Recomiendo:
0

¡Guantánamo, no!

Fuentes: La Voz de Galicia

KARL MARX regresa. Lo explica Jacques Attali en su libro El verdadero Marx sobre el filósofo alemán. El autor, economista, ex presidente del Banco Europeo y en absoluto socialista, que es realmente lo menos que se puede ser hoy, desmenuza el pensamiento del padre del colectivismo y nos indica por qué razones sigue siendo actual […]

KARL MARX regresa. Lo explica Jacques Attali en su libro El verdadero Marx sobre el filósofo alemán. El autor, economista, ex presidente del Banco Europeo y en absoluto socialista, que es realmente lo menos que se puede ser hoy, desmenuza el pensamiento del padre del colectivismo y nos indica por qué razones sigue siendo actual su pensamiento. Resulta que el Imperio tiene los pies de barro. Se comprueba ahora en particular a costa de la guerra de Irak. Los agresores no saben de qué modo pararla (ganarla es ya imposible), y de seguir así el conflicto les rebotará en las narices como un bumerán vietnamita.

Aparte de que cerca de 1.800 muertos y 13.000 heridos llevan perdidos en la guerra, el reclutamiento de nuevos soldados es cada vez más problemático. Los gastos son difíciles de soportar para una economía por mucho que favorezca ésta a la industria del armamento, y el desprestigio en el mundo (convertido en odio en la zona musulmana), alcanza dimensiones extremas. La opinión pública interna comienza a movilizarse como cuando la guerra de Vietnam y se multiplican las críticas consiguientes contra Bush.

Dos años después de la toma de Bagdad, de la captura de Sadamn, Irak se halla en pleno caos. La capital está en ruinas, reina la violencia y según la CIA, el país se ha convertido en un inmenso laboratorio en el que investigan los grupos terroristas de todo el mundo.

A Bush le cuesta dar marcha atrás, pero otros prohombres del sistema imperialista se encargan de allanarle la salida. Por ejemplo, para tratar de acallar las críticas sobre las torturas que los marines infligen en Guantánamo a los detenidos sin que haya habido proceso por medio, los ex presidentes Carter y Clinton exhortan a la Administración norteamericana a que abandonen el campo de concentración de Cuba. Nótese que denuncias sobre torturas en esa isla llueven desde hace meses, pero después de las perpetradas en Abu Ghraib, las divulgan los propios soldados yanquis e influyen de forma importante sobre la moral de los expedicionarios. Esto es lo que más molesta a aquéllos personajes. Desean que «se cierre el campo o que se mejoren las condiciones de detención». Si no se hace, temen, si se producen otras revelaciones sobre torturas y violaciones de derechos humanos que alteren la «naturaleza fundamental de la sociedad americana», constituirá «una victoria profunda de los terroristas», remató Clinton.

Por si fuera poco, el influyente senador republicano Chuck Hagel estima que Estados Unidos «está siendo derrotado»; que la Administración de George Bush «ha perdido el sentido de la realidad» y que la situación «no sólo no mejora, sino que va de mal en peor».

De modo que el coloso precisa de la ayuda de los liliputienses. Para ello se convocó la Conferencia internacional iniciada el miércoles pasado en Bruselas, en la que Condoleezza Rice rebajará su porte altanero y desdeñoso. En mala hora solicita socorro. La división actual de Europa, los noes francés y danés perturban los planes norteamericanos. Washington deseaba una Europa unida neoliberal para dominar al conjunto. Ahora, con cada país por su lado, le va a ser mucho más difícil que le arrimen el hombro para salir de la ratonera en la que se metieron.