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Florida: estado de sinrazón

Fuentes: Progreso Semanal

Aunque hay muchos gobiernos estatales que aspiran a ese honor, puede asegurarse que la Florida va a la cabeza en la carrera por el título del estado que más rápidamente se convierte en manantial de políticos reaccionarios. Y eso es mucho decir. No solo porque Nueva Jersey tiene un gobernador que disfruta dar pateaduras a […]

Aunque hay muchos gobiernos estatales que aspiran a ese honor, puede asegurarse que la Florida va a la cabeza en la carrera por el título del estado que más rápidamente se convierte en manantial de políticos reaccionarios.

Y eso es mucho decir. No solo porque Nueva Jersey tiene un gobernador que disfruta dar pateaduras a maestros y rechazar un gran financiamiento federal para construir una muy necesaria vía férrea a la ciudad de Nueva York, o porque Wisconsin tiene un gobernador y una legislatura que acaban de lograr no solo reducir con eficacia los ingresos de los empleados públicos (excepto los bomberos y los policías), sino que al mismo tiempo lograron despojarlos del derecho de realizar negociaciones colectivas. Es cierto que el gobernador de Nueva Jersey Chris Christie ha hecho mucho por establecer sus credenciales derechistas, tan es así, que se le considera como posible contendiente a la nominación presidencial del Partido Republicano para 2012, algo que posiblemente sea decidido por los seguidores del Tea Party y otros miembros rabiosamente conservadores del Partido Republicano.

En Wisconsin, el gobernador Scott Parker está tan relacionado con los billonarios hermanos Koch, tristemente célebres por haber financiado una panoplia de causas y organizaciones de fachada, ambas derechistas -y cuyo dinero fue esencial para ayudar a Parker obtener la victoria en unas reñidas elecciones- que un reportero de la publicación online The Daily Beast que se hizo pasar por David Koch pudo engañar al gobernador en una íntima estrategia telefónica acerca de cómo se podía pulverizar a los sindicatos del sector público y engañar a los demócratas para que regresaran al estado bajo falsas premisas, a fin de obtener el quórum necesario para aprobar la legislación del Partido Republicano que acabó con los sindicatos. La conversación grabada en cinta incluía el siguiente intercambio: (Haciéndose pasar por Koch): (Risas) Fíjate Scott, una vez que aplastes a esos bastardos, te llevo en avión a Cali y te enseño lo que es divertirse de verdad». (Gobernador Parker): «Eso sería extraordinario».

Sin embargo, la Florida es el número uno porque, después de ocho años de Jeb Bush como gobernador -seguidos del anodino pero inconsecuente período de Charlie Crist-era difícil ver de qué manera el estado podría derivar más hacia la derecha. Después de todo, el Bush más joven, un ideólogo más comprometido y coherente de derecha, híper favorable a los negocios y a las reducciones de impuestos para los ricos que su hermano George, era tan hostil al gobierno que en uno de sus discursos de toma de posesión soñó con el día en que todos los edificios que albergaban a las agencias gubernamentales en Tallahassee estuvieran vacíos.

Él no vació aquellos edificios, pero en general cumplió su palabra. Durante sus dos períodos, los presupuestos de Jeb fueron avaros si se trataba de programas que ayudaran a los pobres, los impedidos y los vulnerables en general. Sin embargo, cuando se trataba de gastos de impuestos -específicamente los regalos a los ricos- él era magnánimo. Florida, «un estado con derecho al trabajo» significaba explotación sin ninguna oposición de los trabajadores organizados, no tiene impuesto estatal a los ingresos y una de las tasas de impuestos corporativos más bajas de la nación. El único ítem progresista en el código tributario de la Florida era el «impuesto intangible», en esencia un impuesto modesto a algunas formas de propiedad que pagaban casi exclusivamente los muy ricos. Durante años, en gobernador Bush se dedicó con todas sus fuerzas a reducir la tasa del impuesto intangible. Y el 27 de julio de 2006 obtuvo una victoria final para su clase -la familia Bush ha sido rica y ha tenido influencia durante generaciones- cuando firmó el Proyecto de Ley 209 de la Cámara de Representantes del estado que eliminaba por completo el impuesto intangible.

En cuanto al tema de la educación, Jeb Bush no solo estuvo en contra de los sindicatos de maestros; tenía mayores ambiciones. Trató de socavar la educación pública -ya bastante golpeada a consecuencia de la estrecha base impositiva del estado- al promover los bonos de educación y otras alternativas a la educación pública como las escuelas «chárter» o semi-autónomas.

