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Entrevista a Gilbert Achcar

Filosemitismo y antisemitismo en Alemania

Fuentes: jadaliyya.com

Traducido para Rebelión por J. M. y revisado por Caty R.

Esta entrevista forma parte de una más larga realizada a Gilbert Achcar en Berlín los días 18 y 20 de mayo a propósito de su libro, The Arabs and the Holocaust (Los árabes y el Holocausto), que se tradujo al alemán en mayo de este año. La entrevista explora los paradigmas que se entrecruzan y el predicamento del racismo y el colonialismo en la nación alemana después de la guerra. En concreto, toca algunas de las raíces históricas y los debates contemporáneos en Alemania, en relación con el antisemitismo, el filosemitismo y la forma en que ambos fenómenos han influido en la política de la Alemania moderna hasta nuestros días.

-Anna Younes: Como alguien que se socializó y se crió en el Líbano, no queda claro por qué podría usted escribir un libro sobre los árabes y el Holocausto. ¿Hay algo en particular que le ha hecho consciente de que la historia del antisemitismo y el conflicto de Oriente Medio están entrelazados?

-Gilbert Achcar: Mi primer encuentro con esa encrucijada se debió a una experiencia en mis años de secundaria en Beirut durante la guerra de 1967. Tuve una acalorada discusión sobre la guerra con un compañero francés que apoyaba a Israel. Me dijo que se ponía al lado de Israel, porque no quería «terminar en Francia trabajando para un jefe judío». Fue esclarecedor para mí ver cómo la gente puede apoyar el proyecto sionista en Palestina porque quiere deshacerse de los judíos en su propio país.

-¿Qué respondió a su compañero francés?

-¡Oh, no puedo recordarlo! Lo que recuerdo muy bien, sin embargo, fue lo que ese compañero dijo, que me impactó como algo muy negativo, o sea la combinación de antisemitismo y desprecio por los árabes. No era un amigo cercano, era un compañero de clase, pero me chocó lo suficiente como para recordarlo desde entonces.

-¿Puede decirnos algo acerca de la traducción al alemán de su libro, su público y su posición de árabe ahora frente a esta publicación en alemán?

-Creo que es muy importante que este libro salga en alemán. Se trata de un libro sobre la diversidad de las reacciones árabes al nazismo, al antisemitismo y a los judíos desde la década de 1920 hasta el presente. Entonces, por supuesto, se refiere a los árabes, a los judíos y a los alemanes, antes que nadie. En cierto modo, aborda el pasado y el presente de Alemania. Como usted bien sabe, la Alemania de posguerra -por razones obvias- fue acrítica hacia la narrativa sionista, incluyendo su «nazificación» para con los árabes. Hay una vasta tradición política e intelectual en Alemania que se adhiere acríticamente a la narrativa sionista -a menudo hasta el punto de reproducir imágenes racistas que son frases acuñadas en el nazismo-. Esto es lo que yo describiría como una forma muy mala de los alemanes de sacar lecciones de su pasado nazi y el Holocausto, ya que esta actitud deja la mente adherida al mismo concepto del racismo y el odio étnico. Cité a Eleonore Sterling en mi libro, cuando ella compara el antisemitismo y el filosemitismo, haciendo hincapié en que ambos tienen en común su incapacidad para considerar a los judíos como personas normales. Eleonore Sterling, por cierto, era un especialista de la historia del antisemitismo alemán, cuyos padres murieron en campos de concentración nazis. Así que estoy por lo tanto muy ilusionado con la recepción de mi libro. Espero, por supuesto, una amplia gama de reacciones desde las muy positivas hasta las muy negativas, como ya estoy acostumbrado. De alguna manera mis libros tratan los problemas, este se ocupa de temas que a menudo son piedras basales de diversos contextos. 

-¿Por qué cree que es importante hablar de filosemitismo en Alemania? ¿Y cuál es su definición de filosemitismo?

-El filosemitismo es una posición de apoyo incondicional a «los judíos», a cualquier cosa hecha por un colectivo que se llama a sí mismos «los judíos», y que dice representar a todos los judíos y, por encima de todo, al Estado de Israel, por supuesto. Muchos alemanes creen que con el fin de redimir a su nación de su pasado nazi antisemita, tienen que ser acríticos y apoyar incondicionalmente al llamado Estado judío, Israel. Y, por supuesto, esto no es redención real en absoluto. Un rechazo radical al nazismo y el antisemitismo, debe dirigirse al rechazo de todas las formas de racismo, de odio étnico, de discriminación, de la conducta estatal, el expansionismo, etcétera. Del mismo modo en que el racismo nazi no fue sólo contra los judíos sino que era una actitud que abarcaba mucho más.

-Pero los alemanes la mayoría de las veces sólo se centran en Israel.

