ejército iraquí y no nos sorprenderá que los resultados sean idénticos.

El pueblo palestino se encuentra ahora ante dos masacres; la primera sería humana, consecuencia de las matanzas que sin duda perpetrarán los nuevos ‘contras’, y la segunda sería política y consecuencia directa de la primera. Y esta segunda masacre consistiría en la imposición de una solución amputada y humillante para el pueblo palestino, según los criterios estadounidenses e israelíes.

La administración estadounidense querría limpiar la región árabe de dos movimientos fundamentales, que son Hamás y Hezbolá, antes de lanzarse a su gran guerra contra Irán con la cobertura árabe de los ‘países moderados’ y una total participación israelí. No es una casualidad que Condoleezza Rice hable de un Estado palestino provisional antes de su segundo encuentro con los ministros de los países árabes moderados en Kuwait. Lo provisional se convertiría en permanente pero seguiría hipotecado por las imposiciones israelo-estadounidenses.

El Presidente Abbas está a punto de hacer una jugada más peligrosa que la de los Acuerdos de Oslo, cuyo precio sería exorbitante para el pueblo palestino. Parece que está resuelto a formar parte del pacto de los moderados, el nuevo Pacto de Bagdad.

Sería más honroso para Abbas dejarse tachar de presidente insustancial que entrar en la Historia como el presidente que encendió la mecha de la guerra civil palestina y que puso todas sus cartas en la cesta estadounidense a cambio de soluciones parciales y ridículas. Y eso si obtiene una recompensa.»

Texto original en francés: http://www.europalestine.com/article.php3?id_article=2514

Caty R. pertenece a los colectivos de Rebelión y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la traductora y la fuente.