Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
Las reservas de harina de trigo se han terminado en Gaza, la mayoría de las panaderías han cerrado y en vista de los casi dos meses de imposición por parte de Israel del cierre de los pasos fronterizos comerciales de Gaza NNUU advierte de que se avecina una crisis humanitaria. Recientemente el consejero del primer ministro israelí Dov Weisglass describió la política de sanciones israelíes a los palestinos a raíz de la victoria democrática de Hamas como sanciones en las que los palestinos serán puestos a dieta pero sin llegar a morir de hambre. «Es como un cita con el experto en dietética. Los palestinos van a adelgazar un poco, pero no a morir», declaró Weisglass.
La Oficina de NNUU para la Coordinación de los Asuntos Humanitarios en los Territorios Palestinos Ocupados (OCHA, en sus siglas en inglés) ha afirmado hoy que un millón y medio de palestinos de Gaza se enfrentan actualmente a una escasez de alimentos sin precedentes debido a los sistemáticos cierres [de fronteras] por parte de Israel que han impedido, entre otras cosas, la importación de harina.
«La situación es extremadamente grave. Dentro de aproximadamente un día, se habrán agotado todos los suministros de pan. También queda muy poco arroz, cuyo suministro también se está acabando. El pan es un elemento básico en la dieta palestina. También es el alimento de los más pobres de manera que si no hay pan, la gente va a empezar a morir de hambre», afirmó David Shearer, jefe de operaciones de OCHA.
Según una estadística de 2005 del Banco Mundial, el 65% de los palestinos de Gaza vive por debajo del umbral de pobreza, sobrevive con menos de dos dólares al día y la pobreza general afecta al 70% de la población.
«Antes estábamos advirtiendo de que estaban diminuyendo las reservas. Ahora afirmamos que se han acabado ya y que se ha llegado a un punto muerto», declaró Shearer, y añadió que tanto la UNRWA, que tendría que haber empezado a distribuir los alimentos de emergencia, como el Programa de Ayuda Alimenticia se habían quedado igualmente sin reservas de harina.
El paso fronterizo de Al-Mintar es el punto de contacto comercial de Gaza y el único paso fronterizo a través del cual se pueden hacer las importaciones a gran escala de harina y de otras importaciones y exportaciones. Según NNUU, durante casi 50 días desde principios de este año -durante la época principal de la cosecha de productos palestinos que se exportan a Europa- este paso ha estado cerrado un total del 60% del tiempo, a pesar de las promesas hechas por Israel en un acuerdo respaldado por EEUU en el que prometían no hacerlo.
Las pérdidas financieras se calculan en 500.000 dólares al día.
En los dos meses que permaneció cerrado el paso se abrió esporádicamente algunos días, pero el Programa Mundial de Alimentos afirma que 3.594 toneladas métricas de harina de trigo contratadas a los molinos locales no pudieron entrar en Gaza durante ese tiempo.
Según el ministerio de Economía los palestinos de Gaza consumen unas 350 toneladas de harina al día, pero todos los molinos han estado cerrados debido a la falta de suministro de trigo y las panaderías están trabajando con los últimos sacos de harina que les quedan almacenados.
Cuando se difundió la noticia de la falta de suministro, hasta bien entrada la noche ante las panaderías que estaban aún abiertas se formaron largas colas de ciudadanos preocupados que se precipitaban a comprar pan y harina para sus familias bajo el fragor de los aviones israelíes que sobrevolaban en círculos los cielos de Gaza. Lo dueños de las panaderías estuvieron racionando el pan a dos bolsas por familia, pan hecho con los escasos suministros de harina que les quedaban, y en algunos casos se produjeron peleas entre los desesperados clientes.
«Mi marido esperó durante 3 horas para comprar una bolsa de harina para que pudiéramos hacer el pan en casa y todas las panaderías han cerrado en nuestra ciudad; no sabemos qué vamos a hacer dentro de unos días», dijo Um Ramadan, de 50 años, refiriéndose a su familia de 8 miembros.
El pan es el alimento básico de 1.300.000 palestinos en Gaza que, según el Programa Mundial de Alimentos, necesitan 450 toneladas métricas de trigo al día para mantener el suministro de pan. NNUU afirma que se han agotado las reservas habituales de trigo para 30-60 días y que el suministro de otros productos alimenticios básicos, como productos diarios y fruta, es también extremadamente escaso.
El arroz y azúcar se están vendiendo a más del doble de su precio normal y también resultan muy difíciles de encontrar en las tiendas, mientras que los precios de las verduras locales dedicadas a la exportación, como tomates y pimientos verdes, han caído en picado. A principios de esta semana agricultores desesperados liquidaban varias toneladas de verduras que estaban pudriéndose, mientras que otros trataban de vender a granel sus cosechas yendo por la ciudad en carros tirados por burros desde los que ofrecían 30 kilos de tomate a 5 shekels (un poco más de un dólar).
El consejero del primer ministro israelí Dov Weisglass describió recientemente la política de sanciones israelíes a los palestinos a raíz de la victoria democrática de Hamas como sanciones en las que los palestinos serán puestos a dieta pero sin llegar a morir de hambre. «Es como un cita con el experto en dietética. Los palestinos van a adelgazar un poco, pero no a morir», declaró Weisglass.
