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Gaza, «nada justifica…»

Fuentes: Rebelión [Imagen: Un hombre pasa caminando junto a cruces de David pintadas durante la madrugada en varios barrios de París. Foto: AP]

A un mes de la Operación Diluvio de al-Aqsa del grupo Hamás -acróstico, de Harakat al-Muqáwama al-Islamiya (Movimiento de Resistencia Islámica)-, hecha a medida de las necesidades políticas del Primer Ministro sionista Benjamín Netanyahu, los gobiernos del mundo siguen sin reaccionar frente a la barbarie ejecutada contra el pueblo palestino, que ya ha pagado con más de 10.000 muertes las acciones del pasado siete de octubre.

De todos modos no hay duda de que los crímenes seguirán sucediendo, porque para los planes del sionismo no serían 10.000 más, ni 30.000 ni 50.000, sino los 2,3 millones de gazatíes, si fuese necesario, para terminar ocupando toda la franja de Gaza.

El plan inicial de Tel Aviv pretendía apoderarse sólo del norte de la Franja, pero en vista del guiño de las potencias occidentales y el silencio del resto del mundo, los invasores van a por todo.

Dada la activa e histórica postración ante los Estados Unidos de Ammán y el Cairo, es una opción cada vez más concreta que los gazatíes que logren sobrevivir y puedan escapar de la matanza sean relocalizados en campamentos ubicados en el norte de la península del Sinaí -para lo que ya se está presionando al presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi- y en el desierto iraquí de al-Anbar, próximo a la frontera de Jordania, país en el que más de la mitad de los 11 millones de habitantes son palestinos o descendientes, además de otros dos millones de refugiados llegados en los últimos años, os que viven en campamentos como el de Jabal al-Hussein, habitado por unos  30.000 que dadas sus condiciones de vida, su acotado destino, representan una bomba que explotará si se agita como está siendo en estos momentos.

Mientras las potencias occidentales, en vez de detener las acciones criminales de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) buscan dónde depositar los despojos de la guerra, Según se conoció, la provincia iraquí al-Anbar ha sido visitada en estas últimas semanas, con mucho secretismo, por altos funcionarios de la embajada británica que trazaron planes para la construcción de complejos habitacionales de bajo costo financiadas por Londres. Además se realizan estudios sobre la desalinización de agua. Tanto recaudo ha encendido las alarmas de Bagdad, ya que los funcionarios británicos, tan apegados a las tradiciones, estarían siguiendo los pasos del teniente coronel Thomas Edward Lawrence, mejor conocido como Lawrence de Arabia, al reunirse con jeques tribales de esa provincia para incitarlos a la creación de un estado autónomo en al-Anbar.

Con estos nuevos crímenes, y los que vendrán, Netanyahu ha conseguido sepultar los múltiples delitos de los que era acusado (soborno, fraude y abuso de confianza). El calibre de las imputaciones, que vienen de lejos, en su momento obligó al entonces presidente estadounidense Donald Trump a dar un paso al costado en la promiscua relación que mantenían, más allá de que en 2017 Trump llegó a la insolencia de declarar a al-Quds -también conocida como Jerusalén, el tercer sitio sagrado del islam- como capital indivisa de Israel.

El inminente desbarranco político del genocida sionista lo llevó a intentar cooptar el poder judicial para escapar de condenas que podrían depositarlo en prisión, ese último intento hizo que miles de personas se lanzaran a las calles de todas las ciudades israelíes exigiendo su dimisión. Frente a tanta asechanza, ¿qué mejor que agitar el fantasma palestino (Ver: La operación de Hamás y un error de cálculo) y borrar todo de un plumazo?

Netanyahu, en su desbordada reacción contra Gaza, no solo ha conseguido que se olviden sus cuestiones judiciales, sino que ahora aspira a convertirse en el ejecutor del ansiado plan de Theodor Herzl de 1897, la creación del Eretz Israel (tierra de Israel). Para este fin el régimen sionista no solo deberá terminar con la limpieza étnica -iniciada con la ocupación de 1947- de los palestinos que todavía sobreviven en la extinta Palestina (Gaza y Cisjordania), sino que avanzará en su momento por los territorios que pertenecen a Egipto, Siria, Líbano y Jordania, lo que significará décadas de más guerras.

