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Janis Karpinski señala que hay memorando firmado por Rumsfeld con una lista de técnicas duras de interrogatorio

Ex jefe de Abu Ghraib es testigo estelar en juicio contra Rumsfeld por crímenes de guerra

Fuentes: Democracy Now

Traducción del inglés para Rebelión de Germán Leyens

Un grupo de abogados presentó hace unos días una demanda instando a los fiscales alemanes a que investiguen al Secretario de Defensa saliente Donald Rumsfeld por presunta aprobación de la tortura. Vamos a Berlín a hablar con la ex brigadier general Janis Karpinski, que sirvió como comandante de Abu Ghraib. Es el oficial militar de más alto grado de USA amonestada por el escándalo de abuso de prisioneros de Abu Ghraib. Abogados del Centro de Derechos Constitucionales presentaron hoy en Alemania una acusación por crímenes de guerra contra el Secretario de Defensa saliente Donald Rumsfeld por su papel en la tortura de prisioneros en Iraq y Guantánamo.

TRASCRIPCIÓN APRESURADA

AMY GOODMAN: Nuestra próxima invitada de hoy en Berlín es la ex brigadier general Janis Karpinski. Fue la comandante de las tres grandes prisiones dirigidas por USA y Gran Bretaña en Iraq en 2003. Supervisó a toda la policía militar en Iraq y fue la primera mujer que haya comandado a soldados en una zona de combate. En mayo de 2005, fue degradada de brigadier general a coronel por el escándalo de abuso de prisioneros de Abu Ghraib. Sigue siendo el oficial militar de más alto rango amonestado por el abuso. Wolfgang Kaleck, el abogado alemán que dirige el litigio dijo que Karpinski será la «testigo estelar» del caso. Es autora de: «One Woman’s Army : The Commanding General of Abu Ghraib Tells Her Story.» Bienvenida a Democracy Now!, Janis Karpinski. Cuéntenos por qué se encuentra hoy en Berlín.

JANIS KARPINSKI: Gracias. Buenos días, Amy. Estoy en Berlín porque me invitaron a hacer mi presentación. Durante algún tiempo, como probablemente lo sabe muy bien, tuvimos diferentes discusiones. Primero me pidieron información sobre lo que vi, lo que presencié en Iraq, y lo que creo que condujo a lo que vimos en esas fotografías. Y el caso fue presentado inicialmente y luego desechado.

Pero de nuevo, con el paso del tiempo, y de las primeras discusiones, el señor Kaleck decidió seguir adelante y presentar nuevamente el caso. Estuve en una presentación en USA, y tuve la oportunidad de reunirme con ellos para volver a aclarar algunos puntos. Y cuando me preguntaron si me interesaría venir aquí a hacer una presentación en persona, dije que sería una distinción, porque es la verdad. Y presentar la verdad y presentar información de primera mano se ha hecho cada vez más importante en todo este proceso.

AMY GOODMAN: ¿Puede decirnos cómo sucedió? Cuando usted estuvo en Iraq, cuando estuvo a cargo en Abu Ghraib. Cuéntenos cómo supo de la tortura que ocurría, y de su jurisdicción, su autoridad sobre el área en la prisión en la que eran torturados esos prisioneros.

JANIS KARPINSKI: Bueno, pienso que es un punto crítico y ciertamente importante en la discusión, porque yo era responsable por 17 prisiones en Iraq, y estaban repartidas por todo Iraq. Y estaban en diferentes estados de desarreglo. Y nuestro propósito era ayudar a los expertos en prisiones bajo la Autoridad Provisional de la Coalición en la reconstrucción de éstas y la reapertura de estas prisiones. Nunca quisimos utilizar, y nunca planificamos la utilización de Abu Ghraib para alguna operación de detención a largo plazo, porque estaba situada, en primer lugar, en uno de los lugares más peligrosos de todo Iraq, en medio del Triángulo Suní, y tenía una historia tristemente célebre de abusos y torturas bajo Sadam Husein. Así que nos movíamos en la dirección de transferir a todos los criminales iraquíes recluidos en Abu Ghraib a otras instalaciones, a medida que eran abiertas y se hacían operativas. Y nuestra población de criminales iraquíes era muy reducida en Abu Ghraib. De nuevo, nos orientábamos a clausurarla por completo.