NNUU ha condenado este cierre de las fronteras y ha indicado que el 40% de los niños de Gaza sufren desnutrición y que según la Cuarta Convención de Ginebra, Israel, en tanto que potencia ocupante, es responsable del bienestar de los palestinos de Gaza.
Un funcionario de NNUU declaró anónimamente que el cierre tiene una naturaleza claramente política ya que está claro que en este paso fronterizo no existen amenazas directas a la seguridad de Israel.
Las autoridades israelíes afirman que se ha cerrado el paso debido a «amenazas a la seguridad», en concreto el temor a que se hayan construido túneles bajo el paso. El último cierre coincidió con el asedio israelí a la cárcel de Jericó controlada por Palestina, en el que el dirigente del FPLP -en prisión durante cuatro años sin un juicio- y otros cinco presos fueron secuestrados por Israel para tenerlos bajo su custodia.
Según informaron fuentes palestinas e israelíes, a petición del ejército israelí fuerzas de seguridad palestinas cavaron cuatro trincheras de un total de un kilómetro y medio de longitud a lo largo del paso sin encontrar túnel alguno.
Portavoces israelíes afirmaron que habían ofrecido a la Autoridad Palestina un paso alternativo en Kerem Shalom, una terminal aún no operativa en el extremo sudeste de Gaza, pero la AP lo rechazó.
Los palestinos rechazaron esta opción aduciendo rezones tanto políticas como de naturaleza práctica.
El paso alternativo se está imponiendo a los palestinos como un sustituto cuando se supone que tendría que funcionar junto con el de al-Mintar (Karni), afirman los funcionarios palestinos, quienes añaden que, en cualquier caso, no está equipado para manejar grandes cantidades de importaciones y exportaciones.
Según NNUU, el paso solo tiene una mínima parte de la capacidad del de al-Mintar y, en particular, no tiene instalaciones para manejar las aproximadamente 450 toneladas métricas de trigo que se necesitan en Gaza.
«Sólo se permitirá el paso de entre 4 y 8 camiones al día y con una infraestructura adecuada como mucho la cifra podría llegar hasta 30, lo que es claramente insuficiente. También es muy obvio que el cierre de al-Mintar es una decisión política ya que no supone amenazas directas a la seguridad», afirmó un responsable palestino del servicio civil que está supervisando desde el lado palestino la implementación del acuerdo de acceso y movimiento.
«El acuerdo estipulaba que Kerem Shalom es un paso redundante, abierto al mismo tiempo que Karni, no una frontera sustituta», afirmó el funcionario, y añadió que el control palestinos sobre el paso de Rafah tal como lo había estipulado la secretaria de Estado [estadounidense] Condoleezza Rice es «una ilusión».
El Acuerdo sobre Acceso y Movimiento respaldado por EEUU prohíbe a la Autoridad Palestina importa bienes a través del paso de Rafah, e Israel insiste en que todos los bienes deben estar sujetos a supervisión y control israelí, lo mismo que en el paso de Kerem Shalom. Sin embargo, se han transportado cantidades limitadas de productos a través del paso de Rafah que carece igualmente de capacidad técnica para envíos a larga escala para necesarios abastecer a más de un millón de palestinos.
Una fuente de la Autoridad Palestina que había estado implicada en las negociaciones sobre el paso afirmó que los palestinos quieren soberanía total sobre el paso de Rafah, tanto respecto a los productos como a las personas, pero los intentos de instituir esta soberanía han fallado unilateralmente ya que Egipto ha sucumbido a las presiones israelíes para evitarlo y los observadores de la Unión Europea han amenazado con abandonar sus puestos, lo que anularía el acuerdo y cerraría el paso, y posiblemente acabaría en un asedio similar al de la prisión de Jericó. Además, añadió la fuente, aunque pasen a través de Rafah, los productos todavía tendrán que ser enviados a Kerem Shalom para ser inspeccionados por Israel, un proceso indirecto y lento que resultará caro y altamente ineficaz. Israel añadió también al acuerdo una serie de » protocolos de seguridad» que hacen discutible el control palestino sobre el paso de Rafah.
En una conferencia de prensa celebrada hoy en el paso de Rafah, el presidente Mahmud Abbas declaró a los periodistas que la AP se va a reunir con delegados israelíes, egipcios y estadounidense en una descomunal sesión de la que los estadounidenses serán los anfitriones y que se va celebrar en la embajada estadounidense de Tel Aviv esta tarde para tratar de resolver la crisis humanitaria. La reunión tratara de resolver «todos los principales problemas referentes a los protocolos de seguridad y las importaciones», afirmó Abbas.
«La reunión tratará todos los problemas referentes a Rafah, y las exportaciones e importaciones. Nos damos cuenta de que en Gaza hay actualmente un grave problema en relación a las reservas de alimentos, y ese problema también será examinado hoy, y esperamos encontrarle una solución. También consideraremos seriamente los protocolos de seguridad, para que esta frontera pueda abrirse de forma continua», declaró Abbas a los periodistas.
La semana pasada James Wolfensohn, enviado especial para Oriente Medio del Cuarteto, afirmó que la Autoridad Palestina se enfrenta a un «colapso financiero» y añadió que una reducción de la ayuda financiera por parte de Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia podría desencadenar un elevado aumento del paro y una caída en picado de los ingresos de los palestinos.
Laila El-Haddad es una periodista que trabaja en Gaza.