Mientras tanto las FDI se entrenan asesinado civiles y bombardeando hospitales, escuelas, y campamentos de refugiados donde centenares de personas se habían refugiado después de que sus casas fueran destruidas.

Justos por pecadores

Será Netanyahu el responsable de la violencia que sufrirán los judíos de todo el mundo, incluso los millones que apoyan la causa palestina y ven al gobierno de Tel Aviv como una camarilla de asesinos, además de corruptos.

Será un error no solo estúpido, sino criminal, responsabilizar a los judíos de las atrocidades del sionismo, más o menos como acusar a todos los alemanes de nazis, pero sin duda los judíos del mundo se han convertido en blancos móviles.

De manera inmediata a los ataques de Hamás, mucho antes que empezasen las acciones sobre Gaza, en la ciudad egipcia de Alejandría un policía asesinó a dos turistas israelíes y a su guía. Si bien hasta ahora ha sido un episodio aislado al que sólo se le puede sumar el asesinato de un profesor en un liceo al norte de Francia, los fundamentalistas musulmanes y supremacistas occidentales, con el pretexto de Gaza, liberarán el odio visceral contra el judío.

Aunque no se han conocido más muertes, todavía, se han producido episodios por lo menos confusos que han puesto en peligro la integridad de decenas de israelíes: a finales de octubre el aeropuerto de Makhachkala, en Daguestán (Federación de Rusia), fue asaltado por centenares de personas, presumiblemente musulmanas, en búsqueda de los pasajeros de un vuelo procedente de Tel Aviv que debieron refugiarse en los aviones para no caer en manos de los manifestantes hasta que la policía, con mucho esfuerzo, consiguió contenerlos. Mientras en Khasavyurt (Daguestán) manifestantes asediaron un hotel “sospechoso” de albergar judíos. Más tarde se conoció que en la ciudad de Nalchik, la capital de la República de Kabardino-Balkaria de la Federación de Rusia, fue incendiado un centro judío en construcción.

En diversas ciudades alemanas, horas después del ataque de Hamás, hubo festejos en las calles frente a la pasividad de la policía, a pesar de las leyes que prohíben expresiones de odio antisemita. Diez días después de estos hechos una sinagoga fue atacada en Berlín.

A consecuencia de esto el Gobierno alemán ha iniciado una cacería contra cualquier voz que se levante en apoyo a Palestina, por ejemplo, en la Feria del Libro de Frankfurt, quizás la más importante del mundo en su género, se canceló un importante acto de premiación a la escritora palestina Adania Shibli, mientras que también fueron censurados diferentes intelectuales y artistas que se expresaron públicamente contra el genocidio de Gaza, como el músico británico Brian Eno, o el autor camerunés Achille Mbembe.

Sobreactuando la situación, que recuerda las absurdas sanciones contra Moscú tras el comienzo de la contraofensivarusacontra la OTAN en Ucrania, más en procura de mostrarse diligentes, ante el triple eje Washington-Londres-Tel Aviv, prácticamente en todos los países de Occidente, se ha reforzado la seguridad de los edificios de embajadas, consulados, sinagogas y cualquiera que represente intereses israelíes o comunidades judías locales, además de prohibir expresiones por Palestina.

De todos modos, en la mayoría de las grandes ciudades del mundo se reproducen manifestaciones reclamando al régimen sionista el fin del genocidio mientras los oportunistas de siempre, neonazis y supremacistas, aprovechan la oportunidad para manifestar su odio a todo lo judío. Sólo en Francia desde el 7 de octubre se han ejecutado más de 700 acciones antijudías.

Además de la bomba molotov lanzada contra la sinagoga berlinesa, ha aparecido simbología nazi en las paredes de distintas ciudades francesas, Niza y Grenoble, y numerosos locales de comida kosher fueron atacados.

El lugar común y vacío de “nada justifica…”,  tan utilizado por las buenas conciencias de siempre, que a la larga justifica a Netanyahu, sonará otra vez mientras Gaza sigue martirizada.

Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central. En Facebook: https://www.facebook.com/lineainternacionalGC

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.