Y luego, ellos – la Provisional de la Coalición – perdone, la CJTF-7, las fuerzas de la coalición, emprendieron esas incursiones y redadas, como terminaron por llamarlas, en los diferentes sectores, de manera que las divisiones de combate prepararon planes para salir y aprehender a individuos específicos. Pero con muy poca descripción de los individuos que trataban de capturar y aprehender, muy a menudo esas operaciones tenían lugar en un sitio en el que había 20, 30, 50, 100 personas reunidas por algún motivo. Y cuando llegaba al lugar la fuerza operativa, veían que había, no dos o tres individuos, sino 50 o más, así que los arrestaban a todos. Y comenzaron a entregar a esos nuevos detenidos de seguridad a Abu Ghraib, contrariamente a nuestros planes de cerrar el lugar por completo. Ahora tenemos una inmensa población en crecimiento.

Pero en noviembre de 2003, la responsabilidad por la prisión de Abu Ghraib fue transferida del Control de la Policía Militar, mi control, al Control de la Inteligencia Militar, convirtiéndolo en un centro de interrogación para todo Iraq, como lo planificó y ordenó el general Miller durante su visita en septiembre de 2003. De manera que yo tenía que preocuparme por, y concentrarme en, otras 16 instalaciones carcelarias. En los hechos, en enero de 2004, cuando oí por primera vez de la investigación en curso en Abu Ghraib, no pude conseguir de ninguna persona alguna información o algunos detalles sobre lo que abarcaba realmente esa investigación.

Y recién vi las fotos por primera vez el 23 de enero. Y pregunté – cuando vi las fotos, le pregunté al comandante de la División de Investigación Criminal: «¿Dónde está la Inteligencia Militar en todo esto?» Y al ver a uno de los contratistas en algunas de las fotos, dije: «¿Por qué están los traductores en algunas de estas fotos?» Y me dijeron: «Señora, esos no son traductores. Son interrogadores subcontratados.» Así que, no sólo fue la primera vez que vi las fotos, sino la primera vez que recibí detalles de que había interrogadores subcontratados realmente en acción en Abu Ghraib.

Cuando traté de ir a ver a algunos de los soldados, de obtener acceso a algunos de los soldados vistos en algunas de estas fotos, el oficial del JAG [Auditor Militar General] que representaba al general Sánchez me dijo que esos soldados no trabajaban para mí, así que no tenía derecho de ir y hablar con ninguno de ellos. En realidad, trabajaban para el comandante de Inteligencia Militar. Fue una historia diferente en abril de 2004, cuando las fotos fueron publicadas en el mundo. Pero hubo pasos específicos emprendidos para impedir que hablara con los individuos, de obtener información, y de tener una idea de lo que ocurría en las operaciones de interrogatorio.

AMY GOODMAN: Algunas de esas personas eran de las suyas. Eran policías militares. ¿Era la gente por la que usted era responsable, verdad?

JANIS KARPINSKI: Correcto. Yo tenía personal de la policía militar trabajando en cada una de las prisiones en todo Iraq. Pero es importante saber que había operaciones de interrogatorio sólo en una instalación: Abu Ghraib. Y esos abusos, o las fotografías, la humillación vista en esas fotografías, ocurrió cuando la prisión ya no estaba bajo mi control. El comandante en Abu Ghraib —

AMY GOODMAN: ¿Cómo fue cuando usted vio las fotografías, Janis Karpinski, cuando usted primero – puede explicarlo – cuándo fue? – enero de 2004 – ¿y cómo las obtuvo realmente?