Un funcionario público que a Bush no le disgustaba: el verdugo. De manera muy parecida a como su hermano había hecho en Texas, Jeb trabajó duramente para mantener la maquinaria de muerte patrocinada por el gobierno para que funcionara a buen paso, a pesar de que ejecuciones chapuceras brindaron grotescos espectáculos que persuadieron a unos cuantos jueces a llegar a la conclusión de que el método de ejecución del estado era un castigo inconstitucionalmente cruel e inusual. En vez de cuestionar los aspectos moral y legal de la pena capital, el estado llegó a la decisión de cambiar el método y pasar de la electrocución a la inyección letal.

Por si acaso, Bush también fue coherente en su simpatía y apoyo a los elementos más derechistas de la comunidad del exilio cubano en Miami. Esto incluye a personas que borraron la línea divisoria entre actividad política y terrorismo.

Ahora bien, ¿cómo puede superar eso el gobernador Rick Scott y su gabinete controlado por los republicanos, así como la Cámara de Representantes y el Senado estatales?

¿Dónde comenzar? Consideren tan solo unos pocos de los regalos que este atajo de individuos sin corazón tiene pensado para los buenos ciudadanos del estado de la Florida. Comencemos por el hecho de que el gobernador ha presentado un presupuesto que incluye reducciones tan draconianas a la educación que Alberto Carvalho, Superintendente de Escuelas Públicas del Condado de Miami-Dade, ha dicho que significan el desmantelamiento de la educación pública en el estado.

La lógica del gobernador es que la Florida necesita eliminar su gran déficit presupuestario. Sin embargo, no es la misma lógica la que aplica cuando propone reducir los impuestos corporativos. ¿Adivinan lo que tienen preparado los republicanos para los casi 3 millones de pobres, impedidos y ancianos de la Florida que dependen de Medicaid para sus servicios de salud? Según The Miami Herald, la legislatura encabezada por los republicanos entregará a la mayoría de esos 2,9 millones de personas a planes estilo HMO…» No importa que el modelo de las HMO hace rato que se ha demostrado que es un fracaso colosal. Ignoren el hecho de que los presentes pacientes de Medicaid de cinco condados de la Florida tan estado recibiendo servicios bajo este modelo como parte de un programa piloto de cinco años lo aborrecen por completo. Ellos se dan cuenta de que los «planes de servicios administrados reducen costos negando o demorando el servicio para obtener más ganancias».

Entre las historias de horror detalladas en el Herald: Kendra García, de Miramar, considera que el programa es horrible porque el sistema peloteó sin notificarle a «sus tres hijos impedidos de una HMO a otra HMO, dejándolos sin seguro durante semanas; una mujer seropositiva al VIH, quien durante un mes no pudo recibir medicamentos para proteger del virus a su hijo por nacer porque ellos (el paciente y su obstetra) no podían encontrar a un especialista en VIH que la atendiera (Medicaid paga tan poco a los médicos que muchos de ellos, en particular los especialistas, se niegan a atender a pacientes de Medicaid); una mujer fue cambiada de un plan a otro provocando un lapso en la cobertura mientras padecía de problemas médicos que provocaron un aborto; y un paciente psiquiátrico cuya HMO de Broward se negó a proveerla de los medicamentos que la mantienen estable.

En resumen, el programa piloto iniciado por el ex gobernador Jeb Bush en 2006, a fin de ahorrar dinero, ha significado un criminal experimento médico, de lo cual hay demasiados tristes ejemplos que describir en este país y en el extranjero. Ahora los republicanos en la legislatura estatal quieren generalizar una versión de este odioso experimento a toda la población de pacientes de Medicaid, la cual se espera que aumente hasta 4,5 millones para 2014 como resultado de la recesión y de la reforma de Obama de los servicios de salud. Para hacer peor el daño, tal como descubrió el Herald, después de cinco años de estar jugando con la vida de la gente, «nadie puede decir si el experimento ahorra dinero». En efecto, no hay estudios confiables que muestren que el estado ahora en los costos. Sin embargo, según el Herald, informes del estado el año pasado mostraron que los pacientes de los servicios administrados tenían menos probabilidad de recibir servicios médicos por hipertensión, diabetes, problemas pulmonares y derrame cerebral que los pacientes que veían médicos individuales de Medicaid». Pero es casi seguro que la legislatura estatal aprobará este perversa legislación (y el gobernador la firmará) que es presentada como «reforma de Medicaid». Si no puede demostrarse una reducción de costos, pero una reducción de los cuidados sí, ¿quién está recibiendo el dinero extra? ¿Podrían ser ejecutivos de los servicios de salud modelados a semejanza de Rick Scott?