-Bueno, eso es cierto. ¿Y por qué los alemanes sólo se sienten culpables, en principio, por las víctimas directas del nazismo y no sienten culpa alguna por las víctimas indirectas, es decir, los palestinos? Los palestinos son víctimas indirectas del nazismo en el sentido de que el nazismo llevó a un enorme aumento en la inmigración de los judíos europeos a Palestina, y parte de esa inmigración fue la de los judíos alemanes, organizada por los sionistas con la ayuda del servicio de seguridad nazi. Fue el nazismo el que hizo posible que el proyecto sionista se implantara en Palestina, y del Estado de Israel que se creó a continuación. Y puesto que este Estado se construyó por medio de un acto de limpieza étnica, la responsabilidad de esto, en última instancia, también recae en la historia alemana. Pero esto nunca se ha reconocido. La única culpa que Alemania ha reconocido fue su responsabilidad en la tragedia judía, lo que la lleva a comportarse como si el Estado de Israel representa a las víctimas del Holocausto. Y, por supuesto, como dijo Tom Segev, la idea de que los seis millones de judíos que perecieron a manos de los nazis eran potenciales ciudadanos de Israel; es aún más absurdo, porque en realidad las víctimas del nazismo eran personas que, en su mayoría, se negaron a dejarse llevar por los sionistas y salir de Europa para ir a Palestina.

-¿Hubo otros incentivos para que el Estado alemán desarrollara su filosemitismo, aparte del deseo de redención?

-Como el exprofesor Frank Stern de la Universidad Ben Gurión ha explicado muy bien, era una forma para la Alemania Federal, desde los tiempos de Konrad Adenauer, de comprar su camino en la alianza occidental, en el sentido geopolítico posterior a 1945.

-Y Adenauer era un pro sionista también. En 1926 se unió al Comité Pro Palestina (PPK) y declaró con orgullo en una visita privada a Israel en 1966: «Yo también fui miembro del movimiento sionista «.

-Bueno, el mismo Adenauer escribió la declaración antisemita sobre el «poder de los judíos» que cito en mi libro, después de Stern. Alemania tenía realmente este tipo de actitud ambigua filosemita, lo cual nos lleva de nuevo al compañero de clase de secundaria que he mencionado al principio de nuestra charla. Es como Harry Truman, uno de los padrinos de Israel, que también escribió comentarios antisemitas. Y, en efecto, al mismo tiempo que Alemania Federal compraba su camino hacia el oeste a través del apoyo a Israel, apoyaba también indirectamente la guerra de EE.UU. en Vietnam. Su apoyo a Israel era parte de su adhesión a un amplio esquema de imperialismo agresivo, de ninguna manera se trataba de una ruptura cualitativa de lo que representaba el nazismo. Ese es un punto clave. Los Estados Unidos hicieron cosas horribles en Vietnam. Y Alemania ayudó financieramente a los EE.UU. durante ese tiempo. Se suponía que Alemania y Japón no participarían en la militarización después de su derrota en la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, fomentada por EE.UU., la República Federal de Alemania se rearmó y se unió a la OTAN. Y en este contexto la Alemania Federal apoyó al Estado de Israel. La gente es muy consciente de la conexión de Estados Unidos e Israel, pero rara vez -por lo menos fuera de Alemania- sabe o piensa de la conexión alemana-israelí. Alemania ha sido en los años 1950 y 1960 la principal fuente de financiación del Estado de Israel, en el nombre de las «reparaciones».

La mayor parte de las reparaciones no se pagaron a los sobrevivientes del Holocausto ni a los familiares de las víctimas del Holocausto, sino al Estado israelí, que utilizó ese dinero para armarse. Hubo entregas masivas e importantes de armas de la Alemania Occidental a Israel, el mismo Israel que desarrolló armas nucleares, ¡en colaboración con el régimen del apartheid de Sudáfrica! Y entonces, cuando usted dice en Alemania que el Estado de Israel es racista, la gente le mira como si hubiera pronunciado una especie de blasfemia. Se olvidan de que en 1976, cuando todo el mundo boicoteaba a Sudáfrica, el gobierno de Yitzhak Rabin invitó cordialmente a John Vorster, uno de los primeros ministros más ferozmente racistas que el apartheid en Sudáfrica haya tenido. Visitó Israel, donde fue recibido como un buen amigo. La colaboración entre Israel y Sudáfrica fue muy íntima. Dios los cría y ellos se juntan.

-¿Es el filosemitismo la razón que hizo funcionar este apoyo incondicional a la empresa sionista?

