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¿Faltan o sobran empleados públicos?

Fuentes: Rebelión

Que el nivel de empleo público de nuestro país sea presentado constantemente como excesivo es algo que responde a prejuicios ideológicos y no a juicios racionales. Que el empleo público sea mostrado como parte de nuestros problemas económicos, y no como parte de la solución a tales problemas, es un éxito de la propaganda y […]

Que el nivel de empleo público de nuestro país sea presentado constantemente como excesivo es algo que responde a prejuicios ideológicos y no a juicios racionales. Que el empleo público sea mostrado como parte de nuestros problemas económicos, y no como parte de la solución a tales problemas, es un éxito de la propaganda y un fracaso de la información que debiera hacernos reflexionar.

En la Unión Europea de los Quince (UE-15) -el grupo de estados más ricos en que se halla España-, los estados con mayor tasa de empleados públicos sobre la población activa son Dinamarca (31.8%), Suecia (26.4%), Finlandia (25.1%) y Francia (24.3%). Pues bien, si echamos una ojeada a sus tasas de desempleo de 2010 veremos que todos estuvieron por debajo de la media europea de desempleo y, por supuesto, por debajo de la mitad de la tasa de desempleo española.

La tasa de empleados públicos de España supone el 12.9% de la población activa. Si nuestro país hubiera contado, en 2010, con la misma tasa de empleo público que Suecia habría dispuesto de 3.193.000 empleos adicionales y la tasa de desempleo se habría reducido al 6.2% (frente al 20.1% de entonces).

Sin embargo, si Dinamarca se hubiera visto obligada a reducir su nivel de empleo público al promedio de España, habría tenido que despedir a 548.000 personas y su tasa de paro habría aumentado desde el 7.4% hasta el 26%. Si Suecia y Finlandia hubieran recortado su empleo público al nivel español, habrían incrementado sus tasas de desempleo del 8.4% al 21.5% y al 20.5% respectivamente. Francia habría despedido a más de tres millones de empleados públicos y habría superado el 20% de desempleo.

España necesita más empleo público y no menos para dejar de ser la locomotora europea del desempleo. Más gasto público y no menos, si queremos converger socialmente con nuestros vecinos europeos. Y, para ello, hay que recaudar más de quienes más tienen. En 2009, los ingresos del Estado representaron el 55.9% del PIB danés, el 54.8% en Suecia, el 53.4% en Finlandia, el 48.1% en Francia, pero sólo el 34.7% en España.

Nuestro Estado recauda menos, proporciona menos empleo, menos calidad de vida y, asimismo, genera más desigualdad. En 2008, la renta media del 10% más rico de los daneses multiplicaba 5.5 veces la renta del 10% más pobre. En el caso de los suecos eran 6.3 veces, 5.4 los finlandeses, 7 los franceses y 11.9 los españoles. España lidera la desigualdad en la UE-15 y ello la hace más injusta, más ineficiente y líder en desempleo.

Necesitamos más estado al servicio de la gente y menos estado al servicio de la banca y el ladrillo. Hace falta más fiscalidad progresiva para redistribuir más la riqueza, crear empleo y expandir el estado del bienestar. Hay que invertir más, tanto en investigación y desarrollo, como en educación, para así facilitar un cambio de modelo productivo. Los cuatro estados que lideran las tasas de empleo público gastan entre el 2.02% y el 3.75% del PIB en investigación y desarrollo, frente al 1.3% de España, y entre el 5.5% y el 7.8% del PIB en educación, frente al 4.3% de nuestro país. Está claro que un futuro con futuro pasa por romper con las anteojeras ideológicas del pasado reciente y del presente y por dejar de confundir con información la propaganda.

Ramón Trujillo, coordinador de Izquierda Unida en Tenerife.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.