Como regalo adicional a los floridanos, el gobernador Scott planea desmantelar el Departamento de Asuntos Comunitarios (DCA), la agencia que implementa la ley de manejo del crecimiento de 1985, promulgada para reducir el descontrolado crecimiento suburbano, desastroso desde el punto de medioambiental. Esta medida está motivada por una desenfrenada ideología extremista de puro libre mercado. El gobernador piensa que la agencia es «una burocracia asesina de empleos que bloquea la recuperación económica». Algunos observadores dicen que la presión del gobernador refleja «un rechazo a cualquier cosa que pueda interponerse ante la maquinaria floridana de la urbanización. Es más, a pesar de la DCA y de la ley de manejo del crecimiento, la urbanización en la Florida ha crecido mucho más que el crecimiento de la población y de la demanda del consumidor, lo que ha resultado en cientos de miles de casas y apartamentos vacíos. Desmantelar DCA no creará empleos, porque nadie va a construir cuando hay una superabundancia en el mercado de viviendas. Por el contrario, va a destruir el empleo de los que ahora trabajan en la agencia.

En cuanto al tema del empleo, un nuevo estudio arrojó que una vía férrea rápida entre Orlando y Tampa sería rentable, al contrario de la aseveración del gobernador de que costaría a los contribuyentes. Los $2,4 mil millones de dólares federales que el gobernador rechazó hubieran creado 24 000 nuevos puestos de trabajo en un estado donde la tasa de desempleo está por encima del alto promedio nacional.

Cuando se trata de mezquindad, hay dos asuntos que se llevan la palma. Una propuesta reduciría el ingreso real de los empleados estatales hasta en 8 por ciento -incluyendo un gran número de trabajadores sociales y oficinistas que reciben salario muy bajo-mientras que otro incrementaría la edad de jubilación.

Bajo la categoría de cínica y mezquina está la decisión de la junta estatal de clemencia, dominada por los republicanos, de hacer más difícil para los ex presidiarios, incluyendo los condenados por crímenes no violentos, recuperar sus derechos civiles y de voto. Bajo las reglas precedentes, decenas de miles de perpetradores no violentos podían recuperar sus derechos civiles sin un complicado proceso de solicitud y revisión. Sucede que el número de condenados a prisión entre los negros es desproporcionado. También está el hecho de que los negros votan abrumadoramente por candidatos demócratas. Al quitar a los negros su derecho al voto, una práctica que se remonta a los tiempos de la segregación, se limita el voto afro-norteamericano, para beneficio de los políticos republicanos.

En otra acción cínica, el Herald informa que «un plan para reestructurar el Tribunal Supremo está ganando adeptos en la Cámara de Representantes. La reestructuración propuesta permitiría al gobernador Scott nombrar a tres jueces para el más alto tribunal del estado.

Finalmente, los jefes del Sistema de Salud Jackson de Miami -el único hospital público en la mayor área metropolitana del estado e institución de último recurso de los pobres y los sin seguro-anunció la semana pasada que son inevitables dolorosos e inminentes recortes, fundamentalmente debido a las reducciones estatales en pagos de Medicaid, lo que provocaría una pérdida de $250 millones del financiamiento.

Cuando se sigue la línea de puntos de esta manera, el resultado no es agradable. Justo cuando se pensaba, después de George W. y Jeb Bush, que los oprimidos no recibirían más castigo, entra Rick Scott y su alegre banda de funcionarios del gabinete a demostrar que estábamos equivocados. Ya se me han acabado las ideas de cómo combatir al gigante derechista que los republicanos están construyendo en el estado, con el control total de los poderes ejecutivo y legislativo y el posible control del judicial -si se salen con la suya. Sí, esto pasará, pero hasta entonces el viaje que nos queda es ciertamente muy incómodo.

Fuente: http://progreso-semanal.com/4/index.php?option=com_content&view=article&id=3269:florida-estado-de-sinrazon&catid=6:nuestro-pulso-florida&Itemid=2