JANIS KARPINSKI: Había oído hablar de esa investigación en curso – como dije – fue el 12 de enero de 2004 – traté de obtener alguna información para, sabe – obtener una idea, una mejor idea, de lo que estaban investigando. Y recién vi por primera vez las fotografías el 23 de enero, y me fueron presentadas por el comandante de la División de Investigación Criminal. Me llamó, dijo que tenía las fotografías. ¿Podía verme? Nos reunimos esa noche en mi centro de operaciones. Vi por primera vez las fotos, y me quedé absolutamente espantada, Sentí – simplemente sentí como si las paredes de esa pieza estuvieran cayéndome encima. Me puso enferma lo que vi. Me ofendieron particularmente las expresiones de las caras del personal militar en esas fotos.

Cuando interrogué a la persona que me mostró las fotos, le dije: «Bueno, ¿dónde esta la Inteligencia Militar en todo esto? Y hubo algunas explicaciones, y me dijo que todavía estaban daban seguimiento a algunas de esos temas. Y se concentró en una fotografía en particular, en la que me mostró que había – no se podía ver a toda la gente en la foto, por el ángulo en la que fue tomada, se podía ver todos los pies en la foto. Y había 32 botas, como subrayó. Así que, dijo cada uno – sabe, los pies desnudos, creemos, pertenecían a los prisioneros, pero las botas pertenecían a personal USamericano. Y 32 botas significan que había 16 personas USamericanas en esta fotografía, y todavía no las hemos identificado a todas.

Así que durante – cuatro meses más tarde, hasta que identificaron a todas las así llamadas siete manzanas podridas – como totalmente responsables por planear, implementar, y tomar esas fotos, yo supe que me equivoqué por completo desde el comienzo. Pero me horrorizó lo que vi en esas fotografías, y estoy segura de que la gente en todo el mundo también sintió lo mismo, cuando las vieron por primera vez en abril de 2004.

AMY GOODMAN: Janis Karpinski, ¿puede hablar de Donald Rumsfeld, el número uno en este juicio por crímenes de guerra, y de cómo usted sabe que él sabía? ¿Qué evidencia física u orden tenía usted de su parte?

JANIS KARPINSKI: Bueno, Amy, pienso que es, de nuevo, un punto importante que no se ha mencionado en muchas discusiones. La indignación nunca tuvo que ver con las acciones en esas fotografías. La indignación parecía centrarse en realidad en la existencia de las fotos, porque lo que las fotos hicieron fue levantar el telón sobre lo que efectivamente estaba autorizado, ordenado, preparado y dirigido por gente a niveles mucho más altos que el mío o el de cualquier otra persona en servicio en Iraq.

Cuando supe de la investigación y estaba en otro sitio fuera de Bagdad, nos preparamos para salir a primera hora el día siguiente, fuimos directamente a Abu Ghraib y, por cierto, todos los que normalmente trabajan en esas posiciones, en el Bloque de Celdas 1ª o 1B, habían sido sacados de sus posiciones. Así que el sargento con el que tuve la oportunidad de hablar tampoco tenía mucha información.

Explicó que normalmente no trabajaba en el «sitio duro,» como lo llamaban. Pero él – y por lo tanto le pedí bitácoras o diarios para tratar de juntar la información, y dijo que todo había sido confiscado. Toda la información fue confiscada durante esta investigación. Pero mencionó un memorando, una página, un papel de tamaño estándar, en una columna justo delante de esa oficina administrativa que ellos estaban utilizando.

Y en la columna, hablaba de – el tema era técnicas de interrogatorio. Y era un memorando de una página. Mencionaba unas pocas técnicas de interrogatorio que debían ser utilizadas para interrogatorios efectivos, sea cual fuere la formulación. Y – quiero decir, había como una media docena: estar de pie durante mucho tiempo, alteración de las costumbres de sueño, tocar música fuerte durante – durante todo el día y durante las horas de noche, alteración de los planes de comidas, ese tipo de cosas.