-En aquel tiempo no era realmente filosemitismo en los vencedores de la guerra. Es cierto que el movimiento sionista ponía énfasis en que los estados vencedores tenían la obligación moral de ayudar a los judíos a construir «su propio estado». Al mismo tiempo, sin embargo, usted tenía la conjunción de la lucha contra el antisemitismo y el apoyo al sionismo que mencionamos. Los vencedores de la guerra querían deshacerse de los sobrevivientes del Holocausto que se habían reunido en los campamentos de desplazados en Europa. Los Estados Unidos no querían abrirles sus puertas. Si a los sobrevivientes del Holocausto se les hubiera dado a elegir entre ir a América del Norte o a Palestina, no cabe la menor duda de que habrían elegido en su gran mayoría ir a América del Norte. Estados Unidos era la verdadera «tierra prometida» para los inmigrantes judíos europeos desde el siglo XIX, y todavía es así para la mayoría de los inmigrantes de hoy. La «tierra prometida» no era Palestina, o «Eretz Israel», sino que fue y sigue siendo América del Norte, y no sólo para los judíos, sino para todos los migrantes. Los EE.UU., sin embargo, no iban a permitir la entrada de sobrevivientes del Holocausto, tampoco la Unión Soviética, Gran Bretaña o Francia, para el caso, y ahí es donde el antisemitismo entra en juego. Como ustedes saben, en el momento de la creación del Estado de Israel con el apoyo de EE.UU., todavía se podían ver en los Estados Unidos pancartas que decían «No se permiten negros, judíos ni perros». El antisemitismo se desplegaba abiertamente, no estaba prohibido por la ley. Por lo tanto, no era un caso de filosemitismo en ese momento, sino, en realidad, una conjunción de antisemitismo y filosionismo.

-¿La falta de reconocimiento que sufren los palestinos hoy en Alemania es entonces una de las consecuencias del filosemitismo de Alemania?

-Se presenta a través de algún sentimiento de culpa hacia los judíos, a menudo empañado por las ambigüedades psicológicas, lo cual hace que la gente arrastre a todo el mundo en apoyo a Israel. Cuando la extrema derecha israelí justifica lo que hace recurriendo a la «nazificación» de los palestinos, da a estas personas la sensación de que han redimido los pecados de sus padres.

-Pero la imagen de los árabes también ha cambiado. Hoy en día es un discurso racista a caballo entre el «islamismo» o el «Islam radical»

-El discurso islamófobico se sumó después de que comenzó a aumentar en Occidente, especialmente desde la década de 1990, y alcanzó su punto máximo después de 2001. La derecha sionista aprovechó la islamofobia y la incorporó a su tradicional discurso antiárabe y antipalestino. Una de las expresiones más flagrantes de esta combinación es la infame entrevista a Benny Morris de 2004 hecha por el periódico Haaretz, donde dice que el Islam es antisemita y los palestinos son bárbaros a los que hay que meter en «algo parecido a una jaula». Se trata de un discurso nazista. Y, sin embargo, te encuentras con personas que aplauden tales declaraciones y creen que al hacerlo están actuando como «anti-Deutsch» [anti-alemán] y repudiando radicalmente el pasado de su país. Pero la verdad es que no están rompiendo en absoluto con el pasado, en realidad lo están continuando.

-Entonces, ¿por qué cree que la lección se atascó con los judíos, mientras que nada similar ocurrió con los gitanos, por ejemplo, que también fueron exterminados?

-Debido a la conexión con el Estado israelí, que forma parte del sistema imperialista global, es el deseo que adopta la República Federal de Alemania para integrar la alianza imperialista occidental. Eso, obviamente, no funcionaba con los gitanos, que no tienen un estado y no tienen un lobby de apoyo en los EE.UU. Y también me gustaría añadir que los alemanes podían ver en Israel su propia imagen -con el gran número de judíos alemanes en Israel y el papel destacado que jugaron, al menos en las primeras décadas del Estado de Israel-. En mi libro, The Clash of Barbarisms (El choque de barbaries), llamé a esto «la compasión narcisista», la empatía hacia la «gente como nosotros». Es, por supuesto, mucho más fácil para los alemanes sentir empatía por los judíos alemanes que por los gitanos que siguen siendo el objeto del odio racista en toda Europa, por no hablar de los árabes o los musulmanes.

-Por lo tanto, ¿es el aspecto del reconocimiento? ¿Usted se ve, básicamente, en el otro lado?

-Sí, por supuesto. Ahora, ¿por qué esta tragedia en particular en Europa, llama la atención mucho más que cualquier otra tragedia de la historia? Los europeos hicieron cosas terribles en las Américas, en África, en Asia. Los nativos de América del Norte fueron eliminados a través de un genocidio y los Estados Unidos fueron fundados en esa violencia. En América del Sur usted tiene enormes matanzas en masa. En el Congo, ocupado por Bélgica, las estimaciones de las víctimas negras del colonialismo llegan hasta diez millones. Eso fue absolutamente terrible, y podría seguir. Y, sin embargo, ninguna de estas tragedias encontró un reconocimiento de culpabilidad por parte de los europeos.

-Muchas gracias

-Fue un placer. Gracias por su interés.

Fuente original: http://www.jadaliyya.com/pages/index/6230/philo_and-anti-semitism-in-germany_interview-with-