Pero estaba firmado por el Secretario de Defensa. Y había una anotación manuscrita al margen de ese memorando. Y había escrito – cuatro palabras: «Make sure this happens.» [«Asegúrense de que esto ocurra.»] Y recuerdo que mi mente, que mi ojo fue directamente a eso, porque estaba escrito de tal manera que se presentaba como un cuadrado. Parecía tener una orientación muy militar. Pero era la misma letra, y parecía ser la misma tinta, porque era una copia del memorando, como la firma del memorando, y era la del Secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. Era su firma en el memorando, y parecía ser la misma tinta y escritura en el margen, diciendo: «Asegúrense de que esto ocurra,» refiriéndose a esas técnicas de interrogatorio.

Dije al sargento: «¿Por qué hay un memorando sobre interrogatorios en este sitio?» Y dijo: «Señora, no lo sé. Nos dijeron que había que colocarlo.» Así, yo, meses después, cuando la otra información comenzó a aparecer y me acusaron personalmente de permitir que todo eso sucediera, supe que esas acusaciones no eran verdad, pero me recordé del memorando. Por cierto, la firma del Secretario de Defensa en el memorando indicaba que sabía qué estaba permitido en términos de interrogatorio.

AMY GOODMAN: Janis Karpinski, finalmente, en este juicio, también están enjuiciando al general Sánchez y a Geoffrey Miller, el general que estaba a cargo de Guantánamo, enviado luego a Abu Ghraib, cito, para «guantanamizarlo.» Si pudiera hablar brevemente de su saber directo sobre su conocimiento de estas operaciones.

JANIS KARPINSKI: No tengo ningún conocimiento directo de esas operaciones, excepto lo que vi en sus testimonios ante el Comité de Servicios Armados del Senado, en los que negaron todo conocimiento de las fotografías y eligieron cuidadosamente sus palabras para soslayar toda admisión de algún conocimiento de las técnicas que se utilizaban. Pero el general Miller fue a Iraq. Fue enviado específicamente para trabajar, no con las operaciones de detención, fue enviado específicamente para trabajar con el personal de inteligencia militar para enseñarle técnicas de interrogatorio más duras, para obtener más inteligencia procesable de sus esfuerzos.

Y en el curso de su presentación, su información inicial, hizo el comentario sobre – en respuesta a un interrogador que presentó el tema de lo que podíamos hacer para realzar de inmediato nuestros esfuerzos de interrogatorio, porque pensamos que estamos haciendo lo que deberíamos hacer. – Y dijo que era su impresión que trataban demasiado bien a los prisioneros. Y dijo: «Tienen que tratar a esos prisioneros como perros, porque si los tratan de otro modo, ustedes habrán perdido efectivamente el control de su interrogatorio.» Y continuó explicando que en Guantánamo, los prisioneros tenían que ganarse todo lo que tenían, hasta un cambio de color en sus buzos de la prisión.

Y cuando levanté mi mano y sugerí que, sabe, en Iraq era una situación diferente que la que él enfrentaba en Guantánamo – por ejemplo, no teníamos suficientes fondos para dar a un prisionero, a cada prisionero, un buzo, menos todavía para cambiar los colores de los buzos – echó a un lado mis inquietudes, diciendo que su presupuesto era de 125 millones de dólares al año, y que daría todo el dinero que fuera necesario al comandante de la Inteligencia Militar para que esa operación funcionara.

AMY GOODMAN: Janis Karpinski, quiero agradecerle que se nos haya unido. Gracias por estar con nosotros, antigua brigadier general y autora de «One Woman’s Army: The Commanding General of Abu Ghraib Tells Her Story,» que nos habla desde Berlín, donde será la testigo estelar en este caso penal contra altos funcionarios militares de USA, incluyendo al Secretario de Defensa saliente, Donald Rumsfeld.

http://www.democracynow.org/article.pl?sid=06/11/14/1517249&tid=25